Fue la fiesta del año, y una cita llena de reencuentros. Ira de Fürstenberg reunió el pasado jueves, 22 de septiembre, a aristócratas, artistas, primeras figuras del mundo de las finanzas y miembros de la jet set en el palacio de Liria para celebrar, por todo lo alto, su 80 cumpleaños.
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Tras dos años de espera -el evento tuvo que ser pospuesto a causa de la pandemia-, cientos de invitados volaron desde todos los rincones del mundo -de Turquía a Filipinas- para estar al lado de la princesa. Y, entre todos esos amigos que no quisieron faltar a esta cita tan especial, se encontraba la infanta Elena .
Doña Elena apareció radiante y con una imagen renovada -esta vez había dejado atrás sus característicos rizos y lucía una media melena lisa, muy elegante-. Aunque se retiró antes de la fiesta, en la residencia del duque de Alba coincidió con su exmarido, Jaime de Marichalar , con quien, al parecer, no cruzó palabra.
Aquella era su primera aparición después del pequeño ‘susto’ de su hija, Victoria de Marichalar. Una semana antes la joven tuvo que ser intervenida de urgencia por una apendicitis y una pequeña hernia, de las que ya se encuentra totalmente recuperada.
De hecho, la pasada semana, Victoria se dejó ver en París -y unos días antes, en la presentación de unos perfumes-, donde volvió a convertirse, una vez más, en el centro de todas las miradas, al asistir junto a su padre al desfile de Loewe en la capital francesa.
La joven aristócrata sigue marcando su propio paso en el mundo de la moda -que, como ella misma nos confiesa en el último número de FASHION, le apasiona-, y lo hace de la mano de su mejor consejero, su progenitor -nada más alcanzar la mayoría de edad, le regaló sus primeros ‘Manolos’-.
El exmarido de la Infanta Elena conoce como pocos la industria. Desde hace años, es una de las figuras más solicitadas por las grandes firmas, y tras haber ocupado diversos puestos en el imperio del lujo LVMH, actualmente trabaja como consejero de Loewe y Fendi.
Ahora, el exduque de Lugo asiste a los front rows en compañía de su hija, pero hubo un tiempo en el que con doña Elena, que, pese a que nunca sintió mucho interés por la moda, durante su matrimonio cambió su forma de vestir -de un estilo más relajado e informal a más sofisticado- y empezó a formar parte de las listas de las más elegantes.
El próximo 13 de noviembre se cumplirán quince años del ‘cese temporal de la convivencia conyugal de los duques de Lugo’. Un comunicado con el que Casa Real que supuso el punto y final de la relación de la Infanta y Jaime de Marichalar. Después de doce años juntos -se casaron el 18 de mazo de 1995 en la Catedral de Sevilla-, tomaban caminos separados, pero siguieron ‘unidos’ por el bienestar de sus dos hijos, Felipe y Victoria -que entonces tenían nueve y siete años, respectivamente- y que siempre ha sido su prioridad.