El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, de 92 años, ingresaba este lunes en el Hospital de Barcelona por una alteración del habla aguda que han detectado cuando estaba en su despacho. Una vez en el centro hospitalario, tuvo que ser trasladado al Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, también en Barcelona, donde fue intervenido quirúrgicamente de urgencia por la tarde. Finalizada la operación, en torno a las 21.30, el expresident se encuentra estable.
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Nada más ingresar en el Hospital de Sant Pau le hicieron las pruebas pertinentes para determinar el grado de afectación y han confirmado que el ictus lo ha causado una obstrucción de una arteria cerebral que ha provocado una reducción del flujo sanguíneo. Para eliminar esa obstrucción arterial, le han realizado un tratamiento endovascular.
Pujol, que permanecerá ingresado en la Unidad de Ictus del centro hospitalario, "podría tener" alguna secuela, según recoge Europa Press de fuentes próximas al expresidente, aunque estas fuentes no han concretado el grado de afectación.El equipo médico que atiende a Pujol, sin embargo, considera que e prematuro valorar las posibles secuelas del ictus que sufrió el lunes, por lo que esperarán 24-48 horas para hacer una valoración de su estado neurológico, tal y como ha explicado en rueda de prensa el director del Servicio de Neurología del Hospital de Sant Pau de Barcelona, Albert Lleó, en la que le acompañaba el resto de profesionales médicos.
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En cualquier caso, la operación "ha sido un éxito" y el expresident "ha pasado una buena noche", está orientado y "ha recuperado parte de la parte afectada", según ha detallado su médico de cabecera, Jaume Padrós, en una entrevista a RAC1.
Padrós ha explicado que se trata de una intervención de riesgo, no recomendable para todas las personas que sufren un ictus, pero que, valorando la condición física y psíquica del paciente, los médicos han considerado que la mejor opción era llevarla a cabo, a pesar de ser "una situación de fragilidad y de riesgo".