Todos estamos felices”, son las palabras de Patricia Rato sobre su boda con Javier Moro y en su voz se notan la emoción y la alegría ante la oportunidad de vivir una gran historia de amor , en este momento de su vida, con final feliz.
Patricia y Javier celebran su boda después de diez años de noviazgo, seguros del paso que van a dar, rodeados por sus hijos y familiares más cercanos, en una finca propiedad del novio, ubicada en la provincia de Ciudad Real, que perteneció al abuelo de Javier hace casi cien años y que él ha heredado de su padre. Es allí donde se siente en casa, ya que conserva en ella todos sus recuerdos de vivencias desde su niñez. Javier Moro es un apasionado del campo y de todo lo que conlleva. Por eso, por el cariño a esta tierra y porque, al ser propiedad privada exclusiva del empresario, les brindará la discreción en su enlace que buscan, Patricia y Javier han decidido celebrar una boda sencilla, al aire libre, con el cielo y los montes como telón de fondo.
Se conocieron hace once años, en el cumpleaños de un amigo común. Patricia se había divorciado el año anterior y todavía vivía un agudo duelo
El padrino será el tío de la novia Luis Alberto Salazar-Simpson, al que Patricia llama cariñosamente ‘tío Beto’, una persona muy querida por ella, ya que desde siempre ha sido su confidente y protector. La madrina es la hermana mayor de Javier, Mercedes Moro Peralta.
Junto a ellos están también los dos testigos principales, quienes firmaron hace unos días los dichos (la inscripción del matrimonio) en la parroquia correspondiente. Son Cristina Yanes , la mejor amiga de Patricia, junto a su marido, José Luis Santos Tejedor, y Ángel García-Loharte, íntimo amigo de Javier, junto a su mujer, Ana Gómez.
Tras su boda, se instalarán en Madrid, en su nuevo hogar. Será el comienzo de una etapa muy especial para ambos, ya que nunca, hasta ahora, han vivido juntos
Y el resto de los presentes son los “todos” a los que se refiere Patricia cuando nos dice que “todos estamos felices”: los hijos que ahora forman parte de una gran familia en torno a Patricia y Javier: Alejandra, Isabella y Juan —hijos de Patricia—, y Matías y Paloma —hijos de Javier—.
Alejandra, nacida en 1992, primogénita del matrimonio de Patricia con Juan Antonio Ruiz, ‘Espartaco’, se casó en la primavera de 2021 con el empresario Ernesto Novales, con quien vive feliz en Sevilla. Isabella, de veintiocho años, abogada de profesión, reside en Madrid, y Juan, que está a punto de terminar su carrera de Farmacia por la Universidad de Navarra, estudia este año en el extranjero con una beca Erasmus.
Por parte de Javier, su hijo mayor, Matías, de veintinueve años, es un exitoso empresario cinegético, y su hija, Paloma, de veintisiete, vive y trabaja en Sevilla.
Tanto para Patricia como para Javier, sus hijos han sido siempre una prioridad. Cuando Patricia se separó del padre de sus hijos, Juanito tenía solo diez años y las niñas estaban en plena adolescencia. Para Patricia, la ruptura de su familia fue un golpe muy duro, tras veintiún años de vida en Sevilla, al que siguió un duelo agudo. Cuando conoció a Javier Moro, un año después de su divorcio, en el cumpleaños de un amigo común, las heridas estaban todavía muy recientes; Patricia seguía estando muy frágil y Javier, con delicadeza y respeto, supo estar a su lado, como amigo primero y, algunos años más tarde, como su pareja. Su sueño de conseguir casarse algún día con la mujer de la que se enamoró nada más conocerla se cumple ahora, después de diez años, como recompensa a un amor paciente y bueno.
Javier ha sido delicado, respetuoso y paciente hasta cumplir su sueño de casarse con la mujer de su vida
Después de esta celebración eucarística (Patricia no ha querido aclarar aún el programa exacto de su boda, ni el lugar, ni la hora), tendrá lugar el almuerzo y la fiesta para disfrutar de este inolvidable día.
Como se trata de una boda muy pequeña, los novios han enviado 150 participaciones a sus amigos más queridos, dándoles noticia de su enlace, ilustradas con una fotografía tomada hace algún tiempo en la mencionada finca.
Patricia tiene tres hijos de su matrimonio con Juan Antonio Ruiz, ‘Espartaco’, y Javier tiene dos hijos de su primer matrimonio. “Todos estamos felices”, nos dice Patricia
Esta —la de las participaciones— es una costumbre antigua y bonita. Patricia hubiera querido que sus amigos la recibieran por sorpresa el mismo día de la boda. Los novios no querían que trascendiera la noticia hasta el mismo día en que se produjera y muchos de sus más cercanos han sabido guardar el secreto durante meses.
La próxima semana, los novios tienen la intención de hacer pública una fotografía de su enlace a todos los medios de comunicación de manera gratuita de la mano de la agencia Efe. Entonces podremos ver a Patricia vestida de novia, con un diseño de su amiga Marta Rota , de Tot-Hom, y joyas de Yanes. Precisamente, hace unos días, la novia acudía a probarse el vestido a la boutique de la calle Velázquez, acompañada por su íntima amiga Cristina Yanes, y después iban juntas, dando un paseo, hasta la joyería de la empresaria, en la calle Goya.
“El amor es paciente. Es bondadoso”, dice San Pablo en la Carta a los Corintios. Y Patricia y Javier, después de diez años juntos, unidos siempre, como amigos, compañeros y después novios, apoyándose el uno en el otro, tanto en las dificultades como en los buenos momentos, emprenden un nuevo camino que será una prolongación de la preciosa relación que han construido.