Toca verano y la familia Urdangarín-Borbón recupera las tradiciones en las playas de siempre. Tras un año complicado, han vuelto a encontrar en Bidart su refugio . En un lugar lleno de recuerdos crean otros nuevos. Sin doña Cristina y con doña Cristina, que también se unió a su familia la pasada semana. Este rincón del País Vasco francés, en el cantón de San Juan de Luz, siempre fue un destino fijo y, este año, aunque no se contaba, después de todo lo que ha pasado, la localidad francesa se ha mantenido firme en la ruta estival de ambos.
Después de que su matrimonio saltara por los aires en enero, hicieron todo lo posible para intentar no coincidir en público, o hacerlo lo más alejados posible uno del otro, pero ahora, y, aún marcando mucho las distancias, parece que se abren otros escenarios. Juntos por sus hijos y apuntándose a los planes que haga falta, aunque sigue habiendo tensión entre ellos .
Los nubarrones negros están desapareciendo. Ya lo decíamos la pasada semana, este es el verano que lo cura todo y el mensaje está claro: se rompió el matrimonio de manera inesperada después de casi veinticinco años, pero el espíritu familiar es inquebrantable; el amor por sus hijos, indestructible, y la relación entre los hermanos, extraordinaria. Los exduques lo han conseguido y las imágenes que publicamos en exclusiva son la prueba.
La hermana del Rey fue a buscarlos a la playa nada más llegar a la localidad francesa, y el sábado, después de pasar dos días en familia, Iñaki se marchó con rumbo desconocido
La infanta Cristina estuvo tres días en Mallorca con su madre, la Reina doña Sofía, y dos de sus hijos, Pablo y Miguel; pasó por Barcelona y viajó después al sur de Cádiz. Destino que compartió con la infanta Elena, aunque con sus respectivos amigos y en diferentes zonas de la costa. Doña Elena, en Sancti Petri —luego se fue a Ávila—, y la infanta, en Sotogrande, y hasta puede que en Abu Dabi, viendo al Rey Juan Carlos, antes de poner rumbo hacia la casa que tiene en Francia, donde la esperaban en la misma urbanización Pablo, Miguel e Irene, acompañados de su padre.
Besos y mimos
La hermana del Rey se encontró con su todavía marido y sus hijos en el paseo marítimo de Bidart el jueves 4 de agosto. Pablo y Miguel estaban surfeando y, nada más verla, salieron del agua con sus tablas para recibirla. Besos, mimos, abrazos… Mientras, Iñaki observaba las escenas de cariño, aunque en la foto sigue faltando Juan, su primogénito, el único de los cuatro hermanos al que no se ha visto pasar tiempo con su padre desde principios de año.
Con sus hijos al lado, casi dio la sensación de que todo seguía igual, pero, en cuanto se quedaron solos viéndolos practicar deporte, también fue evidente la frialdad entre ellos. Aun así, se les pudo ver manteniendo una breve conversación. El exdeportista, sentado y cabizbajo y, por momentos, triste, escuchando atentamente, y la hermana de Felipe VI, de pie, firme, segura y con el gesto serio intercambiando las palabras justas porque las decisiones importantes ya están tomadas, aunque el matrimonio no ha formalizado su divorcio.
Pensativa
No se esperaba que doña Cristina regresara a estas playas, al menos, no tan pronto, y no deja de ser llamativo que haya vuelto estando Iñaki Urdangarín, aunque el hecho de que se haya unido a la familia es una muestra de que hará todo lo posible para facilitar el camino a todos…, pero, eso sí, marcando las distancias.
Desde que su matrimonio se rompió, no los habíamos visto tan cercanos… Juntos de nuevo por sus hijos, aunque sigue faltando Juan, su primogénito
Por un lado, Iñaki, haciendo carreras en la arena con sus hijos, saltando las olas, nadando y compartiendo todo el tiempo con ellos antes de abandonar Bidart el sábado día 6. Por otro, la infanta, paseando sola por la playa, bastante pensativa, leyendo y respondiendo a una llamada que la hizo sonreír. Sí, como dijo Pablo, “son cosas que pasan”, y la vida sigue.