Jennifer Lawrence se convirtió en madre por primera vez el pasado mes de enero. La actriz, de 32 años, dio la bienvenida a su primer hijo, del que por primera vez ha revelado su nombre. Su nombre es Cy, en honor al pintor Cy Twombly, uno de los artistas favoritos de su marido, Cooke Maroney, y ha llenado su vida de felicidad. Una experiencia única que ha cambiado por completo su mundo. "El día en que nació todo comenzó de nuevo. Me quedé mirando y sentí que me había enamorado. Se esfumaron todos mis miedos", ha explicado la protagonista de los Juegos del Hambre en su última entrevista para la edición estadounidense de Vogue. De la misma manera, ha confesado que desde entonces no puede sentir una debilidad especial por todos los bebés que se cruzan en su camino, ya que siente que ha desarrollado un instinto protector hacia ellos.
Sin embargo, no todo ha sido tan sencillo para la intérprete en lo referido a la maternidad porque otra de las revelaciones más impactantes es que en el pasado sufrió dos abortos espontáneos. La primera vez ocurrió cuando tan solo tenía 20 años y se encontraba completamente sola en Montreal, un hecho que la impactó, si bien es cierto que no tenía en mente ser madre en aquellos momentos, puesto que era demasiado joven y no se sentía preparada para afrontar este reto. La segunda vez fue en el año 2020, en pleno rodaje de Don't Look Up, cuando ya buscaba ampliar la familia junto a su esposo. Unas experiencias delicadas que no puedo olvidar en este proceso de gestación, porque aunque no hubo ningún tipo de complicación, el recuerdo del pasado permanecía en su mente.
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Ahora que es madre, la ganadora del Oscar por El lado bueno de las cosas se sincera al hablar de su experiencia con la maternidad. "Da tanto miedo hablar de la maternidad. Solo porque es muy diferente para todos. Si digo, fue increíble desde el principio, algunas personas pensarán, no fue increíble para mí al principio, y se sentirán mal. Afortunadamente tengo tantas amigas que fueron honestas. Quienes decían, da miedo. Es posible que no te conectes de inmediato. Es posible que no te enamores de inmediato. Así que me sentí tan preparado para perdonar", revela. Y continúa compartiendo alguna de las anécdotas que vivió durante el embarazo: "Recuerdo caminar con uno de mis mejores amigos a los nueve meses y decir: Todos siguen diciendo que amaré a mi bebé más que a mi gato. Pero eso no es cierto. ¿Tal vez lo amaré tanto como a mi gato?".
Sin embargo, el flechazo fue instantáneo. "La mañana después de dar a luz, sentí que toda mi vida había comenzado de nuevo. Como, ahora es el primer día de mi vida. Solo lo miré. Estaba tan enamorada". También me enamoré de todos los bebés en todas partes. Los recién nacidos son tan asombrosos. Son estos pequeños supervivientes rosados, hinchados y frágiles. Ahora amo a todos los bebés. Ahora escucho el llanto de un bebé en un restaurante y digo, 'Ohhh, que precioso'".