En medio de las aguas revueltas tras la inesperada separación de sus padres, la Infanta doña Cristina e Iñaki Urdangarin , los hijos de la ya expareja se convirtieron en personajes de gran interés. Mientras que Pablo, el segundo de los cuatro, que se abre paso como jugador de balonmano de F.C. Barcelona, se convirtió en una especie de “portavoz” de la familia, los otros tres optaron por guardar silencio y mantenerse, como siempre han hecho, en un segundo plano. Tanto Juan Valentín, el primogénito, que se instaló hace dos años en Madrid, como Miguel, ahijado del Rey Felipe VI, que estudia Ciencias del Mar en Londres. También Irene , la benjamina de la familia, que, en la actualidad, es la única que permanece junto a su madre en Ginebra (Suiza), aunque viaja a España siempre que puede y sigue muy unida a su familia materna.
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Cabe recordar que Irene ha celebrado sus diecisiete años el pasado 4 de junio. Una fecha muy señalada, dado que es la última antes de cumplir la mayoría de edad, a la que llega rodeada de misterio. De las pocas veces que hemos tenido la oportunidad de verla en público, nos ha dejado muy claro que es una joven con mucho estilo. La última vez disfrutando de su veraneo en Bidart (Francia), donde, después de meses de informaciones apuntando a que tras la “traición a su madre” con Ainhoa Armentia, la relación entre el exjugador de balonmano y su hija estaba rota, se pudo comprobar que la historia es bien distinta. La benjamina sigue sintiendo debilidad por su padre y, tal como se puede comprobar en las imágenes que publicamos en ¡HOLA!, son constantes las muestras de complicidad, confidencias y entendimiento entre ambos.
Otra cosa que está clara es que, pese a que el protagonismo recae siempre en sus tres primas, la príncesa de Asturias, la infanta Sofía y la hija de la Infanta doña Elena, Victoria Federica , Irene tiene mucho que decir a sus recién cumplidos diecisiete años. De ojos de un azul intenso y pelo largo muy rubio, es una joven adolescente coqueta y con mucho estilo y se parece mucho a su madre, aunque con rasgos de su abuela paterna, Claire Liebaert. Altísima para su edad y con figura atlética al igual que Pablo y Miguel -también con un físico envidiable- es la niña de los ojos de todos.
Como señalábamos antes, es la única de los cuatro hijos de la Infanta Cristina que permanece con su madre en Suiza, donde continúa sus estudios en Ecole Internationale, un centro ‘eco’ –el campus está libre de plásticos desde 2017– considerado uno de los veinte mejores de Europa (según un informe del diario Tribune) , por cuyas aulas pasaron sus hermanos y también Tatiana Santo Domingo , mujer de Andrea Casiraghi, el actor Michael Douglas o la política Indira Gandhi, entre otras personalidades. En el centro tiene su grupo de amigos incondicionales que también la protegen. A pesar de estar en plena adolescencia, Irene ya es toda una mujer, como podemos comprobar en las imágenes de sus últimas vacaciones estivales en familia.
Décima en la línea de sucesión al trono, habla perfectamente español, inglés y francés, además de estudiar alemán. También colabora con instituciones solidarias, va a clases de piano, y es una gran aficionada a los deportes, como el tenis, el esquí y la vela. También le encanta la moda, como a su prima Victoria de Marichalar, con la que dicen guarda una estrecha relación a pesar de su diferencia de edad por la unión que mantienen sus respectivas madres.
Como curiosidad colecciona zapatillas deportivas que es uno de los regalos que pide por su cumpleaños. Sus preferidas son las Golden Goosse (famosa por sus zapatillas deluxe envejecidas con las que pisan desde las celebrities a las aristócratas) y con ellas la hemos visto conjuntado con un vestido de Zara igual al que tiene su prima, la princesa de Asturias. Sudaderas, vaqueros de campana, abrigos clásicos masculinos, prendas oversize, cazadoras de cuero, sneakers o zapatillas de esparto para el verano son algunos de sus básicos. Siempre discreta, pero con mucho estilo. Y tampoco podemos olvidarnos de los complementos, con pendientes XXL y pulseras de todo tipo.
También le encanta viajar y son muy frecuentes sus viajes a Barcelona, tanto para ver a su hermano Pablo como para estar con las amigas que tiene en la ciudad, a pesar de que se marchó con su familia a vivir a Washington cuando era una niña. Al ser la pequeña de la casa ha estado siempre muy protegida. Los que la han tratado aseguran que es muy independiente, con sentido del humor muy parecido al de su abuelo materno, el Rey don Juan Carlos, muy inteligente y sin ganas de sobresalir en el mundo mediático. En este sentido ha elegido pasar desapercibida y no tiene interés en convertirse en influencer como su prima, Vitoria Federica. Prefiere la discreción y con ese perfil mantiene su existencia alejada de los seguimientos de los reporteros como le ha sucedido a sus hermanos. Por edad con quien más afinidad tiene Irene es con Miguel, pero quien la hace reír es Pablo. Su gran protector desde siempre ha sido Juan. Esa tutela afectiva la hemos visto a través de los años en los reportajes publicados en prensa. Juan siempre pendiente de su hermana pequeña.