De entre todos los integrantes del grupo de Stranger Things la única autorizada para hacer doblete y transformarse en una investigadora de la Inglaterra victoriana es Millie Bobby Brown, por algo la joven actriz de 18 años es la única británica del elenco de jóvenes de Dawkins. Tras dos años de espera y el éxito cosechado por el primer largometraje de Enola Holmes, todo parecía augurar que Netflix adaptaría el resto de novelas homónimas de Nancy Springer. Así es como en noviembre llegará la segunda parte y, como no, Henry Cavill (El hombre de acero, Los Tudor) y Millie Bobby Brown (Stranger Things) repiten personaje, él como Sherlock Holmes y ella como su hermana pequeña y protagonista de esta saga.
Cada entrega será autoconclusiva, es decir, que estamos ante historias que empiezan y terminan, sin embargo hay una trama que une a todas y está relacionada con el personaje que interpreta Helena Bonham Carter (Los Miserables), Eudoria, la madre de Enola y Sherlock, que apoya el movimiento por el voto de mujeres de la Inglaterra victoriana, como ya interpretó Bonham Carter en 2015 junto a Carey Mulligan y Meryl Streep en el largometraje Las sufragistas (que puedes ver en HBO). La temática sufragista es uno de los pilares de las novelas de Enola Holmes en las que se basa esta saga de películas, y cada vez adquirirá más importancia y visibilidad en la trama.
En este segundo largometraje el personaje al que encarna Millie Bobby Brown deberá investigar la desaparición de una niña en muy extrañas circunstancias, pues lo que parece una simple desaparición empieza a destilar un turbio asunto familiar. Todo ello es lo que recoge a grandes rasgos la segunda novela escrita por Springer, El caso de la dama zurda, en la que se basa este largometraje y donde también encontramos a un viejo conocido del universo de Arthur Conan Doyle, el doctor Watson.
El 5 de noviembre podremos ver a Enola algo más mayor, ahora emancipada con el pseudónimo de Ivy Meshle y al servicio un investigador llamado Doctor Ragostin que, como en otras series donde las mujeres detectives tratan de hacerse valer y conseguir clientes, se trata de un hombre de paja inexistente, Ragostin es una invención de Enola para convencer a quien tenga un buen caso que confiarle que alguien mayor, experimentado y de género masculino será quien se encargue de su búsqueda o investigación.
Tal vez lo más apasionante de Enola Holmes es ver como busca su libertad e independencia a la hora de resolver misterios que a su hermano se le abrirán casi de forma instantánea por el mero hecho de ser hombre. Para ello Enola debe disfrazarse, mentir y conseguir pasar inadvertida mucho más allá de su labor como investigadora, de ahí que la trama sufragista vaya cobrando más y más preponderancia a lo largo de los capítulos. Será el propio Watson quien recurra a ella, sin saberlo, creyendo estar consultando con el ficticio Ragostin.
La trama proseguirá con Sherlock encontrando de nuevo a Enola, mientras ella se topa con el indicio de un asesino en serie. Se trata, por tanto, de un universo mucho más maduro del que vimos en el primer largometraje, primero porque Enola ha crecido y se enfrenta a retos de mayor complejidad y con mucha más responsabilidad y, también, porque la trama aprovecha que ya conocemos suficientemente al personaje y todo lo que ocurre es mucho más oscuro e inquietante.