Realeza frente a realidad. Su vida ha sido siempre una dualidad. Entre dos mundos. Es nieta y sobrina de Reyes, pero no es princesa; es miembro de la familia del Rey, pero no es Familia Real; su madre es infanta , pero ella no tiene título; siempre en primera línea, pero siempre un paso atrás. Victoria busca su sitio entre dos mundos y ahora escribe su propio destino rompiendo esquemas. Quiere ganarse su propio título más allá de su familia… y busca su reino en el mundo de la moda. Victoria ha decidido seguir los pasos de su padre, que escribió la primera revolución en la Familia Real convirtiéndose en influencer antes de que esta palabra existiera. Jaime de Marichalar —que fue el primero en ir en patinete por las calles de Madrid, en utilizar auriculares inalámbricos para el teléfono o en seguir las tendencias masculinas cuando aún nadie se atrevía— es amante de la moda y consejero de Bernard Arnault, el dueño de LVMH, el grupo de lujo más grande del mundo, con firmas como Loewe, Dior o Louis Vuitton. De su mano, y aprendiendo de los grandes, siguiendo los desfiles desde primera línea, descubriendo un mundo que le apasiona, Victoria ahora encuentra su lugar. Tradición frente a modernidad. Pasado y futuro unidos en ella.
Tan conocida y al mismo tiempo tan desconocida, ahora tenemos la oportunidad de descubrirla: cómo es y cómo piensa, en este reportaje único que protagoniza como modelo de excepción. Moda y caballos, sus dos grandes pasiones unidas para contar su historia.
“Protección o timidez”
Primera impresión: alta, altísima, nada menos que 1,82. Delgada y tímida, aunque solo al principio, porque a lo largo del día descubrimos a una Victoria totalmente diferente. No es que hubiera prejuicios, es que no había referencias. Es lo que se ve: una chica de veintiún años, divertida —bromista sin parar—, alegre, dormilona, dispuesta, llena de energía, reservada y discreta en según qué temas (con sentido y sensatez), llena de vida, con una permanente sonrisa y con ganas, muchas, de vivir su pasión: la moda . O sea, una chica muy normal. En su caso, eso es mucho y lo más inesperado.
“La vida demuestra, tarde o temprano, que da igual quién seas… Para conseguir lo que quieres, siempre se necesita esfuerzo y hacer sacrificios”
—Pareces tímida... ¿pero solo los quince primeros minutos?
—La verdad es que soy un poco tímida al principio y de primeras me cuesta abrirme con la gente. Creo que lo hago por un sentido más de protección que de timidez, pero, una vez que las relaciones crecen, la confianza hace que me quite miedos y pueda dar una versión sin filtros de mí misma.
“Vic, a secas”
Nos hemos levantado a las cinco y media de la madrugada —ni media queja, por cierto— y hemos cogido un tren a las siete en punto. Victoria se presenta con una sudadera XL, un pantalón vaquero, unas deportivas y con mucho sueño. Acaba de llegar de París, de ver los desfiles de la alta moda con su padre, y antes ha pasado unos día en Marruecos con un gran grupo de amigos. Le faltan horas para descansar.
—Lo de estudiar Marketing me imagino que no fue la primera opción, algo vocacional... ¿Qué querías ser de pequeña?
—Una de mis pasiones, no sé de qué modo, era aterrizar en el mundo de la moda. Ese era mi sueño desde pequeña. Aunque también reconozco que soñaba con ser militar algún día, creo que era debido a ir a muchos actos militares, que siempre me atraían desde que era pequeña (ríe).
—Y ahora no paras, Victoria.
—Vic, mejor… Pero, sí, es verdad, no paro.
“No he cambiado de opinión. Sigo sin considerarme una influencer como tal. Gente de mi círculo cercano lo es, conozco bien su trabajo y creo que no es comparable”
Victoria Federica de Todos los Santos de Marichalar y Borbón, con tratamiento de Ilustrísima Señora y con la sangre más azul que el océano, va acortando nombre y distancias. No detesta para nada su segundo nombre, Federica, pero le gusta más ser Vic, a secas. Pues Vic es quinta en la línea de sucesión al Trono de España, por detrás de su hermano, Felipe Juan Froilán, y por delante de su tía la infanta doña Cristina; es sobrina de Reyes (don Felipe y doña Letizia); nieta de Reyes (don Juan Carlos y doña Sofía), y en su sangre confluyen todas las dinastías reales de Europa. Eso es lo que le toca por parte de su madre, la infanta doña Elena. Por parte de padre, Jaime de Marichalar y Sáenz de Tejada, su ascendencia es muy aristocrática. Su abuelo Amalio de Marichalar y Bruguera (al que no conoció) era el conde de Ripalda, y su abuela Concepción Sáenz de Tejada y Fernández de Bobadilla, era dama divisera Hijadalgo del Ilustre Solar de Tejada. Pero ella es Vic a secas y, después de ofrecernos unos ‘macarons’ (comprados en la ciudad del Sena) y de comprarse en el bar del tren unas galletas de chocolate, se echa discretamente unas cuantas cabezaditas. Con toda naturalidad.
Nos vamos en AVE directos a Barcelona, donde nos espera un coche para llevarnos hasta Llagostera. En concreto, a la casa de Santi Serra, el amigo de los animales, como le gusta que le definan. Pero Santi es mucho más que eso. Es un mago, un prestidigitador de los caballos, que consigue hechizarlos para que hagan cosas aparentemente imposibles. Una gran amazona como Victoria con ganas de darlo todo, el genio de Santi Serra (ya famoso por sus shows en el mundo entero), los mejores ejemplares de caballos y el equipo más destacado de estilismo, fotografía, maquillaje y peluquería... y el resultado es tan sorprendente como espectacular. La protagonista: Victoria, la valiente, la que bailó con lobos, halcones, montó sin silla, se subió descalza a la grupa de un caballo frisón, lo puso a dos patas e hizo acrobacias imposibles. Y que conste que no hay trampa ni Photoshop en las imágenes. Todo lo hizo ella (y en el divertido vídeo que publicaremos este jueves en nuestra web se demuestra).
Talento innato
“A Santi —comienza— lo conocí en la Madrid Horse Week. Fue divertido porque lo nombraron para que saliera a pista y no aparecía. Ya captó la atención de todos. Pero, luego, al ver las cosas que hacía, nos quedamos impresionados. Es increíble. Y ya desde entonces nos hicimos amigos”. Santi también habla maravillas de Victoria: “Es una niña buenísima. De verdad, cariñosa y divertida. Y no te imaginas cómo monta a caballo. Tiene un talento innato. Puede hacer cualquier cosa”. Lo que dice Santi es algo que siempre se ha comentado en el círculo de la alta competición hípica y la opinión es unánime. Podría haber sido olímpica si se lo hubiera propuesto.
“De pequeña soñaba con ser militar algún día, creo que era debido a ir a muchos actos militares, que siempre me atraían”, confiesa entre risas
Victoria ha vivido rodeada de caballos... Así ha crecido, se ha educado y ha madurado. La equitación forma parte de su familia. Su madre, la infanta doña Elena, ha sido su gran maestra. No solo eso. El mundo del caballo las unió más allá de madre e hija, convirtiéndolas en cómplices de la misma pasión. Viajando juntas por toda España en diferentes concursos de saltos y disfrutando de un tiempo que formó recuerdos inolvidables. “La afición me viene de familia, ya que tanto mi madre como antes mi abuelo eran aficionados y muy buenos jinetes. De mi madre, que me inculcó esta afición, he aprendido y he heredado la pasión por los animales y el amor por la Naturaleza en general”.
Herencia de su madre
Y es tal cual. Tan pronto la vemos cogiendo insectos que encuentra en el suelo como juega con los catorce cachorritos de rhodesian ridgeback que tiene Santi en su finca. Por cierto, a esta raza, a la que le caracteriza una especie de cresta a contrapelo en su lomo, se la conoce como ‘los cazadores de leones africanos’, ya que con cuatro de estos ejemplares se tumba a un león.
“El amor ocupa un lugar muy importante en mi vida. No tengo un hombre ideal. Lo más importante para mí es que sea una buena persona”
Y es que Victoria es muy libre en el campo. Anda descalza y bromeando. Jugando y disfrutando de todos los animales, viviendo con toda la intensidad que puede esta experiencia, que no le puede estar divirtiendo más. “Vic, ponte los zapatos que te vas a hacer polvo”, le comenta Virginia (su mano derecha y amiga), mientras Victoria camina descalza por un suelo lleno de piedras, cardos y tierra... Pero a ella le da igual porque es más de campo que las amapolas y demuestra que aquí es donde se siente libre y ella misma, donde está segura. “Sí, se podría decir que aquí es donde me siento más yo misma. Cuando estoy en el campo siento mucha paz y tranquilidad. Siempre que puedo me encanta escaparme o pasar los fines de semana. Estar en el campo me evoca recuerdos superbonitos... Como, por ejemplo, el juntarnos todos los primos y pasar ratos muy especiales y divertidos”.
—¿Alguno en especial?
—Hay muchos recuerdos que me sacan una sonrisa… No podría quedarme con uno, pero en todos los que podría elegir estaría rodeada de mi familia o disfrutando de algún plan con amigos.
La importancia de la familia
Y ahí llega una palabra clave en su vida: familia. Ahí radica su fuerza y el sentido de su vida; ahí pivotan todas sus decisiones y es donde recurre cada vez que tiene un problema. “La familia tiene mucha importancia para mí. Creo que es el núcleo sobre el que te desarrollas en el resto de facetas de la vida. Es como un punto de partida seguro desde el que iniciar tu propio camino”. Para ella está la familia de sangre y la otra familia, que es la elegida: los amigos. “La amistad es para mí una de las cosas más importantes y por ello le doy mucho peso en mi día a día. Es muy importante cuidar de los tuyos”.
“Es muy difícil caer bien a todo el mundo, pero me gustaría que me conocieran como una buena persona, leal a mis amigos y entregada a mi familia”
De la equitación a la familia y de la familia a su otra pasión: la moda, el verdadero motivo por el que estamos aquí. “He tenido siempre las referencias en mi familia —nos cuenta sobre este tema—, en especial de mi padre, y el privilegio de vivir la evolución de las tendencias desde cerca, asistiendo a varios desfiles. Todo eso ha hecho que sienta un interés permanente por todo lo que rodea a un sector que está en constante cambio”.
—¿Hacia dónde se dirigen tus aspiraciones profesionales?
—Poder tener un proyecto de vida donde pueda formar una familia mientras profesionalmente pueda dedicar mi tiempo a lo que me apasiona, ¡la moda!
Buscando su sitio
Mayo de 2019 marcó un antes y un después en su vida. Tomó una decisión que en cualquier otra persona resultaría fútil, pero que en su caso revestía trascendencia y notoriedad. Que la nieta y sobrina de los Reyes abriera su cuenta de Instagram causó un enorme revuelo y casi generó un debate nacional. El caso es que Vic quería hacer lo que tantas chicas de su edad y, en concreto, vivir esa pasión que nos comentaba, la moda. Y lo quería hacer buscando su sitio y siendo ella misma.
—Todo el mundo te sitúa como influencer, pero tú no te sientes como tal… ¿O has cambiado de opinión?
—Opino igual. No me considero una influencer como tal, gente de mi círculo cercano lo es, conozco bien su trabajo y creo que no es comparable a mi día a día.
“Mi pasión es la moda. He tenido siempre las referencias en mi familia, en especial de mi padre, y el privilegio de vivir las tendencias desde cerca”
Ella no ha querido en ningún momento encasillarse. No es que reniegue, es que no es una influencer al uso. No hace las cosas que normalmente hace una influencer ni quiere que sus intervenciones o sus contratos dependan de likes o engagement. Simplemente, su caso es diferente.
Y por eso, por ser diferente, esta incursión en redes se convirtió en una revolución que rompió esquemas dentro de su familia. Ella tomó las riendas de su vida (nunca mejor dicho) e hizo lo que nadie de su familia había hecho hasta ese momento: posar, hablar con naturalidad, asistir a fiestas, trabajar para marcas… Venció recelos, reticencias y preocupaciones y empezó a escribir, como ella quería, este primer capítulo de su vida en el que se sentía libre.
El efecto Victoria
Así es como comenzó el efecto Victoria y en tiempo récord ya se la considera una de las personas más influyentes en cuestión de moda y estilo entre las nuevas generaciones. Este fenómeno Victoria ha traspasado fronteras y está en el punto de mira de la prensa internacional. La definen como la nueva royal it girl con rendida admiración (”Es hora de tener un nuevo icono de estilo”, dicen refiriéndose a ella) y la sitúan siguiendo la estela de otras royals que han encontrado su sitio fuera de palacio, como Olympia de Grecia o Mafalda de Bulgaria… Llega Victoria de España.
—¿Qué sientes cuando se habla del fenómeno Victoria como referente de estilo y tendencias?
—Soy muy joven y estoy dando los primeros pasos de mi carrera profesional. No siento el fenómeno. Dedicarme a lo que me gusta ya es una gran sensación. Mis ganas son seguir formándome y aprendiendo de los mejores.
“De mi madre he aprendido y he heredado mi otra gran pasión, por los animales, y el amor por la Naturaleza en general. En el campo es donde me siento yo misma”
Pero el efecto Victoria no solo ha triunfado en cuestión de moda, también por su personalidad y naturalidad al mostrarse tal cual es. “Es muy difícil caer bien a todo el mundo, pero me gustaría que me conocieran como una buena persona, leal a mis amigos y entregada a mi familia. Creo que la determinación es mi mayor virtud... y defecto… Me gustaría ser más organizada y menos desordenada en mi día a día”, nos cuenta.
—¿Te preocupa esa tendencia al ataque tan generalizada en las redes?
—Sí, me preocupa la tendencia a la crítica antes que a felicitarnos los unos a los otros por las pequeñas cosas. Pero creo que no solo atacamos con nuestros móviles en un mundo paralelo, es un problema del mundo real. El virtual es solo el reflejo.
—¿Qué otras cosas te preocupan?
—Como joven, me preocupan los problemas que nos rodean e intento poner mi granito de arena en las causas. Por ejemplo, con la guerra de Ucrania. Gracias a mi amigo Tomás, he podido acercarme a gente maravillosa que hace que, lejos de suponer un esfuerzo, ayudar sea una recompensa.
Asuntos del corazón
Otro de los motivos por los que Vic ha hecho correr ríos de tinta es por el corazón. Se supo que el torero Gonzalo Caballero bebió los vientos por ella (dedicándole tardes y lanzándole monteras), pero en realidad la única relación seria que se le conoce es la que terminó hace tan solo unos meses con el DJ Jorge Bárcenas, tras casi tres años de noviazgo.
—¿Qué lugar ocupa el amor en tu vida?
—Uno muy importante.
—¿Sueñas con casarte y ser madre?
—¡Claro! Es algo que, como mujer, es un sueño y un proyecto a futuro. Creo mucho en la familia como núcleo para poder desarrollarte en todas las facetas de la vida.
“A largo plazo, mi objetivo principal es poder formar una familia. La vida cambia mucho, pero, de momento, me encantaría seguir aprendiendo y creciendo profesionalmente”
—¿Tienes un ideal de hombre?
—Sinceramente, no. Lo más importante para mí es que sea una buena persona.
—¿Se está mejor en pareja… o soltera?
—Hay diferentes etapas en la vida y creo que hay que tratar de aprender y disfrutar de todas ellas.
—Ahora mismo, ¿cómo estás…? ¿Hay alguien especial en tu vida?
—Estoy muy bien, rodeada de mis amigos, que son muy especiales también para mí.
El termómetro rozaba los cuarenta grados. El día había comenzado muy temprano y se presentaba muy largo, pero Victoria no perdía el ánimo, la sonrisa ni las ganas de conversar. Y, según iba sucediendo el día, se iban profundizando también las conversaciones.
—¿Desde pequeña has aprendido que la vida no es como en los cuentos de princesas… que es bastante más complicada?
—La vida demuestra, tarde o temprano, que da igual quién seas… Para conseguir lo que quieres, siempre se necesita esfuerzo y hacer sacrificios.
—¿El sacrificio es uno de los valores que te han inculcado?
—Me han inculcado muchos… Determinación, sacrificio, pero, sobre todo, diría que me han inculcado el respeto hacia los demás.
“No me considero una gran bailarina, cuando me aburro hago dibujos y si tuviera que pedir un deseo por un día… pediría vivir en una casa repleta de dulces y chucherías. ¡Me haría muy feliz!”
Su discurso y su forma de decirlo suenan sorprendentemente maduros, pero luego, en otros guiños, se descubre a una niña grande. Por ejemplo, en el almuerzo. Se lanzó a los nuggets y dulces, mejor que los canelones de foie o los huevos con trufa que componían el menú. Otro de los tips que demuestran su edad (y la de todas las chicas de su generación) es que el móvil es una extensión de su mano. Y, en su caso particular, su tendencia a las bromas. “De mi personalidad destacaría que soy leal… y que en el fondo soy muy divertida y cariñosa”, nos dice riendo.
Que es una chica segura de sí misma no hay duda… Solo hay que ver cómo mira a la cámara. Parece increíble que sea algo nuevo en su vida, porque, aparentemente, no es un mal trago, sino que se lo está pasando bomba. Como si hubiera nacido una estrella. “Me divierte... Me sale espontáneo y me gusta si estoy en el ambiente adecuado”, nos cuenta mientras mira con seriedad y profundidad directamente a cámara para acto seguido partirse de la risa.
—Ahora estás uniendo tus dos pasiones… los caballos y la moda.
—La verdad es que es un privilegio poder juntarlos y me resultó muy atractivo desde que me lo propusisteis (risas).
—¿Cómo se presenta el verano?
—Haré una combinación entre familia y amigos, planes relajados y mucha playa, que me encanta. Pero lo dicho, dedicaré todo el tiempo posible a compartirlo con mi familia y amigos.
—Y después del verano… ¿hacia dónde se dirigen tus sueños?
—La vida cambia mucho, pero, de momento, me encantaría seguir aprendiendo y creciendo profesionalmente durante los próximos años. A largo plazo, mi objetivo principal es poder formar una familia.
Los 10 secretos de Victoria
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