Ha pasado un año del momento que marcó un antes y un después en la vida de la cantante lírica Ainhoa Arteta tras atravesar unos críticos problemas de salud que estuvieron a punto de costarle la vida . Tras pasar la covid y sus posteriores secuelas, la artista vasca sufrió en julio de 2021 un cólico nefrítico que derivó en una septicemia casi mortal (presencia de bacterias en la sangre) que le llevó a estar casi una semana en coma y le provocó la pérdida temporal de su voz y la amputación de uno de sus dedos. A este delicado momento, se sumó la separación de su cuarto marido , Matías Urrea, capitán de corbeta. Doce meses después, la artista segura que, a sus cincuenta y siete años, ha pasado página a una de las peores etapas de su vida y sigue adelante con su profesión y dispuesta a disfrutar de cada instante.
Este pasado fin de semana, Ainhoa vivió uno de esos momentos que saborea ahora como nunca antes. Rodeada por numerosos amigos y celebridades, la cantante recibió un premio en la que es la fiesta de la temporada, la Gala Starlite Porcelanosa 2022 , celebrada el 14 de agosto en la Cantera de Nagüeles, donde fue reconocida por su faceta más altruista, tal como recordaron sus anfitriones, Antonio Banderas y Sandra García-Sanjuán: “Siempre se ha mostrado dispuesta a ayudar a diferentes causas solidarias y organizaciones como UNICEF o la Hermandad de la Macarena a través de los diversos conciertos benéficos que ha ofrecido poniendo su talento y fama al servicio de los demás”. Un “gran regalo” que laexconcursante de MasterChef Celebrity recibió feliz y emocionada: “Todo lo positivo que me sucede me sirve de batería para seguir aún con más ganas y mirar un horizonte lleno de luz”.
Para vivir una noche tan especial, Ainhoa Arteta se decantó por un original vestido de tul de colores realizado por el diseñador toledano Emilio Salinas con un corpiño de pedrería en los mismos colores: “Cuando me dijeron que la temática de la gala estaba inspirada en el ambiente del circo, hablé con Emilio y le dije que tenía barra libre para diseñarme lo que quisiera porque ya sabía cual es mi actitud ante la vida después de lo que he pasado. Ahora quiero vivir todo con alegría, color y sonrisas. Pasó el tiempo y el día que aparecí para hacerme la prueba del vestido me encontré con esta obra de arte”. “¡Fíjate! Hace un año este no era mi traje, era una bata de hospital”, añadió la artista que, durante la velada, vio como su vestido era subastado por 15.000 euros en una emocionante puja que finalmente ganó Antonio Banderas.
Tras varios meses de parón para recupararse completamente de sus problemas de salud, la guipuzcoana, que interpretó en la gala la canción La Vida, ha conseguido volver al trabajo, pero lo cierto es que, a día de hoy, sigue teniendo ese trágico momento de su vida más que presente: “Me encuentro en un momento maravilloso, porque, cuando te enfrentas a una situación tan dura como la que yo he vivido, sales cambiada. Eso sí, es un cambio para bien”. “Casi tengo que dar las gracias de que me haya ocurrido una cosa así para que haga un cambio en mi vida y en mi mentalidad”, reconoce la artista que ya tiene varios proyectos firmados, aunque asegura que “seguiré haciendo mis trabajos en el mundo de la lírica, aunque, con la vuelta de tuerca que le he dado a mi forma de ver las cosas, disfrutando al mismo tiempo un poco más de la vida, de mi familia y de mis dos hijos”.
Cabe recordar que, con más de 25 años de carrera y tras haber vestido a otras famosas como la actriz Mónica Cruz y la cantante Ana Guerra, entre otras, Emilio Salinas tuvo que denunciar hace cuatro años a Ana María Aldón por incumplir el acuerdo al que llegaron en el que prometía ser el día más feliz de la vida de la mujer de Ortega Cano. El diseñador había acordado regalarle los dos vestidos que llevó el día de su boda a cambio de publicidad en las revistas, pero ella no sólo lo incumplió, sino que aseguró ser la autora del diseño. Muy enfadado, Salinas demandó a Ana María y la puso en evidencia.“No ha participado en la creación del traje, solamente ha participado como cualquier otra novia y no ha cumplido el acuerdo verbal al que llegamos por eso le pido 9.500 euros”, desveló el diseñador al interponer la demanda, que finalmente ganó por lo que la exconcursante de Supervivientes tuvo que abonarle 4.500 euros de indemnización.