Probablemente, su percepción de Miami haya quedado condicionada por los obstáculos en su vida personal que se ha encontrado en los últimos tiempos, pero no hay duda de que esta ciudad costera de los Estados Unidos ha marcado por completo a Nicolás Vallejo-Nágera . Allí fue donde viajó con su familia, con solo seis años, y también donde ha visto crecer a Andrea Nicolás, el hijo que tuvo con Paulina Rubio. Como residente en Miami desde hace casi dos décadas, no hay nadie mejor que Colate, que es como le llaman cariñosamente, para descubrir todos sus rincones. Además, nos cuenta cómo se encuentra, a sus cincuenta años recién cumplidos, y tras repasar su vida en su libro, Colate por Nicolás.
—¿Cuándo fue la primera vez que visitaste Miami?
—En mil novecientos setenta y ocho. Tenía seis años, pero me acuerdo muy bien. Ese viaje fue el único que hice con mi padre a nivel internacional. Estuvimos una semana y fuimos a Disney World. Tengo recuerdos y Miami era completamente distinto. Por trabajo, volví en dos mil uno. Con Fiona Ferrer, llevé un diseñador a Miami Fashion Week. Ya en dos mil cinco, acompañé a mi novia (Paulina) a los Premios MTV… Fui para cinco días y llevo diecisiete años.
—¿Qué esencia mantiene Miami?
—Su extraña arquitectura art déco y su fluorescencia. Al principio, había esos colores llamativos y tenían su gracia. Era un poco horterilla, pero tenía más glamour ese Miami de los narcotraficantes que el de ahora, con multimillonarios.
—¿Cómo es la vida en la ciudad?
—Es una ciudad de contrastes, porque tiene una riqueza natural espectacular y una arquitectónica brutal. Pero la vida es muy complicada, porque se ha convertido en la ciudad más cara de Estados Unidos.
—¿Qué es lo mejor que tiene?
—El contacto con la Naturaleza. Ver la luz al despertarte y la calidad del aire, por vivir junto al mar. Además, el clima en invierno es muy bueno. Luego, hay muchas facilidades para practicar deporte y llevar una vida sana. Hago yoga cada día.
—¿Qué te ha enseñado la ciudad?
—Poco. Quizá, lo complicada que es la vida aquí, pero por mis circunstancias personales. A pesar de llevar diecisiete años y conocer a todo el mundo, nunca me he sentido cómodo al cien por cien. Es una cultura y una forma de vida tan distintas…
—Pero tratas con españoles.
—Sí, tengo un grupo de españoles. Somos siempre de juntarnos los de fuera y soy de los veteranos. Luego, veo mucho a Julio Iglesias, hijo, que es supersimpático. Sin embargo, a su hermano Enrique es imposible. Protege muchísimo su vida personal, pero, cuando te lo encuentras, es encantador y divertidísimo.
Su última fiesta con JLO
—Entonces, te sigues relacionando con personas muy conocidas.
—El Miami de hace quince años era mucho más exclusivo. Era normal cruzarte con celebrities internacionales y terminabas con ellos de fiesta, pero ya no van. O te encontrabas a la Familia Real de Holanda en Miami Beach. Ahora veo a Magdalena de Suecia, pero en Treasure Island, en sitios más privados. La última fiesta a la que fui estuve con Jennifer López y Adriana Lima, pero Jennifer se fue a Los Ángeles y Adriana ha vendido la casa. También estaba J. Balvin y fue cuando Jennifer cantó en la Super Bowl (dos mil veinte).
—Ya constaste en ¡HOLA! que conviviste con Kim Kardashian, hace años, en casa de un amigo, en Miami.
—Lo más divertido fue que la mandé a Madrid, a casa de mi amigo Javier Hidalgo, y que le organicé una cita con Cristiano Ronaldo, como ya contasteis en ¡HOLA!
—¿Qué personas conocidas se mantienen en tu círculo?
—Casi todos se han ido, porque es un sitio difícil para vivir. Los que tenían casas al lado del mar se fueron por los barcos que llegaban con turistas.
—Hace unos meses, coincidiste con doña Sofía en Miami. ¿Cómo fue ese encuentro?
—A doña Sofía la conozco de toda la vida. Fue un reencuentro maravilloso. Primero, por las circunstancias, porque me dieron una distinción de la Armada Española al ser una de las pocas personas que han dado la vuelta al mundo a bordo de un buque de la Armada. Como no pude ir a la ceremonia, en Sevilla, me entregaron la distinción en Miami, donde estaba la Reina Sofía. Ella estuvo muy simpática. Lo más bonito fue la conversación que tuvo con mi hijo, bastante larga y amena. Le preguntó por todo, por su colegio, la relación con sus primos, con España, con Pedraza… Fue superemocionante por el cariño, admiración y respeto por la Familia Real.
—¿Qué echas de menos de España?
—El calor humano. En España, se nota la energía y la cercanía de la gente. Eso no existe en Estados Unidos, que es superfrío, y eso que Miami es muy latino. La vida es muy demandante y cinco veces más cara. Tienes que luchar todo el día para ganar dinero y pagar las facturas.
—¿Vives de alquiler o tienes casa propia?
—Tengo un piso en el Upper East Side, que es una copia del de Nueva York. Siempre pensaba que volvería a España, pero me di cuenta de que estaba echando unas segundas raíces y me lo compré en dos mil diecinueve. Estoy cerca de Enrique Iglesias, aunque él vive en una mansión y yo en un pisito (ríe). Pero está al borde del mar. Forma parte de una urbanización, que no es nada habitual en Estados Unidos, y he descubierto la vida en comunidad, con vecinos. Es maravilloso y más cuando tienes un niño, porque te vuelves loco para hacer planes con él. En Pedraza, mi hijo hace planes con sus primos y amigos… En Miami, la vida con un niño es muy complicada.
“En 2019, me compré un piso en el Upper East Side. Vivo cerca de Enrique Iglesias, aunque él vive en una mansión y yo en un pisito”, bromea
‘Como la Disneylandia de mi hijo’
—¿Qué es lo que más le llama la atención a tu hijo cuando viene a España?
—Cuando va a Pedraza es como su Disneylandia: es libre, tiene a sus primos, amigos… Imagínate el contraste con Miami… No pasan cinco minutos sin que me llame y me pida cosas. En España, es un niño extremadamente feliz. Desde que nació, solemos ir a España tres veces al año. Aunque sea costoso, merece la pena, porque tiene sus raíces y es español.
—¿Miami es una buena ciudad para ligar?
—Es buena ciudad para ligar y no para enamorarse (ríe). Miami es absolutamente capitalista y materialista y, por decirlo de manera suave, las mujeres no son las más románticas. En Miami funciona mucho el amor “a primera Visa” (ríe).
—Sin embargo, mantienes una relación. ¿Cómo te encuentras con María Clara?
—Gracias a Dios, muy bien. Iba a venir conmigo en julio a España, pero no pudo por trabajo. Las empresas americanas solo dan diez días de vacaciones al año y hay cuatro lunes festivos.
—¿Cuánto tiempo lleváis juntos?
—Diez meses, que, para Miami, es un matrimonio, un milagro.
—¿Ves la posibilidad de casarte de nuevo?
—No. Ya lo viví y la experiencia no fue demasiado buena. Tampoco está en los planes de ella. Estamos bien, como el primer día, así que no nos planteamos ni casarnos ni tener hijos.
—Acabas de presentar tu libro, Colate por Nicolás, ¿cómo has vivido la repercusión?
—Estoy impresionado por lo bien que está yendo y, sobre todo, lo que está gustando. A lo mejor, habrá gente que no me conoce y sea reticente, pero está sorprendiendo. Es un libro divertido y fácil de leer. Acaba de salir en Estados Unidos y estuve en el programa Despierta América, pero paré la promoción porque, como sabéis, falleció la abuela materna de mi hijo —se refiere a la actriz Susana Dosamantes, madre de Paulina Rubio, que falleció el dos de julio—.
—¿Has dado el pésame a la madre de tu hijo?
—Sí, claro.
—¿Cómo es tu reacción actual con Paulina?
—Pésima, pero le he escrito varios emails dándole el pésame y ofreciéndome a ayudar con lo que sea posible. Y al resto de la familia se lo he dado personalmente cuando he llevado al niño. La pérdida (de Susana) me ha entristecido muchísimo porque ha sido una persona con la que he tenido muy buena relación. Quizá, con la que mejor me he llevado de la familia durante muchísimos años. Me he puesto a la disposición de ella y retrasé el viaje a España, que le ha venido bien al niño para aislarse de todos esos momentos tristes. Desgraciadamente, con la relación que tengo con la madre de mi hijo, poco más puedo hacer.
Escapadas fuera de Miami
- Everglades. “A media hora en coche, encuentras un parque natural espectacular con caimanes. Se visita en unos barcos muy característicos —los aerodeslizadores—”, nos dice Colate. “Siempre que vienen amigos de visita, los llevo para que conozcan los Everglades, porque es un cambio radical, pasar del cemento, la fluorescencia y coches de millonarios a un espacio natural. Me parece un buen plan para ir con los niños”, añade el empresario.
- Los llamados Springs. “Son como manantiales, pero a lo bestia. Son lagos y ríos que están a las afueras y hay varios”, nos cuenta Colate antes de añadir: “Dan todo tipo de facilidades y comodidades para irse de camping. Es un plan original americano”.
- Los Cayos, situados a poco más de una hora, al sur. “Es muy bonito el viaje en carretera, que es la que va por encima del agua y sale en muchas películas”.
- Disney World. “Es el mejor plan del mundo para ir con niños. Quizá, lo que más recuerdo de mi primer viaje a Miami es por este parque temático”, nos cuenta Colate.
- Cabo Cañaveral. “Si vas a Disney World, visita el parque de la NASA. Además, puedes presenciar el lanzamiento de cohetes”, que suelen tener lugar cada dos o tres semanas.
—Acabas de cumplir cincuenta años…
—Me encuentro mejor que nunca. A nadie le gusta cumplir años, pero me ha sentado mejor de lo que pensaba. Me sigo sintiendo un niño. Subo las escaleras corriendo para no perder tiempo…
—¿Qué planes tienes para este verano?
—He estado en España y tengo el tiempo limitado. En agosto, a la madre le toca parte de las vacaciones del niño y los colegios aquí empiezan antes.
—¿Qué proyectos profesionales tienes?
—Además de la promoción del libro, tengo un programa de televisión pendiente, que a ver si sale adelante. Me gustaría hacer algo más global, más para el mundo hispanohablante. También estoy con otro par de cosas, para intentar ganar dinero y vivir en Miami, que es carísimo y dificilísimo.
“El reencuentro con doña Sofía en Miami fue maravilloso. Lo más bonito fue la conversación que tuvo con mi hijo”
‘No puedo tener un trabajo normal’
—Hoy en día, ¿cuál es tu fuente de ingresos?
—No tengo una fuente de ingresos habitual ni un trabajo normal. No puedo. En Estados Unidos, son muy exigentes con el tiempo y yo vivo con mi hijo. Soy quien le cocina y le hace todo. Por eso hago realities, colaboraciones en televisión y otros trabajos temporales. También llevo alguna cuenta de comunicación, pues mantengo clientes de mi agencia.
—Estás siempre activo, claro.
—Voy haciendo cositas que me permitan sobrevivir en Miami. Me atacan mucho con que no tengo un trabajo estable, pero no creo que ninguna de las personas que me critican haya trabajado más que yo. Me levanto a las seis y media de la mañana y no paro en todo el día. Primero, porque soy padre, que es lo más importante y difícil. Bueno, cuando estoy con mi hijo, soy padre y madre, con sus cosas buenas y malas. Soy amo de casa. Mucho hablar de los derechos, pero yo hago mi casa, cocino… Además, me cuido mucho a nivel interior. Practico yoga y medito… Vivo situaciones muy complicadas y he de estar fuerte para enfrentarlas. Tengo dificultades, como todos, y las mías son de conocimiento público. Desgraciadamente, complicadas, cuando son innecesarias. A pesar de todo, me siento un privilegiado. Vivo en un sitio maravilloso y paso mucho tiempo con mi hijo.
—¿Nunca ha surgido la posibilidad de trabajar en Masterchef Celebrity?
—Me encantaría y creo que lo haría muy bien, porque en los últimos años he tenido un gran aprendizaje: de no freír un huevo a que mi hijo me aplauda cuando le hago la comida… Mi hijo me dice que me presente a MasterChef. El problema es que mi hermana, Samantha, es jurado y eso imposibilita mi participación. Sería muy divertido, porque mi hermana me metería mucha caña, pero hay reglas y TVE está más pendiente de que se cumplan.
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