La Vigilia de los Príncipes en honor de Isabel II la han realizado este sábado sus nietos, tomando así el relevo a sus padres en este sobrecogedor ritual. En esta ocasión, las miradas de posaban sobre James, el vizconde Severn, el nieto más pequeño de la Reina. Con tan solo 14 años, el hijo menor de los Condes de Wessex ha querido sumarse a su hermana, Lady Louise Windsor, de 18 años, y a sus primos para velar a su abuela.
Cabizbajo y serio, James ha llamado la atención por la madurez que ha mostrado a pesar de ser el único de los presentes en la Vigilia que aún es un niño. Muy cerca de él, en una plataforma lateral de observación, estaban sus padres, el Príncipe Eduardo y Sophie Wessex, para arropar a sus hijos en un momento tan especial. Ella, considerada una segunda hija para la Reina Isabel y con los sentimientos a flor de piel, no podía evitar emocionarse al ver a Lady Louise y a James velar a la monarca.
Los hermanos han entrado en Westminster Hall, donde se ha instalado la capilla ardiente, detrás de sus primas, las princesas Beatriz y Eugenia, que a su vez seguían al Principe Harry en una pequeña procesión encabezada por Guillermo, ya Príncipe de Gales. Sus pasos retumbaban en la enorme sala, dando aún más solemnidad y causando más impresión, si cabe, en medio del imponente silencio.
Una vez frente al féretro, los ocho nietos de Isabel II se han situado de espaldas a él, como escoltando en cuerpo yacente de la soberana. James, con un traje de chaqueta negro, se situaba en uno de los laterales del ataúd, en el lado opuesto al de su hermana y entre Peter Phillips y la Princesa Eugenia.
El día anterior, en la Vigilia de los Príncipes que llevaron a cabo los cuatro hijos de la Reina, era James quien acompañaba a su padre en tan emotivo momento y lo hacía, de nuevo, junto a su madre, Sophie, y su hermana.