Fue en las Navidades de 2016 cuando Paloma Cuevas conoció al actual rey Carlos III, en su palacio escocés de Dumfries. No fue un encuentro fortuito ni pasajero, sino que la diseñadora tuvo la gran oportunidad de compartir mesa y mantel con el hijo de la recientemente fallecida Reina de Inglaterra con motivo de la conmemoración del veinte aniversario de su colaboración con la firma Porcelanosa . Un encuentro que Paloma nunca va a poder olvidar y que ahora ha rememorado para ¡HOLA!.
© Hola- En las Navidades de 2016, tuviste ocasión de conocer al entonces Príncipe de Gales, hoy rey Carlos III... ¿Cómo recuerdas aquel momento?
- Con gran cariño porque fue muy entrañable en todo momento con sus invitados.
-¿Cómo te sentiste al participar en aquella reunión en Dumfries House, en Escocia?
- Fue una noche inolvidable. El Rey hizo que todos los allí presentes nos sintiéramos muy bien recibidos.
- ¿Tuviste tiempo para conversar con él? ¿De qué hablasteis?
- Sí, tuve el gran honor de estar sentada a su derecha. El Rey es realmente una persona muy amable y atesora un gran sentido del humor. Hablamos mucho sobre España, se interesó mucho por el sur de nuestro país, en especial, estuvimos hablando de Córdoba, la ciudad de donde soy, la única con cuatro patrimonios de la Humanidad, sobre agricultura, en especial sobre la producción del aceite de oliva, la medicina alternativa y sobre sus nietos.
© Paul Burns- ¿Conociste también a su mujer, Camila?
- No, no estaba esa noche.
- ¿Qué es lo que más te impresionó de Carlos?
- Su gran sentido del humor.
- ¿Crees que será un buen Rey de Inglaterra?
- Estoy segura. Carlos III es un rey muy comprometido con las causas sociales, un activo patrocinador del emprendimiento para los más desfavorecidos, tiene una sólida preparación que ha labrado durante todos sus años como Príncipe de Gales.
- ¿Cómo has vivido estos días del fallecimiento de la Reina de Inglaterra? ¿Te ha impresionado?
- Mucho. Isabel II fue además de la reina de los británicos, una reina para todos, un símbolo de liderazgo para su país y para el mundo, dejando un legado de prosperidad y paz para el Reino Unido, país al que se entregó con absoluta devoción.
