Dicen que de una boda sale otra y todas las miradas están puestas, desde hace tiempo, en Tamara Falcó y su novio, Íñigo Onieva. La pareja asistió este fin de semana a la boda del primo de la marquesa de Griñón, Álvaro Castillejo Preysler, con la periodista Cristina Fernández Torres, en la iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Sotogrande (Cádiz). Con permiso de la deslumbrante y elegante madrina de boda, Isabel Preysler, que asistió con el premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa, fueron dos de los invitados que más expectación despertaron tanto en el templo como en la posterior celebración, y los novios quisieron tener un precioso detalle con ellos, que recibieron por sorpresa el ramo de la novia, tal como recogemos en el amplio y exclusivo reportaje que se puede ver esta semana en la revista ¡HOLA!
Cabe recordar que la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó ha recibido tres ramos de novia en los últimos tres meses. El primero fue el pasado mes de abril, en la boda de su primo, Álvaro Falcó , hijo del recordado marqués de Cubas, Fernando Falcó, con Isabelle Junot en Plasencia, donde, a la pregunta de que si de la boda saldría la suya, nos respondía: “Seguro que de esta boda salen muchas. Poco a poco, estoy viviendo un momento del noviazgo precioso, estamos encantados los dos, creo que si todo va bien terminará en boda”. Tres meses después, la aristócrata volvió a vivir lamisma experiencia en la boda de su amiga, Casilda Aguilera, con Yago Antón, celebrada también en Sotogrande (Cádiz) a comienzos del mes de julio: “Fue realmente una boda llena de risas, besos, alguna que otra lagrimilla y mucho pero que mucho baile! ¡Que vivan esos novios guapooooosssss! Por cierto otro ramo … ya van 2… y Luisa Bergel otro!, contaba Tamara.
Y ahora, como no hay dos sin tres, ha sido en la boda de Álvaro y Cristina donde también recibió la gran sorpresa de ser obsequiada con uno de los ramos de peonías blancas , similares al nupcial, que preparó Sandra Ferrer, de Ferini, responsable de la decoración floral, con los que la novia agasajó a algunas de las invitadas. El primero de la noche fue para Isabel Preysler, quien realmente estaba emocionada de ver a su sobrino disfrutando de una noche tan especial. Pero no fue la única en recibir el regalo por parte de los contrayentes: Tamara también fue agasajada con uno al ritmo de Bailando, el hit de su hermano Enrique Iglesias, uno de los grandes ausentes a la boda, quien no pudo desplazarse desde su residencia de Miami. “Se lo dimos no sólo porque queremos que sea la siguiente, sino por lo especial que es para nosotros”, nos contaban los protagonistas de la velada. La marquesa de Griñón, por su parte, nos respondía irónica: “Yo no me siento presionada. ¿Y tú, Iñigo?”.
Con 40 años ya cumplidos, es innegable que Tamara Falcó está viviendo su mejor momento. La vida le sonríe en todos los sentidos y como ella misma ha asegurado en más de una ocasión, casarse entra por supuesto en sus planes. Hace unos meses, en El Hormiguero, hablaba sobre cómo le gustaría que fuese su enlace con Iñigo. “No creo que la hiciese gigantesca. Mi padre me contó que en su primera boda seguía saludando a gente al final de la noche. Fueron mil personas y eso sí que me parecería una pesadilla”, confesaba la también diseñadora visiblemente emocionada. “La verdad es que no lo sé... A una boda va la gente que más quieres y con los que te lo pasas fenomenal. Será una gran boda”, aseguraba la chef de la escuela de cocina Le Cordon Bleu, dejando a sus compañeros muy sorprendidos con sus palabras. ¿Veremos pronto a Tamara blanca y radiante camino del altar? El tiempo lo dirá y estaremos atentos para contar los detalles cuando eso ocurra.