El reloj marca las 6 en punto en una Ciudad de México nublada. En el interior del salón Terraza de la Hacienda de los Morales, ubicada al poniente de nuestra capital, se afinan los detalles para la gran celebración: el cumpleaños número cincuenta de Alejandro Basteri, hermano de Luis Miguel, un evento sorpresa organizado —en tiempo récord— por su gran amor, Mariana Otero, a quien conoce desde hace más de 25 años.
El staff del recinto aprovecha los últimos minutos: infla los globos restantes que conformarán una enorme estructura decorativa, hace prueba de luces y sonido, una saxofonista practica con gran concentración diversos acordes, rodeando con ritmo las nueve mesas circulares que acaparan la sala y están enfundadas con manteles color arena, cristalería fina y un ‘50’ dorado como centro de mesa, para lo que promete ser una noche memorable. Los nervios en el ambiente se agudizan; el festejado está por llegar.
“Si la vela de mi pastel cumpliera un deseo, pediría unir a la familia. Que estuviéramos todos juntos una vez más”
A las 7:00 de la tarde, ¡sorpresa! Álex Basteri aparece sonriente por la puerta grande vistiendo un saco azul marino con un pañuelo a tono, jeans, zapatos y cinturón de su nueva línea de ropa Basteri Collection, la marca que rinde homenaje a su madre, Marcela Basteri, y con la que se estrenó como empresario de moda en la recta final del 2021. A su lado está Mariana, la directora de orquesta de la noche, en un minivestido azul obscuro con aplicaciones de lentejuela. “Apenas cumplo cincuenta, soy un bebé”, dice el hermano menor de “El Sol de México”. Su celular no deja de sonar. Una videollamada tras otra. Es interminable la lista de gente querida y repartida por todo el mundo que lo quiere felicitar en su cumpleaños más especial. Alejandro está feliz. Sus ojos azules brillan con intensidad. “¡Me siento en una boda!”, dice mirando a su alrededor.
“¿Qué se siente al cumplir cincuenta?”, le pregunta ¡HOLA! “No sé, porque no tengo cincuenta. Tengo veinticinco y me comporto de dieciocho. Tengo una edad muy joven. Son muy pocos años”, responde entre risas. Antes de la llegada de los asistentes, iniciamos una sesión de fotos exclusiva con el protagonista indiscutible de la velada y su cómplice, Mariana Otero. Posan con gran complicidad frente a unas letras gigantes blancas de leds que forman la frase “Álex 50”… y empiezan los flashes.
¡Fiesta!
Tras lograr una serie de fotografías para el recuerdo, conversamos brevemente con Basteri sobre el significado de estas cincuenta primaveras, la familia, y su mayor deseo de cumpleaños.
—Álex, ¿qué balance haces de estos cincuenta años de vida?
—Lo que te da balance no es la edad, sino la experiencia, lo que hayas vivido. Estar con gente educada que entiende de valores, y que va acorde con tu forma de pensar y vivir. Con quien te juntes es lo que te da un balance en esta vida, no la edad.
—¿Cambiarías algo?
—No cambiaría nada, porque las situaciones que uno vive, buenas o malas, son experiencias. Aprendes. El día que no lo haces, te vuelve a pasar.
“Todo es complicado en esta vida, en las relaciones humanas y en familia, un poquito más a veces, pero gracias a Dios tenemos una buena relación”
—¿Cuáles son tus mayores satisfacciones?
—Viajar, reunirme con gente querida a conversar y que cada uno dé su punto de vista. No hay nada mejor y más sano que tener buenas amistades que contribuyan en lo espiritual y sentimental… En mi caso, he estudiado muchísimas cosas. Dentro de mi caparazón de joven y ahorita de grande he aprendido dibujo, escultura, actuación en teatro, piano. He hecho cinematografía, multimedia, televisión… Ser padre también me hace sentir muy satisfecho. La familia es lo principal. Yo siempre he sido gran partidario de la unión familiar. Todo es complicado en esta vida, en las relaciones humanas, y en la familia a veces un poquito más. Pero gracias a Dios tenemos todos una buena relación.
—Si pudieras congelar algún instante de estos cincuenta años, ¿cuál sería?
—Tengo varios. En este momento de lo que más me puedo llegar a acordar es cuando en nuestra familia, por cuestiones de la vida, hubo desunión. Pero, por lógica, porque hay que entender que las generaciones se van y no por otra cosa, sino porque de repente hay situaciones complicadas.
—Entonces, ¿congelarías el momento en el que estaba unida la familia?
—Yo creo que sí. Yo creo que todos.
—Si tu velita de pastel fuera a cumplir todos tus deseos, ¿qué pedirías?
—Unir a la familia. Que estuviéramos todos juntos una vez más.
“Ser padre es una de mis mayores satisfacciones. La familia es lo principal. Yo siempre he sido gran partidario de la unión familiar”
—¿Qué ha traído Mariana, la organizadora de esta gran fiesta, a tu vida?
—¡Esto es sorpresa para mí! Yo no quería festejar mis cincuenta años; bueno, mis veinticinco por dos, pero decidió hacer una fiesta y aquí estoy. Ella y yo llevamos más de 25 años de conocernos, de ser novios de manita sudada. Es divertidísima y es una gran persona.
—¿Volver a ser papá te gustaría?
—Ese tema no lo tengo todavía claro.
—Álex, ¿qué esperas de esta noche?
—Para empezar, yo no esperaba esta noche. Es sorpresa, yo no tenía ni idea. Lo único que espero es que mis amigos y los de ella estén felices y la pasen muy bien. Se trata de disfrutar.
—Desde que llegaste a la Hacienda tu teléfono no ha dejado de sonar. Es increíble la cantidad de gente que te quiere.
—Me sorprende. No es porque me quieran, es porque yo los quiero. Es mutuo amor y cariño.
—¿Has podido hablar con Luis Miguel en este día de tu cincuenta cumpleaños?
—Es muy obvia la contestación (dice sonriendo). Las cosas son positivas y yo uno a las familias. Esos temas prefiero mantenerlos míos, pero hay muy buena relación con toda mi familia. Tenemos un respeto y un cariño común. Lo único que hay que decir es que: ¡Viva la familia!, y que todos seamos felices como lo somos. Quitando que ya llegué al quinto piso (risas). Noventa invitados se han congregado para felicitar a Alejandro. Entre ellos, sus grandes amigos, el empresario Rafael Herrerías, el presentador Óscar Madrazo, los hermanos Rodrigo y Alberto Ruiz de Teresa, Daniela Califa, Alexa Rodulfo, y más. Los grandes ausentes de la velada sin duda fueron su hermano mayor, Luis Miguel, y sus hijos, Isabella, de veintidós años, a quien tuvo de su relación con la nicaragüense Alexandra Alcocer, y Pierre Alexander, de doce, fruto de su unión con Bibiana Domit. Se inaugura la barra de comida mexicana y tras deleitarse con diversos platillos, los asistentes toman la pista de baile repleta de luces para mostrar sus mejores pasos, pero, sobre todo, festejar la vida de Álex.