Natalia Osona sabe bien que la vida puede dar un giro de 180 grados cuando menos te lo esperas. Para ella, el 2014 fue el año en el que su mundo se derrumbó por completo. Entonces era una joven estudiante de Derecho con un futuro brillante por delante: gracias a su impecable expediente, había conseguido una beca de la Universidad de Harvard, y su meta era opositar para ser juez.
Sin embargo, una enfermedad truncó todos sus sueños: “No podía levantarme prácticamente de la cama”, recuerda. Las redes sociales se convirtieron, en aquel momento, en su refugio. Poco podía imaginar que esa vía de escape se convertiría, tiempo más tarde, en su nueva profesión.
Ahora, con más de un millón de seguidores, Natalia puede presumir de ser una de las influencers más importantes de nuestro país, que cuenta con su propia firma de moda -Glowrias-. Hablamos con ella sobre sus duros inicios, cómo gestiona su éxito en redes y sus próximos planes: desde construirse la casa de sus sueños a ser madre.
- Natalia, ¿cómo y cuándo empezaste en redes sociales?
- Empecé en septiembre de 2014, así que justo hace ocho años. Comencé como marca -Glowrias-. Ese año estaba estudiando (me encontraba en el último curso de carrera) y comencé a tener dolores en la espalda que fueron aumentando progresivamente hasta estar prácticamente incapacitada para salir de la cama y poco más. Fue una época muy oscura para mí. Yo soy una persona que siempre se ha organizado su vida. Me he volcado mucho en mis estudios, quería sobresalir y llegar alto en el mundo del Derecho, que era lo que a mí realmente me apasionaba. Fue un momento duro en el que no sabía qué hacer con mi vida. Me sentía inútil, que no servía para nada, y que se me había truncado todo. Me daban una medicación que me dejaba totalmente anulada. Entonces, como un medio de escape a esa realidad, abrí mi perfil en redes porque pensé que eso sí podía hacerlo desde el ordenador o el móvil, en la cama. No tenía ninguna pretensión de conseguir nada, simplemente lo veía como una manera de mantener mi mente ocupada.
Con los ahorros que tenía, hice mi pequeña tienda online. Compraba al por mayor, me ayudaba mi madre porque yo no podía moverme mucho de casa y, si lo hacía, tenía que supermedicarme. Se unió mucho mi imagen a la de la marca.
“Fue una época muy dura para mí (...) Fue un duro golpe sentir que todo lo que había estudiado y todo lo que había hecho hasta ese momento no había servido para nada”
- ¿Siempre sentiste pasión por la moda?
- No pretendía dedicarme a ello como tal. Nunca me propuse estudiar moda, por ejemplo, y no me considero ninguna profesional. Yo hago lo que puedo, voy aprendiendo, dando mi punto de vista… pero sí que había sido una pasión de siempre. Desde pequeña me ha gustado vestir muy bien, al igual que mi madre. Recuerdo llegar del cole enfadada porque me ‘habían copiado el jersey y ya no mola…’ (dice riendo)
- ¿Cómo sentó en tu familia cambiar el mundo de la abogacía por el de las redes? Porque es un salto enorme, más en un tiempo en el que todavía ser influencer no era habitual
- Bueno, teniendo en cuenta que para mí no fue algo voluntario… Yo no me senté y le dije a mi familia que iba a dejar el Derecho por esto. Esto fue sobrevenido. Fueron las circunstancias y todo fue muy paulatino. Esa pausa obligatoria me impedía estudiar, pero siempre pensé en esto como pasatiempo. Ellos han visto, desde primera fila por así decirlo, la evolución, el crecimiento y todo lo que ha venido… En cuanto abrí el Instagram y la web, empezó a coger carrerilla muy rápido. A lo mejor en dos semanas empezaba a tener pedidos. Fue un shock para mí, pero, sobre todo, la enfermedad, no el hecho de cambiar de sector. Para mí fue un duro golpe sentir que todo lo que había estudiado y todo lo que había hecho hasta ese momento no había servido para nada.
Lo cierto es que, con perspectiva, vi que no era así, que claro había servido… Y cuando me recuperé, tuve que conciliar el emprendimiento en redes con las últimas asignaturas. Pero sí, no fue para nada una sorpresa ni un disgusto. Fue una bocanada de aire fresco porque de estar en una cama ir creciendo en algo nuevo… Fue una grata sorpresa y un chute de energía.
- Has confesado que has tenido ansiedad…
- Yo empecé con la ansiedad en la universidad. Me exigía muchísimo, pero, cuando apareció la enfermedad, ya no era ansiedad… Sino depresión. Fue un período de oscuridad. Lo recuerdo tétrico hasta el punto de decir: ‘Si voy a seguir con estos dolores toda mi vida, prefiero no estar aquí’. Que tus padres tengan que escuchar estas cosas… Pero estás tan desesperada y estás tan mal… Ahora mismo la realidad es totalmente distinta, pero, en cuanto a ansiedad y todo eso, ese momento ha sido el peor de mi vida. A mí lo que más me frustraba es que mis padres se dejaron sus ahorros en médicos, y nadie me daba una perspectiva de qué podía ser de mí. No me sabían decir si en dos años iba a estar igual, peor… La incertidumbre me mataba. Me preguntaba si iba a estar así toda la vida, y fue muy frustrante porque veía a mis compañeros graduándose, consiguiendo sus primeras prácticas, trabajos… La gente sabía que yo estaba mal, pero tampoco hasta qué punto. Estuve sola, sólo estaban mis padres, mi novio, mi hermano y poco más. Pero todas esas situaciones te hacen más fuerte y aprendes muchísimo.
- Pero al final, conseguiste superarlo. Una de las cosas que más valoran tus followers es tu naturalidad. ¿Cómo haces para separar tu mundo real del de las redes?
- Intento ser lo más real posible en redes. Hace poco empecé a sacar a mi pareja en mis redes -él es muy tímido-, pero a la gente le encanta y es divertido poder enseñar lo que es mi vida. Compartimos lo bueno, también lo malo… Porque hagas lo que hagas siempre va a haber alguien a quien no le vas a gustar. No dejamos de ser personas normales como cualquier ser humano, y en nuestro caso, nos ha costado mucho, sabemos el esfuerzo que hay detrás. También es verdad que esto nos ha llegado ya cuando tenemos una madurez, hemos estudiado, hemos sido anónimos… No nos ha llegado con catorce años, cuando todavía te queda mucho por crecer. Creo que esto es muy importante porque sabemos lo que vale cada euro… Yo siempre digo que no soy ni Neymar ni Beyoncé porque hay gente que se piensa que por tener muchos seguidores ya eres alguien importante.
- ¿Cómo lleva tu chico esta fama?
- Diego lo encaja regular (se ríe). Le encanta hacer reír. Aunque seamos serios en nuestro trabajo y cuando toca, somos los dos muy ‘payasos’. Y nos pasan tantas cosas que digo: ‘Madre mía, si nos grabase una cámara…’ Y eso lo lleva muy bien porque le encanta enseñar ese lado, pero, luego, hace un par de días, en Menorca, fue solo a bucear a la playa, y me dijo: ‘Estoy pasando miedo… han venido unas chicas a pedirme una foto a mí cuando no estabas tú… Me decían: ‘Diego, Diego’, y una chica no es que me pidiese una foto, es que se puso ahí a grabarme y todo… qué vergüenza’. Claro, yo le dije que no pasaba nada, que tenía que saludar como si fuesen sus amigos… Yo los veo como mi familia de Instagram. Le intento hacer ver esto como algo positivo para que esa parte no le resulte incómoda.
- Habéis anunciado que estáis construyendo vuestra propia casa. ¿Podremos ver el resultado pronto?
- A ver, se podía hacer bastante rápido para lo que queda, pero es un proyecto un poco a largo plazo. Primero me lo quiero tomar con calma, lo quiero hacer bien, lo quiero disfrutar. Es una casa en la que queremos vivir cuando ampliemos la familia. Es decir, de cara a cuando tengamos hijos y demás, que bueno… a día de hoy, pues no, y estamos muy bien donde estamos. Más que construir una casa, para mí es un proyecto a nivel integral de mi vida. Porque yo tengo planteado bajar el ritmo cuando lleguen los hijos y demás… No quiero someter a mis hijos a ritmos frenéticos o que no me vean en semanas, o sólo llegar cuando ya están dormidos… No quiero dejar de trabajar tampoco -eso no cabe en mi cabeza y me encanta-, pero sí dedicarles el tiempo, quiero estar muy presente. Aunque sea los primeros años porque son cruciales. Quiero que crezcan en un entorno sano, sin mucho estrés… por eso la casa la estamos creando en un lugar rodeado de naturaleza, un ambiente muy tranquilo. De momento no tenemos ninguna prisa porque de momento hijos no vienen, además por ahora no puedo porque tengo un problemilla (recientemente contó a sus seguidores que tenía un pólipo), que espero solucionar, pero bueno, sí, evidentemente ya tengo una edad que no creo que tampoco tarde mucho en llegar. Hay que planificar un poquito el tema.
“La casa es un proyecto a largo plazo, en la que queremos vivir cuando ampliemos la familia”
- ¿Te gustaría formar una familia numerosa?
- Bueno, habrá que ir probando con uno primero a ver qué tal. A mí siempre me ha encantado lo de las familias numerosas. Tengo un hermano que me saca nueve años, entonces a mí me habría gustado tener más hermanos de mi edad… y es algo que siempre me ha gustado, pero también soy consciente que ya voy cerca de los 32 años, y criar muchos hijos involucra más y más tiempo y no quiero dejar de lado nuestro trabajo. Yo es que, en mi vida, desde aquel entonces (se refiere a la enfermedad), no planifico con detalle todo. Hay cosas que sí miro, obvio: sin prisa pero sin pausa.
- ¿Y tenéis planes de pasar por el altar?
- A ver, sí, ¿por qué no? A nosotros no nos cambiaría mucho eso porque llevamos mucho juntos. Está claro que un niño te cambia mucho más. Yo le he dejado claro a Diego que tiene que ser él quien me lo pida… Como soy su chófer porque él no se ha sacado el carnet de conducir en todos estos años, le he dicho que, si he sido su conductora, le toca a él pedírmelo.
“A nosotros no nos cambiaría mucho una boda porque llevamos mucho juntos. Pero le he dejado claro a Diego que tiene que ser él quien me pida matrimonio”
- En el mundo de las redes también tienes que hacer frente a haters y mensajes de odio
- Sí, ya cuando llegas a una notoriedad es una cosita que llevas aquí siempre. Es que no puedes agradar al cien por cien. Es imposible. Al principio te choca mucho, te preguntas por qué te pasa a ti si tú no haces nada malo a nadie… Pero, bueno, muchas veces te das cuenta de que te hacen vídeos por visitas, por ganar seguidores, para que tú les contestes y les hagas importantes, también castigan el éxito… Con ayuda, te das cuenta de que tú no eres el culpable de tener éxito porque a lo mejor ves eso como algo malo. Al final es saber gestionarlo. Lo peor que puedes hacer es enzarzarte en discusiones, y lo único que logras es perder el día.
- ¿Sientes mucha responsabilidad al tener tantos seguidores?
- A ver, tienes responsabilidad porque te está viendo mucha gente. Quieres ser real, y es muy difícil serlo sin que pase ningún filtro. Quiero decir que, cada vez que subo algo, intento mirar que todo esté más o menos bien, que no se pueda malinterpretar -aunque todo es susceptible de ser malinterpretado-… Lo que intento es poder aportar algo positivo, ya que tengo un altavoz que llega a mucha gente. Obviamente soy humana y me equivocaré como todos. No quiero que la gente piense que es todo caído del cielo, si puedo hacer ver valores como el trabajo, el esfuerzo… El éxito no es tener seguidores, hay otros caminos como tener tus estudios, una profesión que te llene, y ser feliz. Los seguidores no te hacen feliz. Lo que te hace feliz es lo que tú hagas con tu vida.
- Hay muchas caras conocidas que han vestido de tu firma, como Aitana. ¿Qué se siente? ¿A quién te gustaría vestir?
- Para mí fue una sorpresa y un subidón tan grande ver en mis ‘dms’ un mensaje de Aitana. Además fue cuando ella salió de OT, nunca lo hubiese esperado. De repente como que me subió toda la sangre a la cabeza, me bajó. Fue súper súper dulce, lo viví como todo un logro. Me doy con un canto en los dientes de que cualquier persona vista mi marca, pero ya por pedir me encantaría pedir Hailey Bieber, Kendall Jenner o Chiara Ferragni, que la he conocido en algún evento y es un referente en las redes.
- Y por último, ¿cuáles son tus próximos retos?
- Bueno, os voy a dar una pista… La noticia que tengo que dar -que la gente piensa que es la de la casa y no- la daré heste mismo lunes. Es algo que me emociona mucho. Creo que nadie se lo espera o quizá poca gente. A nivel profesional voy a lanzar un proyecto con una marca internacional, y estoy empezando en ‘Tik tok’, aunque es una época turbia porque veo que hay muchas polémicas.