Siempre estaban ahí el uno para el otro, eran inseparables, los hermanos más unidos, con muchas pasiones en común y un mismo círculo de amigos, pero el caso Nóos arrasó con todo. El año 2011 marcó el antes y el después y 2015 supuso el punto final, tras decidir el Rey quitarle el título de duquesa de Palma. Pero esto parece que está cambiando. Después de atravesar años muy difíciles, en los que han evitado coincidir tanto en público como en privado, Felipe VI y doña Cristina acortan la enorme distancia que había entre ellos. Los hermanos, que ya habían acercado posiciones con varios encuentros en Madrid, han vuelto a verse en Marivent, donde la infanta pasó tres días, después de no pisar este palacio en una década.
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Inicialmente, según adelantó su círculo a ¡HOLA!, no estaba previsto que doña Cristina regresara a Mallorca, pero, en sus primeras vacaciones “de soltera”, la improvisación y los planes de última hora van de la mano y, por supuesto, pudo el amor de madre de doña Sofía. Felipe VI llegó el jueves alrededor de las 13:30 horas a Marivent. Justo a tiempo para almorzar con su madre, su tía la princesa Irene, su hermana y cuatro de sus sobrinos: Felipe y Victoria de Marichalar y Pablo y Miguel Urdangarín. Una gran reunión familiar en la que se echó de menos a Juan, que se preparaba para dejar atrás India; a Irene, que había hecho una escapada con amigas; a doña Elena, que disfrutaba de las playas de Sancti Petri, Cádiz, y a la Reina, que seguía en Madrid con sus hijas.
Palma fue su paraíso y, después, el escenario de su pesadilla, cuando tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados, pero todo eso va quedando atrás. No será fácil arreglar lo que pasó y cerrar las heridas, pero este último encuentro —el primero en once años, bajo el techo de un palacio en el que enraízan sus recuerdos de verano y fueron creciendo a la par— sigue abriendo el camino a la reconciliación, aunque solo compartieron unas horas. Esa misma tarde, la infanta ponía rumbo a Barcelona, mientras Felipe VI se instalaba en Sont Vent a la espera de hacerse a la mar y de reunirse con doña Letizia y sus hijas.
Doña Cristina en Bidart
No sería la única sorpresa en este verano de la paz, también se espera que estos días la infanta vuelva a Bidart donde cuenta con una casa, tal y como ha podido saber ¡Hola! No se esperaba que pusiera un pie en estas playas -a solo 14 kilómetros de donde se realizaron las imágenes más comprometidas de Iñaki Urdangarín y Ainhoa Armentia-, y no deja de ser llamativo, pero también es una muestra de que hará todo lo posible para que sus hijos no sufran y poder facilitar el camino de todos.
Doña Cristina no quiere nada con Iñaki, pero otro tema es la familia que han construido y ahí también entra su suegra, a la que quiere muchísimo, y a la familia paterna de sus hijos a los que agradece que los acogieran con tanto amor durante la década más difícil. Desde 2012, tras dejar atrás Marivent hasta 2021, cuando cumplieron el sueño de disfrutar de su primer verano todos juntos – a excepción de Juan- después de cuatro años.
Durante esta estancia, se espera, además, que reciban la visita de la infanta Elena, antes de que esta se traslade a Mallorca para pasar unos días con su madre, quien también tiene previsto reunirse con su familia en Grecia a finales de agosto. Las dos hermanas, más unidas que nunca, ya compartieron días de vacaciones el pasado año en esta misma localidad francesa, aunque en circunstancias muy diferentes… Pero la vida sigue y, muy importante, parece que todo está bien entre ellos.