Juega en la selección de fútbol femenino de Países Bajos, pero ya lo hizo anteriormente en la española y podría hacerlo también en la de Estados Unidos. Damaris, centrocampista de 23 años del Lyon que se formó en el Ahtletic, tiene una historia única. Su padre es un popular 'pelotari', Pablo Egurrola, conocido como 'Osa II', cuyo éxito con la pelota vasca le llevó a saltar el charco para jugar profesionalmente en Estados Unidos. La madre de la futbolista es holandesa y conoció al que sería el padre de sus hijos en Cancún. Tras enamorarse, se trasladó junto a Egurrola a Estados Unidos y allí, en Orlando, nacieron Damaris Berta Egurrola Wienke y sus dos hermanos. Habla, por tanto, español, euskera, inglés y neerlandés.
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Desde pequeña e inspirada por su padre, vivió con pasión el deporte. Como no podía ser de otro modo, con lo primero que probó fue con la pelota vasca, pero también con el tenis. Era tan buena con la raqueta que los entrenadores le insistían para que encaminara su carrera a esta disciplina deportiva, pero para cuando ‘la descubrieron’ en una pista de tenis ya tenía claro a qué quería dedicarse: el fútbol.
Los primeros pasos los dio, como muchas otras compañeras, en el colegio. Madrugaba para jugar antes de comenzar las clases, como explicaba hace unos años en una entrevista en El País, y en los recreos no se dedicaba prácticamente a otra cosa. Una vez que ella y su familia se instalaron en el País Vasco (cuando ella tenía siete años), jugaba también mucho en la calle, con lo que se puede decir que estaba todo el día con el balón en el pie.
Casi siempre jugaba con chicos, lo que le vendría muy bien, según reconocía ella misma, de cara a desarrollar un estilo futbolístico más competitivo. No fue hasta los trece años cuando pasó a un equipo exclusivamente femenino. Pronto comenzó a destacar y a ser convocada por la Selección para sus categorías inferiores.
Una vez con la edad suficiente para jugar a primer nivel, podría haberse unido a la selección de Estados Unidos, a la de España o a la de Países Bajos. Finalmente, se ha decantado por esta última (la causa la sitúa la prensa deportiva en desavenencias con el seleccionador español). Con la 'oranje' como se conoce al equipo neerlandés, debutó el pasado mes de abril.
Fue un momento de lo más emotivo, en la ciudad en la que pasaba sus vacaciones estivales de niña, Groningen, y con su familia en las gradas. Su padre no podía contener las lágrimas de la emoción. "Mi padre llora muy fácilmente y sabía que lo haría", diría al finalizar el partido a los medios de comunicación (un partido, por cierto, que no podría haber ido mejor para ella y su equipo, que ganaron 12-0 contra Chipre). "Estoy muy feliz, es difícil describirlo con palabras”, confesaba la futbolista. “He esperado mucho tiempo para este momento y tener aquí a mi familia y amigos es increíble".