Una imagen vale más que mil palabras. A pesar de que, en las últimas semanas, se barajó la posibilidad de que ya no estuvieran viviendo juntos, tras salir a la luz unas fotografías en las que se veía al premio nobel de literatura entrando y saliendo de su piso del centro de Madrid, Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa continúan demostrando que la vida sigue igual para ellos. Poco después de saltar la noticia, ¡HOLA! se puso en contacto con Isabel , quien rápidamente nos desmentía dicha información y nos explicaba que entre el escritor y ella no había ningún tipo de distanciamiento, ni siquiera físico. Por mucho que dijeran algunos medios, ambos seguían residiendo juntos en la casa que ella tiene en la urbanización madrileña de Puerta de Hierro. También Mario desmentía categóricamente que vivieran separados. “No hay crisis ni nada. Es totalmente falso”, nos decía.
La última vez que Isabel y Mario habían sido fotografiados juntos había sido el pasado 21 de junio en la presentación en el Ateneo de Madrid del último libro del literato, su ensayo titulado La mirada quieta (sobre Benito Pérez Galdós). Sin embargo, poco después de saltar la falsa información acerca de ellos, nos llegaban las imágenes de su reaparición en Ibiza, dejando atrás cualquier atisbo de especulación. Acompañados por Tamara Falcó, los dos viajaban juntos a la isla para asistir a una reunión de familiares y amigos íntimos en memoria de Gisela Rich, una de las personalidades más reconocidas y admiradas del lugar, tristemente fallecida hace unos meses.
Una semana después de su viaje a la isla pitiusa,Isabel, sonriente y feliz, volvía a reaparecer al lado de Mario este pasado 9 de julio en una reunión familiar con motivo de una celebración inolvidable para ella. Diez años después de acompañar a su hijo Julio al altar, volvía a ejercer un papel muy especial en su vida: el de elegante y deslumbrante madrina de su sobrino, Álvaro Castillejo Presyler, hijo de su hermana Beatriz, fallecida en 2011, a los cincuenta y tres años de edad. “No he dejado de pensar en ella. Daría lo que fuera porque estuviera con nosotros hoy aquí”, confesaba a ¡HOLA! con profunda emoción, minutos antes de partir hacia la iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Sotogrande (Cádiz), donde, junto a los casi trescientos invitados, aguardó la llegada de la novia, la periodista Cristina Fernández Torres, que trabaja en el área de comunicación del Partido Popular en el Congreso de los Diputados.
Tras la ceremonia religiosa, oficiada por el Padre Carlos Saldaña, buen amigo de los contrayentes, los recién casados y sus respectivas familias se trasladaron para hacer el tradicional posado en el Cortijo Santiago, propiedad de Iñigo Zobel, miembro de una de las dinastias empresariales filipino-españolas más importantes. Hasta allí llegaron también Isabel y Mario, donde posaron abrazados y ella estuvo en todo momento pendiente del su pareja y se preocupó de que no le faltará de nada, demostrando que todo sigue igual entre ellos.
Después de disfrutar de unos minutos de intimidad con Álvaro y Cristina, todos juntos se trasladaron al Trocadero de Sotogrande para continuar con la celebración y compartir mesa y mantel en una mesa donde cenaron con los recién casados, los padres de la novia, el arquitecto Nicolás Fernández y la abogada Carmen Torres, la marquesa de Griñón con su novio, Iñigo Onieva, Ana Boyer y su marido, el tenista Fernando Verdasco, Julio Iglesias Jr., el Padre Carlos Saldaña y Maite Brias, prima hermana de Isabel, hija del primer matrimonio de su tía Tessy Arrastia, en cuya casa de Madrid se instaló cuando llegó a España por primera vez con diecisiete años.