Santiago Pedraz es un peso pesado de la judicatura, un superjuez que rompe esquemas, valiente y decidido en su vida profesional y tanto o más en su vida personal… Su historia también es apasionante: hijo de un periodista de raza; infancia en Costa Rica, donde su padre era director de un periódico; niño prodigio en los estudios; carrera fulgurante en la judicatura, amores y desamores… La historia de una vida que un día le llevó hasta Esther, la mujer que lo cambió todo. Puro magnetismo, aura de sensualidad, belleza clásica, en un cóctel que hizo que Santiago tuviera claro el nuevo rumbo que quería dar a su vida. Ni una duda. Ni medio minuto de miedo y cautela, en tiempo récord su historia de amor fue un volcán (porque estalló en todos los sentidos) ante la dimensión social de Esther, marquesa viuda de Griñón.
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Pero solo con el poder del amor vencieron recelos, reticencias, prejuicios y desconfianza, y demostraron algo que parecía que no se podía hasta ese momento en un juez, por el mero hecho de adquirir una dimensión social. Pero, pesara a quien pesara, Santiago eligió vivir su amor con independencia (la virtud más importante que se le presume a un juez) y libertad (en particular, la de expresión, un derecho que Pedraz ha defendido siempre hasta el límite de lo espinoso) y poder contarlo sin miedo a ser el juez juzgado. Ahora, un año después, van más allá. A por todas, en un órdago a la grande al amor en tiempo récord: se han comprometido coincidiendo con su primer aniversario en pareja.
Un comienzo novelesco
Cierto es que se conocían de antes y que lo suyo no fue exactamente un flechazo. Su principio fue aún más novelesco que un amor a primera vista: fue precisamente Carlos Falcó, el marqués de Griñón, del que Esther enviudó hace dos años, el que los presentó y el que dijo premonitoriamente que, si algún día él faltaba, el juez sería su pareja perfecta. En aquel momento, Esther vivía una vida feliz en su palacio de El Rincón sin dar importancia a aquellas palabras. Pero llegó la Covid, la pandemia, el confinamiento y un país que moría a chorros en una tragedia sin límites que también tocó a Carlos. Ella se quedó viuda y vacía. Hubo duelo, dolor, lágrimas y un tiempo en el que parecía que todo lo que podía ir mal iría peor. Pero, con el paso de los meses, Esther se fue recomponiendo. Se reinventó como colaboradora televisiva, escribió un libro que era su historia de amor con ese gran hombre y comenzó a vivir una nueva vida… Hasta que apareció Santiago Pedraz, un apuesto juez de sesenta y cuatro años, a cargo del Juzgado Central de Instrucción Número Cinco de la Audiencia Nacional, decano delegado en Penal e instructor de los casos con mayor trascendencia y calado de carácter nacional e internacional.
“He de reconocer que, al principio, me quedé en shock. Fue una sorpresa totalmente inesperada y yo no dejaba de hacerle preguntas y más preguntas. Él insistió y, finalmente, por supuesto, mi respuesta fue: “¡SÍ!”
A pesar de saber lo que se les venía encima después del primer beso, nunca se escondieron, nunca se avergonzaron, nunca despistaron… Son gente valiente. Y ahora, en su línea, vuelven a demostrar su arrojo y su seguridad avanzando en su camino y decidiendo compartir las buenas noticias. Y es que, después de un año de reafirmarse en sus sentimientos, Santiago ha sorprendido a Esther con un anillo y una pregunta.
La gran pregunta
—¿Cómo fue, Esther?
—Muy emotivo. Me sorprendió con una carta muy romántica en la que expresaba abiertamente sus sentimientos hacia mí y un anillo precioso que, como él dice, va a juego con mis ojos. (Y nos muestra con una gran sonrisa su anillo de diamantes y zafiros azules).
—¿Te lo esperabas?
—La verdad es que no… Ha llevado el proceso con tal discreción que no he sospechado absolutamente nada. De hecho, fue nuestra íntima amiga Marta, y no Santiago, la que acudió a la joyería Suárez a realizar el encargo. De este modo, se aseguraron de que no se filtrara algo que pudiera llegar a mis oídos.
“Será el año que viene, ya que este año no nos da tiempo a organizar todo. Nos encantaría que fuera a principios de verano, pero aún es solo un deseo. Lo único que tenemos claro es que la idea es celebrar la boda en Madrid”
—¿Tardaste mucho en responder?
—He de reconocer que, al principio, me quedé en shock. Fue una sorpresa totalmente inesperada y yo no dejaba de hacerle preguntas y más preguntas. Él insistió y, finalmente, por supuesto, mi respuesta fue: ‘¡SÍ!’.
—¿Dónde estabais cuando te lo pidió?
—Nos fuimos a Menorca, donde yo había organizado una cena en casa de José de Olivar, barón de Lluriach, gran amigo mío, que quería que conociera a Santiago. El caso es que Santiago parecía que tenía prisa por volver al hotel y yo no lo entendía porque estábamos disfrutando de un buen rato entre amigos. No me podía ni imaginar lo que tenía planeado…
Muchas lágrimas y una ‘bendición’
—¿Hubo muchas lágrimas?
—Sí, ya que Santiago tuvo un detalle muy bonito. En la cara posterior de la carta que me entregó, había escrito: ‘Esta petición está previamente autorizada por doña Marian Morales’. Fue muy emocionante que hablara, antes de dar el paso, con mi madre y la hiciese cómplice de ese momento tan especial.
“Es cierto que nuestra historia ha ido a toda velocidad, pero es que el tiempo es relativo en el amor: si encuentras a la persona que te hace feliz, se ha de ir a por todas”
—Justo ahora celebráis vuestro primer aniversario como novios. Vuestra historia de amor lo cierto es que ha ido a toda velocidad…
—Cierto, pero, en el amor, el tiempo es relativo. Si encuentras a la persona que te hace feliz, se ha de ir a por todas. Nosotros, además, tenemos una amistad previa que ha facilitado mucho nuestra consolidación como pareja.
—Siempre has dicho que eres una enamorada del amor. ¿Santi es igual?
—Yo siempre lo he manifestado así y él también debe serlo, ya que me ha pedido matrimonio al cumplir nuestro primer año como pareja. ¡No quería esperar más tiempo!
“El que no arriesga no gana”
—Lo que queda claro es que los dos sois unos valientes en esto del amor… No os andáis con medias tintas y os lanzáis.
—Como se dice: ‘el que no arriesga, no gana’. Nosotros hemos sido valientes, hemos arriesgado y hemos ganado.
—¿Qué tal te has adaptado a la exigente vida de un juez de la Audiencia Nacional?
—Perfectamente. La profesión de Santiago es muy exigente, pero él, cuando abandona su trabajo, es una persona normal y corriente que disfruta de las cosas cotidianas. Me hace la vida muy fácil.
“Esther se desvive por hacer felices a todas las personas que tiene a su alrededor. Mi vida con ella ha cambiado muy positivamente”
—Y tú, Santi, ¿qué tal te has adaptado a la vida de Esther?
—Ha sido muy sencillo, ya que Esther lleva una vida muy ordenada. Es una mujer tremendamente disciplinada, tanto en su vida personal como profesional. Además, se desvive por hacer felices a todas las personas que tiene a su alrededor.
—¿Ha cambiado mucho tu vida?
—Ha cambiado muy positivamente.
Algo que jamás ocurrió
—¿Es cierto que, en algún momento, incluso te han pedido mayor discreción por el cargo que ocupas?
—En ningún momento se me ha llamado la atención por mi vida privada.
—Esther, ¿tenéis ya fecha para vuestra boda?
—Es todo muy reciente, así que todavía no hemos pensado en una fecha concreta. Nos gustaría que no pasara demasiado tiempo. Aún no hemos empezado con los preparativos. Estamos disfrutando del verano y las vacaciones… Lo único que tenemos claro es que definitivamente será el año que viene, ya que este año no nos da tiempo a organizar todo. Nos encantaría que fuera a principios de verano, pero aún es solo un deseo, nos queda mucho por concretar y decidir.
“Santiago es un hombre muy cariñoso, comprensivo y generoso. En mi vida ha sido un soplo de aire fresco. Le gustan mucho los niños, pero yo, por el momento, no me lo planteo”
—Ahora toca esa parte…, toda la ilusión de planear una boda: dónde será, si íntima o multitudinaria, el vestido, los padrinos… Un sinfín de decisiones. ¿Tenéis ya alguna tomada?
—Sí, tenemos unas ideas pensadas en algunos aspectos importantes de la ceremonia aún en proceso… Pero yo creo que lo único que tenemos totalmente claro es que la idea es celebrarla en Madrid por la cercanía de la mayoría de los invitados.
Entre la música y la pintura
—Lo que poca gente sabe es que la música es una de las grandes pasiones de Santiago… Seguro que será una boda con mucha música…
—¡No lo dudes!
—Otra de las grandes y desconocidas pasiones de Santi es pintar… ¿Te ha pintado a ti en algún cuadro?
—No, pero él siempre dice que, desde que estamos juntos, todos sus cuadros están, de alguna manera, inspirados en mí.
—Esther, ¿qué le pides a la vida en esta nueva etapa que se presenta?
—Que tanto mi vida personal como profesional sigan dándome tantas satisfacciones como hasta ahora.
“¿Que si se me ha pedido mayor discreción por el cargo que ocupo? En ningún momento se me ha llamado la atención por mi vida privada”, dice Santiago
—Ninguno de los dos sois nuevos en esto del matrimonio… ¿Qué hace vuestra historia diferente y especial?
—Después de nuestras experiencias previas, tenemos muy claro lo que nos aportamos el uno al otro. Y eso lo hace único.
—¿Qué es lo que destacarías de Santiago? ¿Qué le ha convertido en el hombre de tu vida?
—Es un hombre muy cariñoso, comprensivo, generoso y que se desvive por hacer felices a las personas que me importan.
—¿Y qué ha aportado a tu vida?
“Mi gran amor”
—¿Y en tu caso, Santiago? ¿Qué has descubierto en Esther que la ha convertido en la mujer de tu vida?
—Esther es una mujer maravillosa y en ella he encontrado a mi gran amor.
—Esther, escribiste un libro, colaboraste en televisión… ¿Qué planes tienes ahora?
—Estoy muy ilusionada con un proyecto de televisión que me propuso hace unos meses una cadena nacional, relacionado con una faceta poco conocida de mí, pero que me apasiona desde siempre: el interiorismo y la decoración.
—¿Cómo está siendo el verano?
—Con muchos planes con amigos y familia.
“Estábamos aquí en Menorca en una cena con amigos. El caso es que Santiago parecía que tenía prisa por volver al hotel y yo no lo entendía porque estábamos disfrutando de un buen rato. No me podía ni imaginar lo que tenía planeado…”
—¿Ya soñando con ese viaje de novios?
—¡Por supuesto! Además, los dos compartimos la afición por viajar y ya estamos dando vueltas a varios destinos maravillosos en los que nos gustaría disfrutar de esos días tan especiales.
—¿Estás haciendo realidad todos tus sueños? ¿Cuál te queda por cumplir?
—Afortunadamente, estoy en un momento de mi vida muy feliz, pero siempre tengo en mi mente metas y sueños por cumplir.
—¿Cuál es tu principal temor en la vida?
—Que la gente a la que quiero lo pase mal.
—¿Qué importancia le das a la familia?
—Es el pilar fundamental de mi vida.
Ser madre
—Junto a Carlos no te decidiste a ser madre. ¿Con Santiago has pensado en tomar esa decisión?
—A Santiago le gustan mucho los niños, pero yo, por el momento, no me lo planteo.
—¿Qué tal has encajado en su familia y él en la tuya?
—Ambas familias están encantadas con nuestra relación.
—¿Se han alegrado con la noticia de vuestro matrimonio?
—Por supuesto, están todos muy felices. Desde que se enteraron de nuestro compromiso, cada día está siendo motivo de celebración.
—¿Has descubierto ya cuál es el secreto de los magníficos sesenta y cuatro años de Santiago?
—Aún estoy en ello, porque, verdaderamente, ¡está estupendo!
“En la cara posterior de la carta que me entregó, había escrito: “Esta petición está previamente autorizada por doña Marian Morales”. Fue muy emocionante que hablara, antes de dar el paso, con mi madre, y hubo muchas lágrimas”
—Y tú, Esther, ¿cómo te mantienes? ¿Cuáles son tus rutinas y secretos de belleza?
—Soy muy afortunada por la genética que tengo, pero, desde niña, mi madre me ha inculcado la importancia de llevar una buena alimentación y practicar deporte de forma habitual.
—¿Hacéis deporte juntos?
—¡Lo estoy intentando…! De momento, mientras yo acudo al gimnasio, él prefiere quedarse en casa y prepararme un delicioso plato con el que sorprenderme. No compartimos la afición por el deporte. En cambio, nos encanta la poesía, viajar y pasar tiempo con la familia y amigos.
—¿Habéis pensado ya dónde viviréis tras la boda?
—Por ahora, no está decidido. Santiago es más urbanita y yo, en cambio, prefiero la tranquilidad de la zona en la que vivo. ¡Creo que terminaré convenciéndole de los beneficios! Ja, ja, ja.
—¿Cómo veis vuestro futuro en común?
—¡Emocionante!
—Es la cuarta vez que te piden la mano… ¿Qué hace de esta algo diferente y especial?
—Todas han sido muy emocionantes y cada una, en su momento, ha sido especial para mí.