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Ignacio de Borbón es quizas unos de los concursantes más desconocidos de esta edición de 'Supervivientes'. Con ta solo 21 años, se ha convertido en uno de los líderes indiscutibles semana tras semana y así se ahorra el mal trago de estar nominado. Esta semana, sin embargo, su estado de ánimo no ha sido el más agradable y encima se ha tenido que enfrentar a la prueba más delicada del concurso, 'El puente de las emociones'. Ignacio se ha sincerado sobre su infancia y ha dicho que en la escuela los niños se metían con él. "En el colegio hubo varios años que sufrí bullying y a partir de ahí sentí mucha soledad. No me sentía valorado por mis amigos y eso me ha creado muchos complejos a lo largo de mi vida. Y aunque quedan cosas que resolver, como que me cuesta aceptar las críticas, creo que ya lo estoy superando", ha explicado el concursante entre lágrimas, reconociendo que le afecta mucho la opinión de los demás y que fue muy duro no tener amigos ni gente con la que poder hablar. Por suerte, Ignacio ha expresado que estos momentos tan complicados siempre tuvo el apoyo y el cariño de sus seres queridos.
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"He tenido la suerte de tener una famillia que me ha apoyado siempre y a la que estoy muy agradecido, pero sí, he vivido momentos muy duros", ha dicho el concursante muy emocionado, añadiendo que aunque ha tenido esos problemas en general puede decir que ha sido feliz. Eso sí, Ignacio ha reconocido que el problema que siempre tuvo en el colegio era que a pesar de sentirse muy solo nunca se lo contaba a su familia. "Ellos no sabían nada y pensaban que todo estaba bien", ha dicho el superviviente, relatando que es posible que su apellido le jugara una mala pasada. "Siempre que llegaba a un sitio nuevo la gente hablaba y me miraba. No sé si es la razón de todo. Supongo que también he cometido errores", ha dicho de Borbón.
Con su madre escuchando sus palabras detrás de una madera, Ignacio ha contado que la separación de sus padres fue un momento muy complicado, confesando que fue algo le afectó mucho. Además, ha querido agradecer al concurso la oportunidad que está viviendo en Honduras porque está aprendiendo cosas que alguien tan joven no suele poder. El concursante, que ha estado viajando por trabajo durante dos años, también ha hablado de la soledad que ha sentido al estar separado de sus amigos y familiares. "Vivir solo de un día para otro es muy duro. Es algo que he llevado bien y estoy orgulloso", ha dicho muy emocionado.
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Entre lágrimas, el 'superviviente' ha expresado su sentimiento de culpabilidad por no haber valorado como él cree a su familia: "Me arrepiento por algunos de mis comportamientos con ellos", ha dicho el superviviente, afirmando que a partir de ahora quiere pasar más tiempo con ellos porque les echa mucho de menos. "Lo que más deseo es estar con todos ellos", ha añadido de Borbón, que ha podido después abrazar a su madre.
