Sin duda la carrera de Emma Thompson es de todo menos predecible, ha interpretado a todo tipo de mujeres y de historias, y ahora llega a Movistar+ con su último film donde interpreta a Nancy Stokes en una historia íntima y muy arriesgada, aclamada en el festival de Sundance y en la Berlinale. En esta producción, la ganadora de dos Oscar se pone en la piel de una maestra jubilada y viuda que a los 60 años echa la vista atrás y se percata de que jamás ha tenido una vida íntima plena. El trabajo, la familia y todos los quehaceres de su vida sustrajeron todo su tiempo y pasión, así que ahora siente que debe tomar cartas en el asunto y recuperar algo del tiempo perdido, no puede ser joven de nuevo ni conseguirá vivir todas las experiencias sentimentales que hoy en día están en boca de todos pero que en su juventud permanecían ajenas, pero encuentra una solución: contratar a un gigoló.
La ficha de Leo, interpretado por Darly McCormack, atrae a Nancy, parece el hombre joven, apuesto y profesional que colmará sus fantasías y le ayudará a volver atrás en el tiempo. Se dan cita en la habitación de un hotel, donde todo parece perfecto, él es tan guapo y joven como ella esperaba, sin embargo hay un pequeño problema: el gigoló aporta una conversación demasiado interesante, no paran de hablar y cada vez le parece más interesante. Así, la protagonista descubre que el chico con el que simplemente se quería citar en una habitación de hotel puede significar algo más, le gusta. Y el giro de la historia llega cuando el propio Leo se siente atraído por Nancy.
Con ‘Buena suerte, Leo Grande’ la actriz británica, de 63 años, está poniendo encima de la mesa un tema tabú.. Y se ponen de manifiesto cuestiones tan relevantes como la edad, las oportunidades perdidas, las fantasías y el deseo de encontrar un amor apasionado y a flor de piel. El difunto marido de Nancy, Robert, fue un esposo correcto, cercano y generoso pero ¿Era amor? ¿Qué es el amor? ¿Cómo enamorarte de alguien como Leo? ¿Y por qué no? Son preguntas que envuelven esta propuesta de Thompson que ocurre casi en su totalidad en habitaciones de un hotel.
El objetivo de Emma Thompson ha sido mostrar en todo momento a una mujer real en búsqueda de unos placeres que se le han esfumado camino a los 63 años, no solo en el terreno más íntimo y personal, sino también apreciar su propio físico y gustarse. Insiste la actriz en que el cine no muestra qué pasa con las mujeres llegando a cierta edad, y que incluso nos educan para no amar sus propios cuerpos. ‘Es como si todo lo que nos rodea nos recordase lo imperfectas que somos cuando no nos parecemos a una modelo. Yo sabía que Nancy (su personaje) no iría al gimnasio, sino que más bien se pasaría el día comiendo galletas y tendría un cuerpo normal y corriente, uno de una mujer de más de 60 años que ha tenido dos hijos’ explicó la actriz británica en el festival de Berlín. ‘Lo más difícil que he hecho nunca es mirarme al espejo y no tratar de meter tripa ni girarme, simplemente permanecer mirándome, ver mi cuerpo tal cual es. Es algo que jamás había hecho como actriz’.