Perdonarías una infidelidad?”. Esa fue la pregunta que los reporteros le formularon a Tamara Falcó, el viernes por la tarde, en plena calle, después de que un comprometido vídeo de su novio, Íñigo Onieva, desatase una auténtica tormenta mediática. Sin embargo, la marquesa de Griñón, tranquila y serena, respondía con otra pregunta igual de contundente: “¿Estamos locos o qué?”. La hija de Isabel Preysler pronunciaba estas palabras sin saber que la máxima felicidad, por el anuncio de su compromiso, estaba a punto de desvanecerse. En menos de cuarenta y ocho horas, Tamara pasó de estar en una nube a verse en una pesadilla, al poder confirmar las sospechas que habían planeado sobre su novio desde el comienzo de la relación.
Pero antes hay que retroceder en el tiempo y remontarse hasta el mediodía del jueves 22, que fue cuando anunció sus planes de boda con el empresario madrileño. “Antes de conocerte, Íñigo, me sentía completa y contenta, pero fue cruzarnos y que mi vida diera un giro a mejor, totalmente inesperado”, manifestó la aristócrata en redes, compartiendo una foto de la pareja. “¡Qué locura! Pero, como diría una sabia mujer, es una locura de amor. Y como también dice San Pablo, en su carta a los Corintios, al final, en la vida lo único que importa es el amor. Y digo amor en mayúsculas porque se lo merece; y esa felicidad que describo es el resultado de ese respeto, cariño y admiración que tenemos el uno por el otro y que hemos compartido en estos dos años de noviazgo”, terminó la publicación, en la que la hija de Isabel Preysler mostraba su anillo de compromiso: una pieza elaborada en oro blanco, con tres diamantes de talla pera engarzados, de 0,30 quilates cada uno.
En menos de cuarenta y ocho horas, la marquesa de Griñón pasó de estar en una nube a verse en una pesadilla, al poder confirmar las sospechas de infidelidad sobre su novio
La joya, de una firma italiana, la había escogido Íñigo con la ayuda de su madre. Al no haber ningún tipo de colaboración publicitaria, tal y como ha podido confirmar ¡HOLA!, el empresario desembolsó los cerca de catorce mil quinientos euros de su precio.
Horas después de su anuncio, Tamara reapareció en El hormiguero, el programa de Antena 3, donde colabora semanalmente. Allí no solo desveló la fecha fijada para su enlace con Íñigo: “Si todo va bien, nos casamos el 17 de junio. Estamos supercontentos y nuestras familias están felices. Ojalá comamos perdices…”, comunicaba una emocionadísima marquesa de Griñón a la vez que afirmaba que la celebración tendría lugar en El Rincón, su palacio, a las afueras de Madrid.
Con su singular espontaneidad, también relataba cómo su novio le pidió matrimonio, mientras ella cenaba una ‘sopa de ayuno’: “Dice: “Como ha sido nuestro aniversario, tengo dos regalos. Escoge mano”. De repente, hinca rodilla y dice: “¿Te quieres casar conmigo?”. La verdad, no me lo esperaba… Yo que voy todo el día con tacones… ¡El día que llevo mallas!”, bromeaba Tamara antes de contar la reacción del empresario a su ‘sí’ a su propuesta: “Casi le da un ataque al corazón, porque, acto seguido, empezó a marearse. Ay, madre, que me quedo viuda… ¡Con lo que me ha costado llegar hasta aquí!”, añadía entre risas.
El inicio de la pesadilla
Sin embargo, su historia de amor volvió a dar un nuevo giro. Y, esta vez, no fue para mejor. Mientras que la marquesa de Griñón se encontraba en el plató de El hormiguero, comenzaba a circular un comprometido vídeo de su novio. Es verdad que ella ya estaba acostumbrada a los rumores de infidelidad de Íñigo, pero era la primera vez que se presentaban pruebas tan concluyentes. Las imágenes fueron tomadas en Burning Man, un macroevento musical celebrado en el desierto de Nevada (Estados Unidos), al que Íñigo había ido en varias ocasiones y la última vez, a principios de este mes de septiembre. En la grabación se veía claramente al empresario besando a una chica.
Según ha podido saber ¡HOLA!, la aristócrata recibió las imágenes, en la tarde del jueves 22, en varios grupos de chats con amigos. También le llegaron a Isabel Preysler por otras fuentes
Según ha podido saber ¡HOLA!, a la marquesa de Griñón le hicieron llegar ese mismo vídeo en la tarde y la noche de ese mismo jueves 22, a través de varios grupos de chats con amigos. Igualmente, Isabel Preysler también recibió las imágenes por otras fuentes. Terminado El hormiguero, Tamara habló con su novio en busca de respuestas. Íñigo negó tajantemente que esa grabación fuera de la última edición de Burning Man, tres semanas atrás. Es más, le aseguró que esa misma vestimenta ya se la había puesto en sus anteriores visitas. La aristócrata, enamorada, le creyó.
En cualquier caso, ninguno de los dos presagiaba la tormenta mediática que se desataría horas después, cuando la grabación llegó a los periodistas, en la mañana del viernes 23. Tras estallar la polémica, Tamara dudó si ir o no a una boda que tenía prevista para esa tarde, a las afueras de Madrid. Incluso llegó a cancelar su asistencia, aunque, después de otra conversación con Íñigo, reconfirmó su presencia en la celebración. “No tengo nada que esconder, no tengo nada de que avergonzarme. Es un momento muy feliz y no voy a permitir que nadie me lo estropee”, confesó la marquesa de Griñón a sus más allegados. Además, avisó a los novios de que iría acompañada del empresario, cuya asistencia no estaba prevista hasta el momento.
El móvil de Tamara, intervenido
En esos momentos, ya había tenido lugar otro inquietante suceso, que ahora ¡HOLA! saca a la luz: mientras la aristócrata se arreglaba para acudir a la citada boda, le fue ‘hackeado’ su teléfono móvil. Y no solo eso, ya que compartieron el comprometido vídeo de Íñigo en su estado de WhatsApp. Ella no se enteró de lo acontecido hasta que su equipo pudo avisarla. A continuación, la hija de Isabel Preysler trató de borrar la publicación y, al no conseguirlo, tuvo que borrar la aplicación de WhastsApp de su dispositivo móvil. No obstante, ya había transcurrido el suficiente tiempo como para que la grabación la vieran algunos de su contactos.
Al día siguiente, cuando creía a Íñigo, le ‘hackearon’ el teléfono móvil a Tamara. Y no solo eso, ya que compartieron el comprometido vídeo de su novio en su estado de WhatsApp
Este suceso se interpretó por algunas personas como una confirmación de las sospechas, cuando lo que había ocurrido es que le habían intervenido el móvil.
Alrededor de las siete de la tarde, Tamara y su novio abandonaron su domicilio, en pleno centro de Madrid. Lo hicieron entre los flashes de los paparazzi y las preguntas indiscretas de los reporteros. Para su llegada al lugar de la celebración, ubicada al norte de la capital, a la marquesa de Griñón se le dio la posibilidad de acceder con su coche al interior de la finca. No obstante, por recomendación de Isabel Preysler, prefirió entrar andando al lugar, para que Íñigo pudiera expresarse ante la prensa.
Así fue como el empresario dio sus explicaciones sobre este espinoso asunto: “Son vídeos de 2019, porque ya he ido a ese lugar tres veces. Que quieran sacar esto el día de nuestro anuncio de engagement…”, se lamentó, utilizando este anglicismo para referirse a su compromiso. “Estamos muy contentos con haber tomado esta decisión. Es un paso que nos emociona a los dos y es una lástima que siempre haya gente que quiera destrozar nuestra relación. Pero nosotros estamos contentos con ello”, continuó Onieva, quien agarraba de la mano a su novia, callada y visiblemente incómoda. “Quiero a Tamara con locura. Nos vamos a casar, pese a quien pese. Siempre se están sacando cosas inventadas… Nuestras familias están encantadas con la noticia, pero es una tristeza que un momento tan especial se vea machacado”, expresó el empresario, quien aseguró que “continuamente” le era fiel a su pareja. En ese instante, fue cuando le preguntaron a la marquesa de Griñón si perdonaría una deslealtad, a lo que ella respondió: “¿Estamos locos o qué?”.
La conversación más dura
Durante la celebración de la boda, Tamara e Íñigo se comportaron como una pareja más, mostrándose unidos, cómplices y sonrientes en todo momento. Así lo confirma un invitado a ¡HOLA!, quien apunta que “se los veía superenamorados”. Igualmente, quedó constatado en las redes con las imágenes que compartieron otros asistentes al enlace, como Eugenia Silva. “El amor está en el aire”, escribió la modelo cuando publicó una foto de los dos, completamente ajenos a lo que se estaba diciendo fuera.
En un principio, Íñigo negó las acusaciones. “Son vídeos de 2019. Nos vamos a casar, pese a quien le pese”, declaró el viernes 23, mientras acudía con Tamara a una boda
Por entonces, en televisión y en las redes se desvelaban las pruebas que desmontaban la versión de Onieva. Primero, las cuentas de Instagram de otros asistentes a Burning Man indicaban que su estilismo solo podía ser de este año y, concretamente, del pasado día 2 de septiembre. También se señalaba que la música que sonaba en los vídeos acababa de lanzarse al mercado. De todo ello, la hija de Isabel Preysler se enteró cuando abandonó el convite, poco después de servirse los postres. Sin embargo, fue un juego de luces, que no existía en 2019, lo que alertó definitivamente a Tamara.
Ya en su casa, la pareja mantuvo una seria conversación. El contenido de la misma no lo ha querido compartir la marquesa de Griñón con sus allegados, pero el empresario ya no pudo negar más la evidencia. Falcó confirmaba así la doble traición: por un lado, la infidelidad de su novio, pero también, las mentiras que habían dinamitado su confianza para siempre. Además, esa madrugada, Onieva abandonó el domicilio.
El momento de la ruptura definitiva
Alrededor de las ocho de la mañana, del sábado 24, Tamara salió de su domicilio para pasear a sus dos perras, ‘Jacinta’ y ‘Vainilla’. Además de mostrarse derrotada, ya no llevaba el anillo de compromiso. Era una prueba más que evidenciaba que su relación con Íñigo Onieva peligraba. Es más, dos horas después, la aristócrata borraba la imagen con la que había anunciado sus planes de boda.
“En los vídeos, aparezco en una actitud inaceptable. Pido disculpas por no haber sido honesto y pido perdón a Tamara y a su familia”, dice Íñigo en su comunicado
Aquel gesto iba más allá, porque, con la eliminación de la publicación, Tamara también daba por finalizada su relación. “Me duele el alma”, llegó a confesar a unos amigos. No era para menos, ya que su mundo se había venido abajo de la noche a la mañana y se encontraba en una situación difícil de aguantar. Se sentía profundamente dolida, porque su novio le había mentido ante toda España y le había sometido a una presión pública, algo todavía más inaguantable.
A continuación, Tamara decidió trasladarse a casa de su madre, en Puerta de Hierro. Allí lleva refugiada desde entonces y es donde está arropada por sus seres más cercanos. Por supuesto, la primera que está más pendiente de ella es Isabel Preysler. Mario Vargas Llosa no las acompaña, ya que el premio Nobel se encuentra en Perú con su familia. Igualmente, la marquesa de Griñón cuenta con el calor de su hermana Ana Boyer, que ha volado desde Catar para estar con ella, así como el de su primo Álvaro Castillejo Preysler, entre otros. Además de sus seres queridos, Tamara busca consuelo en su fe, tan importante para la aristócrata.
La respuesta desesperada de Íñigo
Dentro de esta montaña rusa de emociones, Tamara pasó del dolor más profundo a un enfado encendido: corta cualquier tipo de comunicación con Íñigo. A pesar de todo, este intenta restablecerla —sin éxito— poniéndose en contacto con algunas de las personas de máxima confianza de la que había sido su novia. Ante el desconcierto, Onieva reaccionó con la intención de recuperar a Tamara. Dentro de la confusión, llegó a plantearse volver a salir a las puertas de su casa para hablar ante los medios. Sin embargo, decide dar marcha atrás y manifestarse a través de un comunicado, que revisan sus asesores jurídicos.
A primera hora del sábado, la marquesa borró la imagen con la que había anunciado sus planes de boda en las redes. Para ella, su relación ya estaba completamente rota. “Me duele el alma”, confesó a unos amigos
Pasadas ya las 14 horas de ese mismo domingo, el empresario compartía esa carta de arrepentimiento en su cuenta de Instagram. “Pido disculpas por no haber sido honesto y pido perdón a Tamara y a su familia públicamente”, reza el escrito. “En los vídeos difundidos, aparezco en una actitud inaceptable, de la cual estoy absolutamente arrepentido y destrozado”, continuaba el empresario. “Estoy completamente enamorado de Tamara y es la mujer de mi vida, por lo que me duele enormemente haberle hecho daño”, añadía. Además, Onieva pedía el cese de la difusión de imágenes que pudieran afectar al derecho a la intimidad de la pareja, así como de informaciones que vulnerasen su privacidad.
A pesar de haber asumido Íñigo su gran error, la marquesa de Griñón se muestra inamovible en su decisión y así lo insiste su círculo a ¡HOLA! La prueba es que, alrededor de la medianoche del lunes 26, ella bloquea al empresario de las redes.
Unos rumores constantes
En la actualidad, la confianza de Tamara en Íñigo está completamente quebrada. A lo largo de estos dos años de relación, había confiado en el empresario y eso que los rumores de infidelidad han sido incesantes. Desde que comenzara su relación, se ha puesto en duda en otras siete ocasiones. En todas ellas, Tamara siempre creyó en la palabra de Íñigo.
Esa tarde, se instaló en la casa de su madre, en Puerta de Hierro. Allí también se encuentra arropada por Ana Boyer, quien ha volado desde Catar para estar junto a su hermana
Los primeros rumores aparecieron a principios de mayo de 2021, siete meses después del inicio del noviazgo. Entonces, se acusó al empresario de haber besado a otra chica en una fiesta celebrada en una casa privada. Tamara llegó a defender a su entonces novio ante los medios: “Si lo conocierais, sabríais lo cariñoso que es. Pero es que es cariñoso con el perro, con su madre, con sus amigos… Con todo el mundo. Si tuviera la más mínima duda… Es que no”, zanjó la aristócrata. Pero, a finales de ese mismo mes, volvieron a surgir otros rumores con otra tercera persona, lo que hizo que Íñigo difundiera un comunicado a través de su equipo jurídico: “Estas manifestaciones no solo son inveraces e injuriosas, sino que carecen del más mínimo interés público”.
A pesar del escrito, se volvió a poner en entredicho la lealtad de Onieva en agosto de ese mismo año. En esta ocasión, se afirmó que aparecía en una aplicación para buscar pareja. Finalizado ese verano, en octubre, otra vez, vincularon al madrileño con otra joven, algo que hizo que su novia lo defendiera una vez más: “No soy muy celosa, pero tampoco me gusta que me falten al respeto. Íñigo no es muy de flirtear”, declaró la hija de Isabel Preysler en El hormiguero . “Si considero que hay una tontería inaceptable, entonces, no es que me ponga celosa… Es que creo que yo lo valgo y se va a freír monas…”, espetó, apostillando también que conocía la contraseña para acceder al teléfono móvil de su pareja.
“La confianza es la base de cualquier relación”
Ya en marzo de este año y, de nuevo, en abril, se habló de supuestas nuevas infidelidades por parte de Íñigo, que se habrían producido en la discoteca que tiene el empresario en pleno centro de Madrid. Otra vez más, Tamara tuvo que dar la cara: “Las fotos se pueden malinterpretar muchas veces. Jamás he sentido una falta de respeto de Íñigo hacía mí. Todo lo que se ha dicho es con doble intención y lo encuentro totalmente injusto”, declaró la hija de Isabel Preysler, que volvió a pronunciarse sobre este tema cuando algunos medios se hicieron eco, en agosto, del reencuentro de Onieva con su exnovia, la actriz Lucía Guerrero —compañera de Jaime Lorente en la serie El Cid, de Amazon Prime Video—. Tamara se pronunció abiertamente en su última aparición con Tous, que tuvo lugar el 14 de septiembre, en Madrid. Allí, le restó cualquier tipo de credibilidad a estas informaciones sobre su chico: “De verdad que no tiene importancia. Es que la gente es amiga. No hay ningún mal rollo. Ya que no puedes hablar con nadie del otro sexo… Es ridículo. Yo no quiero ese tipo de relación”.
A pesar de haber asumido Íñigo su error, Tamara se muestra inamovible en su decisión. “Ella, como cristiana, lo perdonará, pero tiene claro que, como mujer, no lo hará”, nos asegura su entorno
—¿Te cansan que salgan esas informaciones?
—Hombre, agradable no es (ríe).
—Pero confías plenamente en Íñigo.
—Confío cien por cien en él. Cien por cien. La confianza, para mí, es la base de cualquier relación.
¿Quién ha traicionado a Onieva?
En estos momentos, en los que trata de buscar una nueva oportunidad con Tamara, Íñigo desconoce quién es la persona que ha sacado a la luz esta infidelidad y eso que el grupo de amigos que lo acompañó a Burning Man era muy muy reducido. Esta situación le ha dejado también en una situación complicada a nivel laboral. No hay que olvidar que, además de ser socio de una discoteca en Madrid y de llevar un peso importante en sus relaciones públicas, Onieva trabaja para Mabel Hospitality, empresa de Abel Matutes, Jr., y Rafael Nadal, donde se encarga de desarrollar los restaurantes Tatel y otros negocios.
Mientras desconoce quién ha sacado a la luz esta infidelidad, el empresario amenaza con emprender acciones legales para evitar la difusión de más imágenes comprometidas
Su familia también se encuentra derrumbada. “Estamos todos muy mal”, afirmó su madre, Carolina Molas, en la tarde del lunes 26, mientras abandonaba su domicilio. Por otro lado, nos deslizan que Íñigo está en conversaciones con su equipo jurídico: que haya cometido una infidelidad no significa que vaya a permitir que se vulnere su derecho a la intimidad. Con ello, trata de parar la difusión de nuevas imágenes con otras chicas, tomadas, supuestamente, durante su noviazgo con Tamara. Es algo que no ha logrado conseguir, ya que este mismo lunes 26 se emitieron vídeos suyos en actitud comprometida.
Por su parte, la marquesa de Griñón trata de reunir fuerzas para pasar página. Su intención es seguir con sus compromisos profesionales y reaparecer este jueves 29 en El hormiguero, donde colabora cada semana. De la misma forma, confía en regresar a su domicilio en unos días. Sin embargo, todo depende de la evolución en su estado anímico. Decepcionada y dolida, la marquesa siente que este capítulo de su vida es como una película de terror televisada ante toda España. “Ella, como cristiana, perdonará a Íñigo, pero tiene claro que, como mujer, no lo hará”, desliza su entorno a ¡HOLA! Ha sido demasiado grande el escándalo y todo lo que ha vivido públicamente. Afortunadamente, todo este incidente le ha demostrado el amor que despierta tanto en sus amigos como en el gran público. Su círculo confía en que sea fuerte y en que saldrá adelante. Igualmente, sabrá, en el futuro, que las cosas pasan por algo.