La historia de Lorena Durán es pura inspiración. La sevillana es un bellezón de rompe y rasga, literalmente, ya que con su silueta de mujer rotunda arrasa en medio mundo y, además, tiene el firme propósito de “cortar” de una vez con los estereotipos que imperan entre los bastidores de la moda. Castaña de ojos verdes, con una estatura de 1,75 y una talla 40, Lorena ha conquistado el Everest de las modelos: convertirse en uno de los cotizados ángeles de Victoria’s Secret. La española firmó hace tres años con la famosa marca de lencería y admite que el fichaje fue un antes y un después en su carrera. También ha participado en varias ediciones del especial de moda de baño de Sports Illustrated, otra de las metas soñadas por las modelos de todo el mundo.
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Hoy Lorena, con veintiocho años, está en la cumbre y no para de recibir reconocimientos. El último, el Premio L’Oreal París a la Mejor Modelo de la última edición de MBFWM. Pero para llegar hasta aquí ha tenido que recorrer un largo camino, lleno de obstáculos, de “noes” y de puertas que se le cerraban en las narices. Ejemplo de fortaleza y coraje, la guapa andaluza supo convertir la adversidad en una oportunidad. A los quince años, cuando su carrera como modelo empezaba a despuntar, pasó de una talla 36 a una 44 debido a un problema hormonal. Lejos de tirar la toalla, asumió su nuevo cuerpo y decidió, como dice ella, “tirar para adelante” y seguir luchando por lograr su sueño.
“Sinceramente, para mí fue un shock verme con una talla diferente, estaba acostumbrada a verme delgadita. Lo que pasa es que soy muy cabezota y lo que quiero, lo trabajo y voy a por ello”
—Lorena, enhorabuena por el Premio L’Oreal, ¿cómo te sientes?
—Muy feliz, no me lo esperaba para nada y es un orgullo que me consideren la mejor modelo de la Fashion Week Madrid.
—¿Has pensado que vas a hacer con el dinero del premio?
—Me acabo de comprar una casa en Madrid, así que lo voy a invertir en ponerla bonita, en decorarla.
—¿Ahora vives en Madrid? Porque eres de Sevilla y has vivido en Nueva York hasta hace poco, ¿no?
—Sí, yo soy de Sevilla, pero me mudé a Estados Unidos hace cuatro años y medio. Hace dos meses me vine a Madrid y la verdad es que me apetecía estar en mi país un tiempo. Aunque, obviamente no voy a dejar de viajar ni de ir a Nueva York, me gusta tener mi base en Madrid. Tampoco puedo descuidar a mis clientes de Europa, me tengo que ir moviendo y creo que estar centralizada en Madrid es lo mejor.
—Unos te llaman modelo curvy otros talla media. ¿Cuál de los dos términos prefieres?
—Yo prefiero que no se pongan etiquetas. No me gusta que me llamen curvy, no me gusta que me llamen plus size, porque al final es una etiqueta más y quiero que me reconozcan por mi nombre y por mi trabajo. Las etiquetas no hacen ningún bien a la sociedad. Llevo mucho tiempo luchando por defender la diversidad, por que tengamos más visibilidad en el mundo de la moda, que no ha sido nada fácil, y voy a luchar por que no nos etiqueten a ninguna: ni a las modelos de talla más grande, ni a las delgadas, ni a las chicas de color… que no exista ninguna etiqueta para definir a nadie.
—A los 15 años ya trabajabas como modelo. Tenías una talla 36, pero por un problema de salud pasaste a una 44. ¿Cómo lo viviste? Tuvo que ser un shock para ti.
—Sí, porque a mí me gustaba mucho la moda, desde pequeña. Yo empecé en Sevilla, en los desfiles de moda flamenca. Pero me operaron y mi cuerpo cambió de una 36 a una 44 en muy poco tiempo. Sinceramente, para mí fue un shock verme con una talla diferente, estaba acostumbrada a verme delgadita. Por un momento, vi que mi sueño de ser modelo se había esfumado, pensé que con esa talla no podría serlo. Lo que pasa es que soy muy cabezota y lo que quiero, lo trabajo y voy a por ello. Así que me dije, ¿cómo que no? ¿por qué no voy a poder ser modelo? Y decidí seguir intentándolo. Aunque, es verdad que el camino no ha sido fácil porque me he encontrado con muchos “noes” y con la frase de “qué guapa eres pero qué gorda estás”.
—¡Qué desagrable! Debe der ser horrible asimilar que te digan algo así.
—Sí, y más a esa edad. Hay chicas a las que las hundes si les dices eso, corren el riesgo de sufrir desórdenes alimenticios, de dejar de comer, sobre todo, si el que se lo dice es el director de casting o alguien de la propia marca. En mi caso no fue así. A mí me decían gorda y me daba igual, yo seguía para adelante. Cuando me pasó lo del cambio de talla no me costó adaptarme a mi nuevo cuerpo porque me miré al espejo y dije: “Soy yo, la misma, solo que mi talla ha cambiado y tengo que aceptarme con esa talla”.
—Eso requiere tener una gran fortaleza, una cabeza muy bien estructurada y supongo que un gran apoyo en casa.
—Sí, yo tengo esa fortaleza, siempre he visto las cosas de manera positiva. Además, el apoyo fundamental de mi vida ha sido mi madre, a ella le debo prácticamente todo, siempre ha estado ahí, me ha apoyado y me ha dicho: “Lorena, da igual, tienes que perseguir tu sueño”. Ha sido ella la que me ha ayudado.
—Es admirable, porque no tiraste la toalla aunque te cerraran la puerta. Podrías haber dicho me olvido de mi sueño y me dedico solo a mis estudios.
—Tengo que decir que hasta que no terminé de estudiar mi madre no me dejó volar un poco, tenía que tener una formación. Me saqué el título de Técnico de Laboratorio Químico y entonces fue cuando mi madre me dijo: “Ahora persigue lo que tú realmente quieres ser”.
—Y tu sueño se hizo realidad cuando te “ficharon” en Victoria’s Secret. ¿Cómo fue?
—Yo me mudé a Nueva York, como te decía, hace cuatro años y medio y al año de estar allí hice el casting. A los dos días me llamaron para decirme “Bienvenida a la familia de Victoria’s Secret”.
“Estoy muy contenta de que el mundo de la moda en España esté cambiando, pero nos queda mucho camino por recorrer todavía”
—¡Menudo subidón te daría! ¿Y llegaste a participar en sus desfiles?
—No, nunca he desfilado para Victoria’s Secret, sino para Intimissimi hace unos tres años. Quiero aclararlo porque justo fue cuando VS dejó de hacer sus famosos desfiles y decidió hacer campañas con modelos de todo tipo de tallas. Tuvieron la iniciativa de romper por completo con los estereotipos y ahí es cuando entré yo, que fui la primera modelo curvy de VS, pero nunca llegué a desfilar. Yo fui la chica que contrataron para romper ese canon de belleza. Ojalá que algún día vuelvan a hacer los desfiles que hacían antes, pero con diversidad.
—¿Cómo te cuidas? ¿Haces deporte, estás dieta?
—Yo la dieta no la conozco (ríe). No sé lo que es hacer dieta, nunca en mi vida. Es más, en los shootings la gente flipa cuando me ve comer una hamburguesa, si me apetece. Pero sí que me cuido bastante, hago deporte, cuido mi alimentación, por que al final lo que busco es estar sana, que es como hay que estar se tenga la talla que se tenga.
—Tú ahora tienes una talla 40, que es una talla común, sin embargo, para una modelo, se considera una talla grande.
—Es la talla normal de cualquier mujer de a pie, entonces yo me pregunto por qué tenemos que clasificarla como una talla grande si es algo común. Esa es mi lucha constante. La gente al final se lía con tanto concepto: curvy, talla grande, plus size, modelo in between, que esto en EE. UU. es otro concepto nuevo y que significa que no eres ni delgada ni redondita, es decir que tienes mi talla, una 40. La gente me ve y me dice: “Pero si tú no eres curvy ni plus size”. Hay muchos conceptos y a mi me gustaría que se eliminaran de una vez, que nos llamen a las modelos por nuestro nombre, que no nos etiqueten, por favor, ni por el color de la piel ni por el peso.
—En los fittings, ¿alguna vez has visto algún mal gesto por parte de algún diseñador?
—No, no, al final, con los diseñadores con los que he desfilado en la pasarela de Madrid —Pedro del Hierro, Aurelia Gil, Lola Casademunt y Dolores Cortés— son los primeros que quieren apostar por la diversidad y son los primeros que están haciendo más tallaje en sus colecciones para que todo el mundo pueda vestir de esas marcas, lo cual me parece muy bueno, y yo feliz. Al contrario de lo que se puede pensar, hay diseñadores que precisamente al ver mi cuerpo quieren ponerme algo algo más atrevido y no taparme. Aurelia Gil me probó varios looks que eran más tapaditos, más discretos, y me dijo: “No te veo para nada, te voy a poner algo que impacte, que se note que el cambio ya está aquí”. Ojalá en la próxima edición sean más los diseñadores que apuesten por la diversidad porque estamos ya en el buen camino hacia ello.
“Me encantaría hacer una campaña con Rihanna, de cosmética o de perfume, porque sus desfiles sí que son una apuesta por la diversidad total”
—¿Esta ha sido tu primera vez en la Fashion Week Madrid?
—No, hace dos años desfilé con Lola Casademunt, y esta es la segunda vez que desfilo con ella. Además Mayte Casademunt es una diseñadora que siempre ha apostado por los cuerpos, por las tallas diferentes. Hace dos años participé solo en ese desfile, no fue como este año, que han sido más los diseñadores que han querido tenerme en sus desfiles. Y con cada uno he hecho tres salidas, o sea, tres looks; ellos mismos se han quedado con ganas de más. Obviamente, en España nos queda un largo camino por recorrer, yo comparo nuestro país con el resto y están mucho más avanzados fuera. Aunque yo estoy muy contenta de que el mundo de la moda en España esté cambiando, nos queda mucho todavía.
—¿En tu día a día también te gusta vestir de forma atrevida?
—En mis redes sociales siempre hablo de que cada una tiene que vestirse y ser como ella quiere ser. Por tener una talla más grande no te tienes que vestir como una señora de más edad o en desacorde con la edad que tienes. Si tú un día te quieres vestir más sexy, ¿por qué no? ¿por qué tienes que tapar lo que tú eres? Te tienes que sentir orgullosa y es lo que yo intento siempre transmitir: que cada uno sea quien quiere ser independientemente de la talla.
—¿Te han llamado para dar charlas para evitar problemas de anorexia, por ejemplo?
—Sí, y lo hecho. En Sevilla he ido a varios colegios y también a varios estudios de modelos porque hay muchas chicas que empiezan en la moda y están un poco perdidas y contar mi experiencia de principio a fin, ayuda a motivarlas. Me gusta hablar de ese proceso por el que pasé, de ser una chica delgada a ser una chica más grande, y de cómo entendí que no tienes por qué sentirte mal, no tienes que odiar tu cuerpo… Para mi es muy importante, a parte me encanta ayudar y que todo el mundo se sienta bien.
—Tal vez, cuando dejes la moda, tu futuro sea ser coach emocional.
—Mira, yo creo que sí (ríe). Creo que he venido a este mundo a dar charlas y hacer que la gente se sienta bien.
—Has hecho realidad tu sueño de ser modelo, pero ¿tienes alguno más por cumplir?
—Me encantaría protagonizar una campaña de Rihanna, porque en sus desfiles sí que son una apuesta por la diversidad total. Me gustaría trabajar con ella en el futuro y hacer campañas de cosmética, de perfumes... Y a nivel personal, algún día me gustaría crear mi propia marca de moda, y estoy ahí en ello. No es un proyecto inmediato, pero sí que estoy trabajando en ello para el futuro. Tengo que coordinarlo con mi trabajo y no es fácil.
—Porque en este momento no paras de trabajar.
—Así es, no paro. Creo que ahora mismo estoy en el mejor momento de mi carrera.