El noruego Erling Haaland, de 22 años, ha llegado a la Liga inglesa por todo lo alto, demostrando que los 51 millones de libras (más de 58 millones de euros) que el Manchester City ha pagado por él al Borussia Dortmund son una gran inversión. Sobre el campo de juego, se presenta como una auténtica máquina de marcar goles: ha anotado 3 goles en cada uno de los tres últimos partidos, todo un récord difícil de superar. Eso ha hecho que todas las miradas se posen sobre él y que incluso se hable de su posible aterrizaje en el Real Madrid, pero lo que hay detrás de su éxito sobre el césped es un esfuerzo titánico que se refleja también en su físico. Su torso corpulento lo ha labrado a base de ejercicio y de una estricta dieta de seis comidas al día.
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"Come como un oso", dice de él su compañero de la Selección noruega Josh King. También su padre, Alf-Inge, ha explicado en alguna ocasión que comenzó este peculiar régimen cuando era tan solo un niño. Por entonces era flacucho y, al averiguar la alimentación que seguía Cristiano Ronaldo, decidió seguir sus pasos.
Ingiere 4.000 calorías al día a través, básicamente, de pollo y pasta cocidos sin aceite ni sal. También come algunos pescados, como la dorada, el pez espada o la lubina, y, por supuesto, verduras frescas. Como era de esperar, evita los congelados y cualquier alimento procesado o azucarado. Para poder seguir la dieta de manera adecuada, tiene un chef personal que cocina siguiendo las estrictas pautas del futbolista.
Eso sí, cuando vuelve a casa, en la ciudad noruega de Bryne, se permite el lujo de saltarse de vez en cuando el régimen y darse algún que otro capricho en forma de pizza, kebab o comida china en restaurantes a los que acude con amigos. Asegura, además, que el secreto de los partidos en los que ha marcado un hat-trick (tres goles) es un plato muy especial: lasaña cocinada por su padre. "La he tomado antes de cada partido que hemos jugado en casa -decía ante los periodistas con una sonrisa- y ha resultado bastante bien".