María José Camacho es la nueva ilusión de Iker Casillas. Las románticas imágenes publicadas, en exclusiva, por ¡HOLA! muestran los gestos de complicidad entre el exportero del Real Madrid y esta deportista que, al igual que él, también brilló con luz propia en el campo -en su caso, en el fútbol femenino-.
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María José ha sido una de esas futbolistas que allanaron el camino a la siguiente generación. Como ella misma recordó en una entrevista concedida al periódico La Nueva España, comenzó con 17 años -ella antes jugaba al tenis-, y en una época en la que “había muchos prejuicios con las mujeres y el fútbol”. “Mi madre no lo llevaba muy bien”, reconoce.
Sin embargo, prejuicios y opiniones aparte, acabó poniéndose el mundo por montera porque lo suyo era hacer magia con el balón… y no tardaría en demostrarlo. Tras fichar por el Terrasa y ser convocada por la selección española y la catalana, llegaron dos llamadas: la del Barcelona y el Espanyol. María José se decantó por el primero sin saber que allí encontraría a su gran amor, Francesc Arnau .
Ella acababa de ‘aterrizar’ y él jugaba como portero del club blaugrana. El flechazo dio paso a una preciosa historia que duró más de dos décadas, y de la que nacieron dos niños, Marc, de diecinueve años, y Pol, de diecisiete.
El día que su vida cambió por completo y para siempre
El 22 de mayo de 2021 su vida cambió por completo y para siempre. Aquel día su marido acabó con su vida. Tenía cuarenta y seis años -su cuerpo fue hallado junto a las vías del tren, a las afueras de Oviedo, ciudad a la que se mudó cuando se convirtió en el director deportivo del Real Oviedo—. El fútbol se tiñó de luto.
Su fallecimiento supuso un durísimo golpe para María José. En una desgarradora carta que compartió con sus seguidores, se despidió de él. “Te has ido dejándome el alma rota, pero tu corazón ahora vive en el mío. Afortunada de elegirte. Veintidós años juntos que me saben a poco. Orgullosa de ti. Mejor persona si cabe, mejor marido y mejor padre… Mi guía, mis pies y mis manos. El pilar de la familia… Mi vida, mi todo”.
No fue hasta tres meses y medio después cuando María José, aún en duelo, encontró las fuerzas para abrir su corazón y hablar de la pérdida. “No sé qué se le pasaría por la cabeza ese día”, declaraba a La Nueva España. “Esa semana le vi mal. Era ya casi pleno mercado de fichajes y sé el nivel de llamadas que hay y el estrés que puedes tener. Mi marido era muy perfeccionista con su trabajo. Empezó a dormir peor y yo le veía agobiado, aunque el equipo ya se había salvado”, añadía.
Asimismo, señalaba que Francesc se encontraba entonces solo en la capital asturiana: “Yo me había ido con Marc —su hijo mayor— a Barcelona por un asunto de un inmueble, y Pol —el benjamín de la familia— estaba en Santander. El siguiente lunes tenía pensado ir a Madrid a Fitur y ahora recuerdo que me dijo que no fuese. Si hubiese sabido que pasaba algo, lo habría mandado todo a la mierda. Nunca imaginé lo que había”.
“Ojalá hubiese podido despedirme. Esto es traumático, de repente, sin anestesia”
“Ojalá el duelo que estoy pasando hubiese sido por algo natural, por una enfermedad o un accidente. Por algo que sepas que tú no puedes hacer nada. Siempre te queda el si hubiese hecho o aquello. Esto no es un duelo normal”, se sinceró la exjugadora en el diario. “Ojalá hubiese podido despedirme. Esto es traumático, de repente, sin anestesia. No tenía discusiones con él. A toro pasado analizas mucho todo y creo que me mandó muchos “inputs”, pero me los quedo para mí”, continuó detallando María José, antes de abordar los rumores a los que se ha tenido que enfrentar después de su tragedia: “He leído barbaridades: que si nos estábamos separando, que si estábamos mal, que si mi vida en las redes sociales… Él tenía mi instagram en su móvil y me hacía las fotos que comparto”.
Tras la tragedia, María José decidió poner tierra de por medio. Se instaló, junto a sus dos hijos, en Sant Cugat del Vallés (Barcelona): “Nos hemos mudado de ciudad a ver si esto nos ayudaba un poco”, explicó en el programa A diario de Radio Marca. “Son muchos recuerdos… Toda la vida juntos. Necesitábamos dar un cambio, un cambio de rumbo, y aquí vamos, poco a poco. (…) A momentos, cuando cierras la puerta de tu casa, es cuando más lo sentimos. Lo echamos mucho de menos”.
Sus redes sociales también se han convertido en un espacio para recordarle.
La pasada primavera, al cumplirse un año del fallecimiento de Francesc, María José volvió a utilizar sus redes sociales para agradecer el apoyo recibido de sus amigos: “La vida puede ser complicada, dolorosa y llena de altibajos… Hay días en que incluso levantarse de la cama es difícil… Resulta que siempre tendrás otros días, otras personas y otras historias que hacen que valga la pena”.
Ahora, después de tanto dolor, María José podría recuperar la sonrisa al lado de Iker Casillas. Será el tiempo el que despeje todas las dudas.