Comenzó como una terapia, “para ver quién soy, de dónde vengo, a dónde voy…”, y, sin pretenderlo, Mai Meneses ( Nena Daconte ) ha escrito una autobiografía, Tenía tanto que darte (editorial Penguin Random House), en la que cuenta, a corazón abierto, una vida llena de luces, pero, sobre todo, de muchas sombras.
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Nunca antes se había confesado -al menos, en público- de esta forma, y lo hace sin eludir ningún tema. Ni siquiera su comentada separación -hace más de una década- de su excompañero Kim Fanlo, quien fuera la otra mitad de Nena Daconte, y con quien, nos reconoce, desde que tomaron caminos diferentes musicalmente, sigue sin tener trato a día de hoy.
Hablamos con ella de esa etapa de éxito, fracaso y el infierno que vivió con el alcohol y las drogas. Y aclara: el título del libro nada tiene que ver con la famosa canción, uno de sus grandes éxitos.
- Mai, ¿por qué comenzaste a escribir esta autobiografía?
- Fue de pronto. Después del confinamiento, empecé a escribir un poco a modo de terapia… para ver quién soy, de dónde vengo, adónde voy… y una vez tenía el libro escrito, se lo empecé a enseñar a familiares y amigos que me animaron a que hiciera algo con él. A través de la discográfica donde estaba contactamos con la editorial Penguin Random House y empezamos a trabajar en ello. Decidí publicarlo un poco porque me di cuenta de que el tema de la salud mental tenía mucha relevancia en el libro y era un tema que está siendo muy importante últimamente… que se le está dando como el lugar que necesita. Justo me leí el libro de Ángel Martín, el de Por si las voces vuelven, y me sentí súper identificada con él. Me sentí acompañada, dejé de sentirme sola, como que lo que me pasaba a mí no le pasaba a nadie más en el mundo… y pensé que publicar mi libro podría ayudar a más gente.
- Un libro así, al final, supone desnudarte frente al público… ¿Has sentido algún tipo de reparo al publicarlo?
- La verdad es que sí, es un acto de bastante honestidad. He escrito el libro con el corazón en la mano, contando mi verdad, y es cierto que me sitúa en una posición bastante vulnerable… Pero no, no creo que eso vaya a ser malo o tenga por qué serlo.
“He escrito el libro con el corazón en la mano, contando mi verdad, y es cierto que me sitúa en una posición bastante vulnerable”
- ¿Lo has visto como una especie de liberación?
- Sí, yo lo escribí a modo de terapia y ha funcionado. O sea la sensación de desahogo que me ha quedado después ha sido bastante grande, la verdad.
- Llama la atención el título que has escogido para el libro. Tenía tanto que darte es uno de los grandes éxitos de tu carrera
- No es tanto por el título de la canción como por la frase en sí. Si te lees el libro, es que tenía tanto que darte pero no he podido. Es un poco el título que me parecía más apropiado para todo lo que te iba a contar. En la canción significa lo mismo, cuántas cosas me han quedado por contarte y no lo he podido hacer.
- Hace tiempo se comentaba -erróneamente- que esta canción había nacido a raíz de una dura experiencia, que habías sufrido un aborto…
- Eso lo explico en el libro un poco. Mucha gente me ha dicho que esta canción le ayuda un poco a sobrellevar la muerte de un ser querido. Aunque es una canción de desamor, creo que la música lo bonito que tiene es que cada uno la interpreta a su manera y la utiliza para sus propias emociones.
- Hablas también de tus problemas de autoestima, y que siempre te has esforzado mucho por agradar a todo el mundo
- Al principio hago una descripción de cómo me sentía yo cuando empecé… Digo un poco eso, que una parte importante de mí siempre ha querido agradar a los demás, ¿no? Entonces vas construyendo tu imagen personal en función de lo que opinen los demás de ti… y, al final, eso te lleva como a un callejón sin salida porque al final lo importante es la imagen que tengas tú de ti misma y la que quieras proyectar de ti, no la que tengan los demás de ti.
- ¿Dirías que, a día de hoy, te has encontrado a ti misma?
- Sí, ya no intento agradar en general a casi nadie (se ríe) y creo que en ese aspecto he madurado bastante y no he vuelto atrás. Ahora me siento bien conmigo misma y creo que soy capaz de salir sin maquillar a la calle.
“Es verdad que sentirme un poco perdedora (yo salí la primera de Operación Triunfo) me llevó a pensar que yo no tenía talento suficiente... y empecé a sentir que mi autoestima decaía cada vez más”
- ¿Qué papel ha tenido la música en todo este proceso de cura, de encontrarte a ti misma?
- A mí la música siempre me situaba en una posición como de constante lucha, que yo quería como… ver quién no era en el fondo, y hasta que no he conseguido bajar el nivel de expectativas, que se me quitara de la cabeza la típica artista del sueño americano, no he llegado a sentir placer tocando o cantando. Pero ahora, en cambio, al bajar el nivel de expectativas hacia mí misma y autoexigencia, me siento mucho más cómoda con los talentos que tengo y con lo que puedo ofrecer en el mundo de la música. Ahora estoy completamente en paz con ella.
- Operación Triunfo marcó, sin duda, tu carrera, pero has llegado a decir que para ti supuso un gran trauma…
- Yo lo que sí recuerdo con cariño es todo lo que fue la experiencia de OT: la academia, la televisión, cómo nos cuidaban, cómo nos trataban… pero sí es verdad que sentirme un poco perdedora (yo salí la primera del concurso) me llevó a pensar que yo no tenía talento suficiente, que quizá tenían razón y por eso me habían echado la primera… y empecé a sentir que mi autoestima decaía cada vez más. Creo que a la larga sí que se convirtió en un trauma. Pero yo como que no lo veía, no me daba cuenta de cómo me estaba afectando en ese momento.
- Sí es verdad que fuiste la primera expulsada, pero después tuviste un gran éxito que otros concursantes de OT no han alcanzado, aun siendo ganadores o quedando en posiciones mejores
- Ya, la verdad es que nosotros tuvimos mucho éxito y se estaba como cumpliendo el sueño de vivir de la música… Estábamos viviendo una experiencia increíble, pero yo, poco a poco, como que me sentía fuera de eso… Era como si no me estuviera pasando a mí el éxito, ¿no? O no tuviera nada que ver conmigo, como si fuera todo producto de una buena estrategia de márketing. Lo que después comprendí es que estaba pasando el síndrome de la impostora. Todo lo que me pasaba pensaba que no me lo merecía, que no estaba a la altura del papel que nos estaban dando… empecé a sentir muchísima responsabilidad. Cada vez teníamos más trabajo, más exposición… y a mí me empezó a sentar un poco mal. Yo pensaba que no daba la talla en ningún momento.
- ¿Alguna vez sentiste presión por parte de la industria musical?
- La industria lo que quiere es hacer números y hacer hits… Entonces, si lo haces, muy bien, pero si no, estás fuera de la industria, ¿no? No hay más que hablar… y ahora por ejemplo que estoy en una compañía independiente, Subterfurge, siento que se valora más la obra del artista en su conjunto. No solamente el hit o la canción que puedas sacar y explotar… Aunque sí es verdad que una canción pegadiza suele gustar más a la gente.
“Yo siempre he sabido que al final eres un producto en todo el engranaje”
- ¿Te llegaste a sentir como un número?
- No especialmente. Yo siempre he sabido que al final eres un producto en todo el engranaje. Más que como un número, me he sentido que era un producto más
- Has hablado de tu etapa más ‘oscura’ en la que caíste en el alcohol y las drogas… ¿Cómo saliste? ¿En qué momento tu cabeza hizo ‘click’?
- Fue un momento en el que toqué fondo y entonces me di cuenta de que si seguía por ese camino, iba a acabar muy mal, me rescaté a mí misma y volví a Madrid. Entonces no me importaba nada ni nadie… Yo quería volver a ser la persona que había sido antes de irme, ¿no? Para sentirme como ahora ha sido un trabajo de años, de terapia, de leer muchos libros de crecimiento personal, sobre inteligencia emocional… Poco a poco he ido recuperando esa seguridad, esa autoestima… y por eso también he escrito el libro, porque creo que es bonito ver cómo de la oscuridad se puede llegar a la luz.
- ¿Alguna vez te ha costado admitir que has tenido problemas de salud mental?
- No, yo en mi entorno no he tenido problemas, sí que es verdad que en determinadas generaciones, decir todavía que vas al psiquiatra se ve como un tabú, pero por suerte, pues eso hay que cambiarlo un poco entre todos y que los temas de salud mental se traten igual que un tema de diabetes… que no depende tanto de nosotros, ¿no? ¿Qué culpa tengo yo de que mi cerebro esté descompensado?
- Otro tema que tratas en el libro es tu ruptura musical (y emocional) de tu compañero (Kim Fanlo) con quien formabas el grupo Nena Daconte, ¿cómo lo viviste?
- Bueno, yo lo voy explicando un poco en el libro… La idea de hacer un dúo surgió un poco por amistad, y cuando se acabó la amistad, para mí dejó de tener sentido toda esa historia de compartir algo tan importante como lo que tenemos entre manos con una persona que ya no era mi amigo, que no me tenía tan en cuenta para la toma de decisiones, por ejemplo. Ha sido un proceso bastante duro y bastante largo. Bueno, intento explicarlo de la mejor manera posible en el libro, con el corazón en la mano y contando mi verdad (que me imagino que no será la de todo el mundo).
- ¿Te has arrepentido en alguna ocasión de romper esa unión musical?
- Yo lo que me planteo es si la decisión de la discográfica de mantener el nombre fue acertada o no. Eso sí que me lo he planteado muchas veces. A lo mejor si la discográfica hubiese dicho: ‘Se acabó Nena Daconte y ya está’… No sé si la vida me hubiese ido mejor o peor… Sin embargo, la discográfica siguió con el nombre y ése es un poco el quid de la cuestión, ¿sabes? Lo de separarme lo tenía clarísimo. Necesitaba volver a Madrid y a un entorno diferente y por eso lo hice. O sea que en ese sentido fue de las mejores decisiones que he tomado.
“La idea de hacer un dúo surgió un poco por amistad, y cuando se acabó la amistad, para mí dejó de tener sentido toda esa historia de compartir algo tan importante”
- Ya no mantienes ninguna relación con él, ¿no?
- No, no, cero.
- Visto con perspectiva, desde el presente, ¿cambiarías algo de lo que hiciste?
- No, yo sólo pienso que si yo no hubiese sido tan insegura, muchas cosas no habrían pasado. Parte de mi responsabilidad es ésa, ¿no? La de pensar: hay que ver que tienes una oportunidad grande y no puedes aprovecharla por culpa de la inseguridad, de todos esos miedos, del síndrome de la impostora… que al final es un sistema de creencias que uno tiene y que te dejan… triunfar o no. O sea que depende mucho de uno mismo.
- ¿Estás contenta con tu carrera?
- Yo estoy feliz ahora mismo, la música me parece la mejor profesión del mundo. Estoy encantada, he encontrado cómo conectar con el público y eso me hace feliz porque cada concierto para mí está siendo mágico, increíble, ver cómo la gente se lo está pasando bien y está compartiendo ese rato de música… Ahora estoy haciendo un disco nuevo, que ya tengo grabado entero. Como queremos sacarlo en vinilo, nos lleva más tiempo y no lo tendré hasta marzo. Me hace muchísima ilusión y también tengo muchos conciertos.
- A día de hoy, ¿te cuesta tocar y cantar canciones de tu etapa en Nena Daconte?
- No, la verdad. Es como si yo voy a un concierto de REM y estoy esperando escuchar el ‘Losing my religión. Sería un poco raro que no la tocaran, ¿no? Pues a mí me pasa un poco lo mismo. O sea, si no toco determinadas canciones, la gente va a decir que qué concierto, que han venido a escuchar los éxitos. Yo eso lo llevo con total normalidad. Sí que es verdad que alguna vez se comentó que odiaba la de Tenía tanto que darte, pero no era tanto odiarla, era más como sentir que qué pena que hay otras canciones que también están muy bien, con las que yo conecto a lo mejor más, y que no hayan tenido tanto éxito… Pero yo me siento súper agradecida con todas esas canciones porque son las que me abren las puertas y me permiten estar aquí a día de hoy, veinte años después.
- Durante un tiempo, ¿tuviste problemas para subirte al escenario?
- Tenía mucho pánico escénico y cada vez que hacía un concierto lo pasaba fatal, tanto antes como después… y me daba la sensación de que este trabajo era un suplicio en el fondo. Lo pasaba más mal que bien. El resto era un poco pesadilla. El problema era el cómo veía yo a la gente y cómo la veo yo ahora. El confinamiento, por ejemplo, creo que ha tenido un papel importante a la hora de hacer el ‘click’ porque me he vuelto mucho más cariñosa y mucho más simpática… y no sé, disfruto mucho más de la gente.
“No me cuesta cantar los grandes éxitos de Nena Daconte... me siento súper agradecida con todas esas canciones porque son las que me abren las puertas y me permiten estar aquí a día de hoy”
- Me imagino que después de la pandemia tendrías ganas de volver a dar conciertos
- Además que yo llevaba sin hacer conciertos como muchísimo tiempo, y creo que desde el 2017 no hacía conciertos, así que volver ha sido una gozada. Y sobre todo porque la gente… Cuando empezamos con los conciertos sin mascarillas, la gente estaba como súper animadísima, con muchas ganas de pasarlo bien.
- A parte de tu papel como cantante, tienes otro importante como madre. ¿En qué te ha cambiado la maternidad?
- La idea de rendirse como que desapareció de mi cabeza, y tengo una canción, la de Sólo muerdo por ti, en la que cuento (cuando me quedé embarazada de mi primer hijo) que iba a ser como la más valiente, que iba a luchar contra el viento y marea y contra mí misma en caso de que me deprimiera o me pusiera triste… Dice la letra que nunca voy a estar tan triste como para morir, ¿no? Un poco ése es el sentimiento de valentía, de arrojo, de fuerza…