El pasado seis de septiembre se celebró el cincuenta aniversario de la muerte de Luis Martínez de Irujo y Artázcoz, primer marido de Cayetana de Alba. Una trágica pérdida que tuvo lugar, a sus cincuenta y dos años, mientras el abogado e ingeniero industrial se encontraba recibiendo tratamiento en Houston (Estados (Unidos) contra una leucemia. Para parte del público, fallecía así el padre los seis hijos de la añorada duquesa. Sin embargo, su importantísimo legado va mucho más allá, tal y como queda reconocido en la biografía Luis Martínez de Irujo. El peso del nombre , que acaba de publicarse.
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La presentación de este lanzamiento editorial sirvió para que todos los hijos de doña Cayetana se reunieran por primera vez en mucho tiempo, en una cita a la que también acudieron sus hijos y sus nueras, los duques de Huéscar y los condes de Osorno. Fue el pasado lunes 19, en el Palacio de Liria, de Madrid, donde Carlos Fitz-James Stuart, actual duque de Alba, fue inmortalizado con sus cinco hermanos. La menor de ellos, Eugenia , se mostraba “muy contenta” por los acontecimientos, tal y como nos manifestó en su última aparición como madrina de Tous. “Por fin, se le hace justicia de lo que era, de su valía y de todo lo que hizo por la Casa de Alba”, nos contó la duquesa de Montoro, antes de compartir los pocos recuerdos que tiene de él.
- Estas memorias cuentan muchos aspectos y detalles poco conocidos de tu padre. ¿Qué lo que más te ha llamado la atención a ti?
- El detalle más espectacular de mi padre es todo lo que hizo por la Casa de Alba.
- Es la persona que creó la Fundación y restauró Liria, entre otras cosas.
- Muchísimas otras cosas: el archivo… Todo. Tanto económicamente, como culturalmente. También con las fincas, el tema agrícola… Todo.
- En definitiva, fue quien modernizó la Casa de Alba.
- Totalmente. En todos los aspectos, además. Yo siempre le he reivindicado, porque me parece justo. La mala suerte fue que muriera tan joven, porque, si no, hubiera hecho millones de cosas más. Date cuenta que murió con mi edad de ahora. Es fuerte.
- ¿Por qué crees que su figura no ha estado tan reconocida?
- Es que mi padre tenía cero protagonismo. No tenía ningún ego. Como fue tan low profile, se le ha reconocido nada. Luego, murió tan joven que parece que no ha existido, pero no, señor. En mi casa, siempre ha estado muy presente.
- Eras muy pequeña cuando falleció.
- Sí, tenía tres años.
- ¿Tienes algún recuerdo de él?
- Todo lo que sé de él es porque me lo han contado o me ha interesado. Solo tengo tres recuerdos supernítidos. El primero, cuando me leía cuentos y dábamos de comer a los personajes con una cuchara. Eso me encantaba. Luego, siempre iba a darle las buenas noches y me regalaba un barquillo, que yo era superglotona y me encantaba. Y la última vez que le vi, que fue en Marbella, porque él murió un seis de septiembre en Houston.
- ¿Guardas algún objeto suyo personal?
- Sí. Los libros que me leía y un chaleco azul marino que él usaba. Todo lo tengo guardado como si fuera oro en paño.
- ¿Cuál era ese aspecto del carácter de tu padre por el que merece ser recordado?
- Creo que era una persona tremendamente honesta, recta, superdisciplinada… Es que son muchas cosas.
“Todo lo que sé de mi padre es porque me lo han contado o me ha interesado. Solo tengo tres recuerdos supernítidos”
- ¿Os habéis reunido los hermanos para hacerle algún homenaje especial por el cincuenta aniversario?
- Haremos una misa en el panteón familiar. Hubo muchos años que mamá hacía una misa el día seis, aunque, luego, se dejó de hacer.
- Tu hermano Cayetano acaba de declarar que se siente muy bien, porque ya no había líos en la familia.
- Sí, es verdad. Qué raro que no haya (ríe). Menos mal, porque es agotador.
- ¿Cómo has vivido la muerte de Isabel II?
- Me ha dado mucha pena.
- ¿La conocías?
- No, pero era una persona que hemos crecido todos con ella. Parecía inmortal. Se ha terminado una era.
- Tu madre la sí conoció y creo que dos veces.
- La respetaba muchísimo, muchísimo. Tenía una gran admiración por ella. Luego, a mi madre le caía muy bien Princess Margaret, la hermana.
- Eran quintas, nacieron en el mismo año
- Sí. Tendrían ahora mismo la misma edad.
- ¿Y te contaba anécdotas de ella?
- No.
- ¿Qué opinión te merece el nuevo rey, Carlos III, que tú le conoces?
- Pienso que lo va a hacer bien. Creo que tiene toda la escuela de su madre y no lo va a obviar. Creo que va a intentar seguir, aunque es muy difícil, porque esa mujer era única en la historia.
- ¿Cuántas veces conociste a Carlos?
- Dos veces. No, tres veces.
- ¿Qué impresión te llevaste en esas ocasiones?
- Era muy cercano y muy simpático. Igual que Camilla.
- ¿Qué opinas del incidente de Carlos de Inglaterra con las plumas?
- Bueno, ya necesitamos polémica, ¿no? Aquí nos va la marcha.