Ana de Armas es una de las actrices del momento. Desde que dió el gran salto a Hollywood, la intérprete no ha parado de cosechar éxitos en la gran pantalla y suculentas ofertas de trabajo no paran de llamar a su puerta. Cuando tan solo quedan unos meses para el estreno del esperado largometraje Blondie, en el que se pone en la piel de Marilyn Monroe, la artista ha abierto su corazón y ha explicado una de las decisiones más complicadas que ha tenido que tomar en los últimos tiempos, puesto que, recientemente, tuvo que dejar la ciudad de Los Ángeles, donde tenía fijada su residencia habitual, porque no se sentía del todo cómoda allí. "Ese no era un lugar para mí. La constante atención de los medios ha sido horrible", ha declarado en una entrevista que ha concedido a la versión estadounidense de la revista Elle, haciendo referencia al acoso mediático que sufrió tras su ruptura con Ben Affleck.
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Ana de Armas, nombrada en el juicio entre Johnny Depp y Amber Heard por este motivo
Esta historia de amor comenzó en el set de rodaje de Aguas Profundas y duró casi un año, coincidiendo con el tiempo más duro de la pandemia. La expareja pasó la cuarentena junta, y, después de esta, era de lo más habitual verlos en fotografías informales tomadas por los paparazzis en las que aparecían paseando, en actitud cariñosa o haciendo los quehaceres rutinarios del día a día. A pesar de la separación, que se produjo de manera amistosa porque ambos se dieron cuenta que tenían ideas de futuro distintas, esta sobreexposición pública no cesó, llegando a convertirse en algo agobiante. Una persecución constante que no le hacía nada feliz lo que le llevó a tomar la decisión de mudarse a otro lugar más tranquilo. "Se volvió un poco demasiado y piensas que no hay manera de salir de eso. Siempre pasa algo", ha dicho en referencia a la espiral de asedio en la que se ven envueltas muchas estrellas de la industria cinematográfica.
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Por el momento, su corazón ha vuelto a recuperar la ilusión. Sin embargo, al contrario que el protagonista de Armageddon, ha alejado a su pareja, Paul Boukadanis, ejecutivo de Tinder, de los focos, llevando su romance, que se descubrió en diciembre de 2021, de la manera más discreta posible. Igualmente, ha hablado sobre los proyectos profesionales que tiene en mente de cara al futuro, uno de sus máximos objetivos es romper el estereotipo que existe sobre las personas latinas en las producciones de ficción. "Quiero interpretar a una latina, pero no quiero ponerme una canasta de fruta en la cabeza. Esa es mi esperanza poder demostrar que podemos hacer cualquier cosa", ha reivindicado de manera activa en la citada entrevista, porque, como ha manifestado en otras ocasiones, a sus 34 años lleva como bandera sus orígenes cubanos de los que se siente muy orgullosa.
Sobre este tema también ha hablado su buena amiga Jamie Lee Curtis, con la que trabajó en Puñales por la espalda. Cuando comenzaron sus ensayos en la película de ficción, la consagrada actriz pensó que Ana acababa de llegar de su tierra natal, y, que por ello, no tenía ningún tipo de experiencia ni sofisticación. En cambio, en cuanto vió su desarrollo delante de las cámaras se quedó fascinada por su talento, lo que la hizo avergonzarse y eliminar todos los prejuicios que tenía en la cabeza sobre ella.