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Abre los ojos. Todo lo que puedas. Mantenlos bien abiertos, pero… Atenta, ¡cierra la boca! Que parezca que estás acostumbrada a tanta belleza”. Era lógico… Una de las jóvenes asistentes a esta descomunal fiesta se había quedado literalmente con la boca abierta, y el consejo deslizado por una amiga no podía ser más apropiado y común para todos los asistentes a este sueño de una noche de verano. La maison francesa Cartier se había propuesto deslumbrar al mundo desde Madrid en la presentación de su colección de alta joyería ‘Beautes du Monde’. El escenario: el majestuoso palacio de Liria.
© HolaTras hacer sentir a sus invitados como en un capítulo de Los Bridgerton en los suntuosos palacios adornados por goyas y tizianos —donde toma el té a diario el actual duque de Alba—, personalidades internacionales como Vanessa Kirby, Bianca Brandolini, Emma Chamberlain o Florence Kasumba sucumbieron a la artillería de belleza, elegancia y glamour de la casa francesa en los versallescos jardines de Liria. Una cena de tres estrellas Michelin del chef Jesús Sánchez, actuaciones flamencas de Blanca Li y hasta un concierto de los Black Eyed Peas (una sorpresa por la que más de uno casi desfallece) y lo consiguieron: la noche fue memorable. ¿Por qué? Porque Cartier había conjurado la magia a través de la belleza para lograr emociones… y lo que llega a través de las emociones se recuerda para siempre.
“Hace un año tuve un ataque de pánico. El ritmo frenético, la falta de descanso, la autoexigencia… Ahí entendí que es sano y necesario oír a tu cuerpo y parar a pesar de la juventud”
Y entre tanta belleza encontramos a la nueva embajadora de Cartier (y prodigio del cine español), Milena Smit. Milena de magia también sabe mucho por la forma en la que ha conjurado el éxito. Quizá por ello hizo el «perfect match» con Cartier. Milena representa veinticinco años de salvaje libertad, de talento y seducción y tiene una fascinante historia que contar: la suya. “Sí, desde luego. Es así. Mi vida se ha convertido en un sueño. A veces paro y me doy cuenta de lo afortunada que soy, que, en ocasiones, con la vorágine no te da tiempo de pensarlo. Han sido tres años muy intensos pero soy consciente de que solo puedo dar gracias”, nos cuenta la chica Almodóvar de Madres paralelas. “Detrás de todo ello hay mucho trabajo tanto por mi parte, que soy tremendamente exigente con mi trabajo en cada proyecto, como de todo un equipo que hay a mi lado. Pero hay que seguir luchando cada día para que siga siendo así y el sueño continúe”, añade.
© Greg Williams—Hablamos de magia, pero todo eso no ocurrió solo por arte de magia… Hay mucha historia antes.
—Mucha. Empecé a trabajar muy joven. He trabajado como recepcionista en un hotel o como operadora, entre otros, pero siento que todos ellos también me han hecho ser la persona que soy hoy y valorar mucho más todo lo conseguido.
—¿Y un día descubriste que eras capaz de interpretar, de actuar…?
—Siempre me ha llamado la atención la interpretación, pero jamás imaginé que un día podría estar defendiendo y contando la historia de tantas mujeres distintas y especiales. Siempre me han apasionado las miradas de esas actrices que eran capaces de contar historias en una película o en una serie y ser parte de conectar con un público que hacía un viaje con cada una de esas ficciones.
‘Ataque de pánico’
—En este camino también te has encontrado con dificultades, combates… En tu caso particular se presentaron en forma de ataques de pánico.
—Fue una situación que tuvo lugar hace un año y fue, de alguna manera, la forma que mi cuerpo tuvo de interiorizar todo ese ritmo frenético, esa falta de descanso y esa autoexigencia. Pero fue algo vital para darme cuenta de que hay que oír a tu cuerpo y que en ocasiones es sano y necesario parar a pesar de la juventud.
—¿Ahora lo cuentas con toda naturalidad para dar visibilidad al problema y que la gente no se avergüence y normalizar la salud mental?
—Desde hace mucho tiempo he estado concienciada con la importancia de la salud mental, algo que durante mucho tiempo ha sido tabú y que, afortunadamente, cada vez se habla con mayor normalidad, aunque aún quede mucho por hacer. Creo que tenemos la obligación de aprovechar nuestra posición pública y ese altavoz que nos otorga la popularidad para vincularnos a causas sociales y apoyarlas con nuestro discurso.
© François Goizé—¿Cómo encaja contigo esta parte de tu vida que conecta con el lujo y la sofisticación?
—A veces, el “lujo” como concepto suena como algo lejano e inaccesible, pero para mí es sinónimo de excelencia y prestigio. Y, cuando tuve la oportunidad de descubrir la colección Panthère y me trasladaron que sería embajadora de la mano de esas piezas, fue todo un regalo. Los felinos son desde hace años compañeros de vida (tengo dos gatas) y la pantera ha sido uno de los animales que más me apasionan. No creo que sea casualidad, sino más bien el destino.
—¿Hacia dónde se dirigen ahora tus sueños?
—Lo primero, a disfrutar de unos días de vacaciones antes de comenzar con mi siguiente proyecto (ríe).
