Rocío Carrasco ha recordado muy emocionada de la buena relación que mantenía con su hermana Gloria Camila. "La que yo recuerdo era una Gloria pizpireta, graciosa, muy lista e inteligente. Era una niña zalamera en el buen sentido porque se quedaba con la gente", ha dicho con los ojos empañados en lágrimas en En el nombre de Rocío. "Era muy linda", ha añadido la protagonista del documental, que ha explicado que la última vez que se vieron fue en su casa de Madrid a principios de junio de 2012. Desde entonces la comunicación entre ambas ha sido casi nula y la hija mayor de Rocío Jurado ha contado por primera vez el motivo por el que todo cambió.
"Después de que me ocurriera lo mío en julio (refiriéndose a la discusión con su hija), Ortega me llamó por teléfono. Era una llamada de auxilio, de échame una mano porque Gloria estaba teniendo una adolescencia complicada". La hija de la artista ha explicado que su hermana llevaba "una mochila de peso importante" cuando era adolescente, por lo que entiende que viviera una época complicada. "Yo accedí a ayudar a Ortega porque me dijo que hablara con ella. Desgraciadamente me había pasado lo de mi hija y tuve que buscar las palabras adecuadas para que la conversación fuera productiva y que no se me notara cómo estaba yo. Hablamos hermana mayor-hermana pequeña y ella reaccionó bien", ha explicado Rocío, que ha dicho que en todo momento fue un diálogo conciliador.
Después de esta conversaicón telefónica entre hermanas, Ortega Cano volvió a llamar a Rocío Carrasco con unas palabras que la dejaron en shock. "José empieza a decirme que quién me creo yo, que quién soy yo para decirle a su hija cómo se tiene que comportar, que yo no soy su madre. Todo eso me descolocó y en ese momento se me inundó la cabeza de lo que había vivido unos meses antes (refiriéndose de nuevo a su hija). Me desbordé y me quité de en medio", ha contado Rocío Carrasco, que cree que la familia aprovechó para poner en contra de ella a su hermana pequeña. Además, ha enseñado un informe médico para demostrar que no estaba en su mejor momento, donde queda reflejado que sufría "síntomas de depresión con insomnio, sensación de tristeza, ideación mórbida (pensaba en quitarse la vida) y sensación de estar bajo presión". De hecho, tan solo un mes después comenzó un tratamiento psiquiátrico tras ser diagnosticada con un "trastorno adaptativo con síntomas ansioso depresivos".
La protagonista de En el nombre de Rocío ha comentado que en esa situación en la que no podía cuidarse ni a ella misma solo intentó ayudar, pero que de nuevo se vio envuelta en otro golpe que la afectó mucho. "No entendía nada. Así que decidí desaparecer y no saber nada de nadie. No creo que Gloria supiera que yo estaba así. Supongo que se enterará ahora si no se enteró con Rocío, contar la verdad para seguir viva. Además, no me cabe la menor duda de que le han dado una versión distorsionada de lo que pasó con mi hija", ha dicho Rocío, quien ha querido aclarar que no se siente preparada todavía para tener una conversación con su hermana porque su salud mental no está recuperada del todo. "Además es que esa posible conversación sea estéril desde que hay un núcleo que es 'el ser'. No puedo estar con alguien que tiene relación con esa persona", ha sentenciado.
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