Son tiempos difíciles para José Ortega Cano y Ana María Aldón . Después de que la diseñadora confirmase, el pasado mes de agosto, que su matrimonio no atravesaba su mejor momento , su crisis se ha hecho cada vez más evidente.
Tras incesantes rumores, especulaciones y cruce de informaciones sobre su matrimonio, ha sido la colaboradora de televisión quien, a lo largo de estos meses, ha querido aclarar a los medios de comunicación cuál era su situación sentimental, asegurando que no iba a ser “una hipócrita” y no deseaba “querer maquillar una cosa que es así”. En efecto, como sucede a tantas otras parejas, ellos se encuentran en una etapa complicada, pero siempre han tenido claro que la prioridad de ambos continúa siendo el bienestar de José María, su único hijo en común.
La pasada semana, sin embargo, era el torero quien decidía romper su silencio, dolido por las palabras de su esposa en televisión. “Está fuera de lugar”, aseveraba. Ana María salía después al paso de estas declaraciones en el programa Ya es verano, en el que no dudó en pedir perdón a su marido, quien, a continuación, llamaba en directo al programa.
Dispuesto a solucionar las cosas con su mujer, pero algo nervioso, Ortega Cano se mostró conciliador, mostrando su voluntad por lograr una “buena convivencia” y esa comunicación que no han tenido últimamente. Para él, es fundamental que cada uno ponga de su parte para solucionar el conflicto -“Debemos ser una familia”- y confesaba que, pese a la tormenta, seguía estando muy enamorado de ella.
Y, en efecto, a juzgar por las fotografías que aquí mostramos en exclusiva, parece que han acercado posturas y se ha producido el esperado reencuentro. Estas imágenes son las primeras de la familia al completo desde que comenzase su crisis más sonada hasta la fecha.
Aquí se puede ver, juntos, a José Ortega Cano y Ana María Aldón, y en compañía de su hijo, José María. El matrimonio ha pasado una tarde de compras en un centro comercial, donde ultimaron los preparativos del vuelta al colegio de su pequeño.
En las imágenes, Ana María y su hijo salían primero del establecimiento, seguidos de cerca por Ortega Cano. Ambos llevaban puestas las gafas de sol. Además del material escolar, el matrimonio concedió a su hijo un capricho para comenzar el curso con ilusión: una nueva bicicleta que entusiasmó a José.
Tanto Ana María como Ortega Cano han dejado sus diferencias a un lado para concentrarse en su hijo porque, como se aprecia en estas fotografías exclusivas, entre ellos no ha habido besos, ni miradas de complicidad, ni muestras de afecto. Tan solo una pareja que, dejando a un lado sus desavenencias personales, buscan la felicidad de su hijo. Sólo el tiempo dirá qué ocurre.