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En el reciente Festival de Cine de San Sebastián pudimos ver a Ricardo Darín acercándose a charlar con su hijo, Chino. Ambos llevaban sendas películas al certamen, aunque fuera de la sección oficial: Ricardo promocionaba Argentina, 1985; Chino forma parte del espectacular elenco de Historias para no contar. Fue durante la presentación de la primera cuando pudimos ver a los dos actores conversando en la calle y, seguramente, con la convicción de que no será la única vez que coincidan en un evento cinematográfico.
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El curioso apodo de Chino
En realidad, los dos se llaman Ricardo: el apodo de Chino se lo puso su propia familia a los 4 años, debido a sus ojos rasgados. Con esa edad, Ricardo Jr. ni siquiera soñaba con ser actor; su padre, sin embargo, ya había debutado en una serie argentina, Soledad Monsalvo. Con todo, para el actor de El secreto de sus ojos su verdadero debut fue a los 10, cuando salió a escena con sus padres. Y es que los dos Darín pertenecen a una gran saga de actores argentinos. Sin embargo, solo Chino y Ricardo están fuertemente vinculados a España, un país que les ha regalado numerosos éxitos. Por cierto, los dos cumplen, además, años en enero, con tan solo dos días de diferencia: Chino, el 14; Ricardo, el 16.
El momento fan de los Reyes con Ricardo Darín en su despedida de Buenos Aires
La televisión, el nexo entre padre e hijo y sus respectivos amores
Aunque hoy los dos actores triunfan principalmente en el cine (Ricardo nunca ha abandonado del todo el teatro), fue la televisión la que, de dos maneras distintas, les hizo encontrar a la mujer de su vida. Ricardo conoció a Florencia Bas, su mujer, en Buenos Aires. Y comenzaron a hablar y a conocerse porque él era un reputadísimo actor de teatro y de televisión, que enlazaba una serie con la siguiente. En el caso de Chino, una serie española, La embajada, fue la que provocó que coincidiera con la que es su pareja desde 2016, Úrsula Corberó. Tanto en el caso de Chino y Úrsula (que pasó los primeros meses de confinamiento con su novio y su suegro) como en el de Ricardo y Flor, el amor surgió como un flechazo. Ricardo y Flor se casaron a los cinco meses de conocerse. Él tenía 31 años, solo uno menos de los que tiene ahora su hijo.
Una película en común… y un director español
Aunque en 2011 habían coincidido en la película En fuera de juego (donde Ricardo hacía una aparición especial), tuvieron la oportunidad de trabajar juntos en La odisea de los Giles, una comedia del año 2019 en la que, además, interpretaron respectivamente a un padre y su hijo. Y aunque Chino, como cabe esperar, tiene una carrera profesional mucho más corta que la de su padre, ya puede presumir de haber trabajado con algunos de los grandes del cine español. Lo hizo con Fernando Trueba en La reina de España, donde Chino tiene una aventura con el personaje de Penélope Cruz (quien a su vez hizo de esposa de su padre en Todos lo saben: otra coincidencia), con Mateo Gil (coguionista de varias películas de Amenábar) y ahora, en Historias para no contar, con Cesc Gay.
Este realizador dirigió a su padre en Truman, una película que le valió a Ricardo un Goya al mejor actor en la edición de 2016. Aquel año, Chino estaría aplaudiendo el éxito español de su padre sin saber que, muy poco después, España lo esperaba para darle no solo éxito en nuestro país, sino también a la mujer de su vida. Argentina, 1985, la última película de Ricardo Darín, se estrena hoy; y justo dentro de un mes, Historias para no contar, la cinta en la que participa Chino, llegará a las salas.