La creatividad audiovisual turca está cada vez más valorada y no hay título que llegue a nuestras pantallas que no se convierta en un éxito. Hace muy poco aterrizaba en el catálogo de Netflix una nueva serie que está dando mucho que hablar. Se trata de Mi otra yo (Another Self), una historia en la cual se entremezclan temas tan universales como la amistad, el amor y las ganas de encontrar un futuro mejor en un nuevo lugar. Este drama, que consta de ocho capítulos, se ha convertido en la producción del momento y ha logrado colarse entre las 10 más vistas de la plataforma digital. Destaca la gran actuación de sus tres actrices protagonistas encabezadas por Tuba Büyüküstün, muy querida por el público español por sus trabajos en Suhan o La hija del Embajador, Boncuk Yilmaz (Sila) y Seda Bakan. Completan el elenco de esta bonita historia de amistad y sororidad Murat Boz, Füsun Demirel, Fırat Tanış, Umut Kurt, Rıza Kocaoğlu (Kuzey Güney) y Serkan Altunorak.
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La belleza de los paisajes en los que se desarrolla la trama es otros de los aspectos más alabados de esta producción. La serie está rodada a orillas del Mar Egeo, con el sol de occidente bajo la sombra de los olivos, característicos de la zona, formando un entorno incomparable. Mi otra yo narra la historia de tres amigas: Ada (Tuba Büyüküstün), una prestigiosa cirujana, Sevgi (Boncuk Yilmaz), una ambiciosa abogada, y Leyla (Seda Bakan), quien no potenció su faceta laboral y vive feliz con su marido y su hijo. En la época de la universidad fueron compañeras de habitación y ahí es donde se forjó su amistad, unos lazos que, con el paso de los años, se han ido fortaleciendo. A pesar de que cada una de ellas ha llevado una vida muy distinta, siempre se han prestado un apoyo incondicional, en los buenos y en los malos momentos.
Juntas emprenden un viaje improvisado por carretera desde Estambul a la ciudad costera de Ayvalik tras recibir una dramática noticia que lo cambiará todo: Sevgi es diagnosticada con cáncer. Su recuperación será un duro camino en el que estará acompañada en todo momento por sus inseparables amigas y, aunque podría ser tratada por procedimientos médicos, la abogada decide apostar por otras vías alternativas para hacerlo.
La idea es buscar una nueva forma de curación externa en el complejo espiritual de un gurú local llamado Zaman, quien lleva a cabo sesiones de constelación familiar. Se trata de un procedimiento para descubrir si se están repitiendo patrones de comportamiento "heredados" de tu familia para, de este modo, disfrutar de relaciones más sanas y conscientes. Es un tipo de terapia grupal que sirve para tratar diversos temas como problemas con sus allegados, con el trabajo, con la pareja, y con emociones como el abandono, la tristeza, y también con enfermedades Lo que ellas aún no saben es que sus vidas cambiarán durante esta aventura cuando descubran más sobre sus parientes, sus ancestros y otras versiones de sí mismas.
Su estancia en Ayvalik se convertirá en un viaje de autodescubrimiento y despertar espiritual, con cada mujer y con otros personajes que se entrelazan en la historia. Las tres amigas comenzarán a afrontar sus propios traumas del pasado y tomarán decisiones importantes que tendrán una gran repercusión en sus relaciones y en su futuro.
¿Traspasó el amor la pantalla de Mi otra yo?
Los rumores de un posible romance entre Tüba Büyüküstün y su compañero, el cantante y actor Murat Boz, que interrpeta a Topkat, con quien mantiene una historia de amor en la serie, causaron furor en los medios de comunicación de Turquía el pasado verano. Las alarmas saltaron cuando tras cenar juntos en Beykoz hicieron un recorrido en barco por el Bósforo antes de que comenzara el rodaje de la ficción. Las sospechas aumentaron cuando se afirmó que Murat estaba enamorado de una mujer cuyo nombre se mantenía en secreto.
Ante el revuelo, el actor quiso zanjar cualquier tipo de especulación para lo que compartió un mensaje con sus fans: "No estoy en una relación. Si la hubiera, la compartiré con ustedes. Estamos filmando una serie", afirmaba tajante entonces. También declaró ante la prensa otomana: "No existe tal cosa. Nos unimos con la serie y nos hicimos amigos. Al igual que con los otros actores del equipo. Nos convertimos en un muy buen equipo. Todavía nos reunimos y hablamos de vez en cuando. Somos amigos". La protagonista de Amor de contrabando también ha negado este noviazgo en diferentes ocasiones, pero la química que desprenden en pantalla no ha podido evitar que, cada vez que coinciden y sale una foto donde ambos aparecen, se vuelvan a activar las sospechas de que pueda haber entre ellos algo más que una bonita amistad.