Puede que muchos la recuerden como Arteche, la implacable paramilitar a las órdenes del comandante Sagasta en la quinta temporada de La casa de papel . Pero, en la vida real, lo suyo es subirse al ring. Al menos -y para alivio de los amantes del boxeo- es lo único que, por el momento, entra en sus planes. Cada asalto de la ‘Tormenta Miranda’ atrapa a miles de aficionados a un deporte, en el que Jennifer Miranda brilla con luz propia.
Es la boxeadora amateur más laureada de nuestro país -nueve veces campeona invicta de España como amateur y dos veces como profesional-y cuenta con un título intercontinental -WBA Intercontinental en pluma- que defendió el pasado 9 de mayo en la velada The Monday Battle at the theatre frente a Sayda Mosquera.
Con la mirada puesta en su próximo reto, convertirse en la mejor del mundo, nos cuenta su increíble historia. Desde cómo ha logrado llegar a lo más alto del deporte femenino hasta qué compañeros de La casa de papel se ‘han atrevido’ a entrenar con ella.
- ¿Cómo empezaste en el boxeo?
- Es una historia un poco peculiar. Es cierto que me gustaba el deporte (mi padre había sido nadador olímpico de Costa Rica), pero no me había dedicado profesionalmente a ninguno. Como muchas otras personas, yo hacía kickboxing, estaba estudiando la diplomatura de Educación Física con el objetivo de, como mi padre, ser profesora de instituto de Educación Física o quizá de universidad, y después acceder a la licenciatura. En Sevilla, me pedían una nota de acceso de un siete con algo en selectividad y yo había sacado como un seis.
Un compañero del gimnasio me contó que, si ganaba el campeonato de España de boxeo que se iba a celebrar en un mes, podía entrar a la Universidad sin tener que alcanzar esa nota, y me dije: ‘voy’. No tenía ni idea, no sabía las reglas… y gané el campeonato de España. Luego me enteré de que había que cumplir más requisitos como ir con la selección española… Gané a las chicas por mi fuerza, pero el truco también fue que venía de hacer kickboxing. Tenía un entrenador, Juanma Campillo, que nos hacía un entrenamiento muy profesional, durísimo… Me di cuenta, con el tiempo, de todo lo que me valió. Yo escuchaba mucho en mi esquina, y gracias a eso fuimos ganando los combates al principio.
Después me propusieron ir al equipo nacional para preparar los Juegos Olímpicos de Londres.
- ¿Y al final estudiaste la diplomatura?
- Sí, sí. Lo hablé con mi madre -mis padres se habían divorciado y mi padre había vuelto a Costa Rica- y se lo vendí muy bien. Le dije: ‘Mira, mamá, voy a estudiar, voy a hacer deporte y, encima, voy a viajar por todo el mundo’. Sí que me dijo aquello de que ojalá hubiese sido mejor otro deporte en el que no recibiese tanto impacto, pero me animó a seguir adelante. Me fui a Murcia y ahí empezó todo. Pude hacerlo porque aprendí rápido.
“Ahora el reto más grande, como cualquier deportista, es ser campeona del mundo. El mundial va a ser el final de mi carrera, salga bien o mal”
- Entonces tu entorno te apoyó mucho…
- Sí, en eso sí tuve esa suerte. Ahora hay muchos niños que desde pequeños ya empiezan en el mundo deportivo, pero antes no era así. Para mi padre, que había sido deportista, lo primero eran los estudios y después el deporte. Seguí estudiando después de la carrera, hice tres másters: uno en Coaching y Liderazgo deportivo (para conocer mi mente porque tenía que dominarla), un curso FIFA-CIES de gestión deportiva y un máster en Dirección de Empresas. Yo siempre tenía esa cosa, que me grabó mi padre con fuego, de seguir aprendiendo para el futuro porque esto se acaba, te pueden pasar muchas cosas… Rafa Nadal, Lydia Valentín… A eso llegan muy poquitos, no son muchos los que han tenido todas esas condiciones. Yo he trabajado en el Comité Olímpico cinco años, y he visto grandes deportistas que han pasado por allí, pero no han llegado a ese top… Siempre tuve claro que quería tener un trabajo que me gustase después del deporte.
- Nos hablas también de la importancia de tener una mente fuerte
- Es lo más importante. Tienes que entrenar la mente igual que tu cuerpo porque vas a enfrentarte a gente muy buena. En el boxeo, por ejemplo, vas a tener frente a ti a una persona que va a por ti, que va a intentar ganarte por KO… Tienes que subir con una decisión increíble, sin inseguridades… y eso es difícil porque, a lo mejor, tienes una lesión o estás pasando una mala racha, y todo eso crea inseguridades. Cuando tú subes ahí, nada puede restarte porque a la otra persona no se lo va a quitar, y esa preparación mental es lo que te hace ganar. La mente es muy mala, te hundes a ti misma y haces campeona a la otra. Se debe trabajar todos los días con un psicólogo deportivo. Habrá cosas que no dependan de ti, y eso tienes que saberlo para no frustrarte. Sólo debes enfocarte en ti ahí arriba.
- Nueve veces campeona invicta amateur de España… ¿Qué te queda por conseguir?
- A nivel España muy bien, lo bueno y lo difícil es que nunca me ganaron. Es verdad que hubo combates en los que me he enfrentado con chicas muy buenas y me lo pusieron muy difícil. Ahora el reto más grande, como cualquier deportista, es ser campeona del mundo. El mundial va a ser el final de mi carrera, salga bien o mal. Haber podido llegar a eso como profesional es muy grande. En el boxeo tienes que ir escalando en puestos para ir a por ese título. Antes del último combate era la número cinco, y ahora he escalado un puesto más, estoy en el número cuatro del mundo. En profesional yo tengo siete combates y me voy a enfrentar con chicas que tienen cuarenta y cincuenta… Vamos a intentar hacer un poquito más para coger ring porque es súper complicado.
- Has hecho tus pinitos como actriz en La casa de papel. ¿Cómo te sentiste? ¿Te ves como actriz en el futuro?
- Me pasó lo mismo que cuando empecé a boxear, vino de repente, yo no sabía y no lo había hecho nunca… Cuando me surgió la oportunidad de estar en la serie, no dudaba, me dije: ‘Vale, si en el boxeo lo conseguí…’ Supe desde el minuto uno que tenía que dar mis trescientos… Necesitaba entenderlo, sentirlo y me metí en clases de interpretación. Después de esta experiencia, tengo que decir que yo no sabía que era tan duro lo del rodaje. También es cierto que mi parte era muy física. Me ha gustado mucho. Es cierto que ahora el tema deportivo es mi prioridad, pero después me gustaría meterme a clases por hobby porque me gusta, creo que aporta mucho. El boxeo me ayudó mucho porque un deportista tiene que tener mucha seguridad: en ese segundo que dudas puedes recibir un golpe, y pienso que a las actrices les pasa lo mismo. Tienes que tener una seguridad muy fuerte en ti misma.
“Todos los personajes de la serie me gustaban, pero es verdad que Palermo era mi favorito”
- El personaje estaba muy hecho a tu medida…
- Fue mi representante el que me descubrió el papel. Sabíamos que era muy difícil pero fuimos a intentarlo. Cuando me llamó para decirme que lo había conseguido, pegamos un grito los dos. Todo lo que ha sido preparado ha sido muy guay. Lo único que Arteche tenía un grado más de locura. Al ser paramilitar, para ella el objetivo era el objetivo y daba igual todo. Pero luego tenía un corazoncito ahí con sus compañeros… Al mismo tiempo era un poco madre con ellos, ¿no? Me gustaba mucho que ella fuese tan dura, más dura que ellos, más dura que nadie… Tuve que entrenar diferente porque tenía que estar muy fuerte para el personaje. Sabía que lo que se veía bonito y diferente era estar tan musculada, así que dejé de boxear y me puse a hacer pesas para mantener esa musculatura porque si no, no se queda tan marcado.
Los fanáticos de la serie que luego me escribían no estaban acostumbrados a ver a una chica así, y es como que me querían odiar, pero al mismo tiempo, no podían (se ríe).
- ¿Hay alguna anécdota curiosa que recuerdes del rodaje?
¡Hay muchas! He tenido la suerte de tener unos compañeros súper buenos. Es cierto que me reía mucho… Porrúo, que hacía de Canalejas en la serie, y es uno de los hombres más fuertes de España, y yo llevábamos camisetas sin mangas para que se nos vieran los músculos. Me acuerdo que, antes de empezar, nos poníamos a hacer flexiones… El caso es que también preparaban unos catering buenísimos. Al principio sí que nos cortábamos más, pero, después de tantos meses, con hambre… Primero cogimos una chocolatina, después otra cosa… y llegó un día en el que no nos cabía el chaleco antibalas (se ríe).
Todos los personajes de la serie me gustaban, pero es verdad que Palermo era mi favorito . Me decía: ‘Pero si hace nada lo estaba viendo y pensaba qué guay cómo interpreta’. Tuve miedo porque, en una escena chulísima, nos peleábamos y tenía que saltarle encima… y yo tenía miedo de hacerle daño, preguntándome cómo tenía que hacerlo… Y luego él me dice: ‘He hecho rugby no sé cuántos años’ y respiré aliviada como… ‘Menos mal’.
- A Jaime Lorente, por ejemplo, le encanta el boxeo… ¿Te conocía antes de que entrases en la serie?
- No, nosotros nos conocimos ahí. Yo invito siempre a todos que vengan a boxear, y muchos de ellos vinieron a entrenar. Él vino a entrenar con nosotros porque se tenía que preparar para un combate. Lo que pasa es que, al final, no ha podido por exigencias de trabajo… Pero no se le da mal tampoco. Así que es como: ‘De verdad hijo, ¿esto también se te da bien?’
- ¿Y te subirías con alguno más de tus compañeros al ring?
- Yo con cualquiera. Luego lo que ocurra, ya no lo sé. Con todos creo que disfrutaría de una forma o de otra. Con Gandía… como tuvimos nuestro enfrentamiento y disfrutamos como niños… Con Porrúo también me he subido… Bueno, vino a entrenar y buah, ¡cómo boxea!
“Muchas veces piensas en dejarlo porque eso forma parte de la vida del deportista”
- Entonces La Casa de papel es una auténtica cantera de posibles boxeadores
- Sí porque al final ellos tienen que preparar muchas escenas de acción. Sé que a Esther le gusta mucho el boxeo, todavía no ha venido… y estoy segura de que, si se les enseña, todos podrían.
- Tradicionalmente el boxeo se ha visto como un deporte masculino. ¿Alguna vez te han dicho algo por ser mujer y boxeadora?
- Cuando yo empecé, de hecho, no había casi chicas. Todas las personas que me han hecho comentarios de ese estilo estaban desconectadas y no tenían ni idea de boxeo. Para ellas este deporte es como lo que ven en la película Rocky , que siempre digo que ha hecho mucho daño… No saben que el boxeo amateur es distinto y que el árbitro está arriba para cuidarte. Alguna vez sí que me han dicho: ‘Ay con lo mona que eres, para qué haces boxeo’ o ‘Si es de chicos, eso es para hombres’. Sobre todo, me lo han dicho muchas mujeres.
“Alguna vez sí que me han dicho: ‘Ay con lo mona que eres, para qué haces boxeo’ o ‘Si es de chicos, eso es para hombres”
- Cada vez hay más chicas en el deporte, pero todavía queda mucho, ¿verdad?
- Nos queda todavía mucho. Nosotras empezamos en boxeo, en olímpico, en 2012… Así que fíjate cuántos años llevan los hombres por delante. Nosotras estamos haciendo todo demasiado rápido, tenemos muchísimo nivel ya… Las mujeres hemos empezado tarde, pero, cuando pasen unos años, mujeres y hombres van a estar igual, al mismo nivel.
- Defendiste el título intercontinental en la velada de ‘The Monday battle at the theatre’, ¿cómo te sentiste al boxear en un escenario tan diferente como el Teatro Nuevo Alcalá y con espectadores tan conocidos como Ana Duato?
- Lo de ‘The Monday battle’ es un regalo para cualquier boxeador. Nunca se boxea en sitios tan bonitos. Estamos acostumbrados a ir por pabellones por todo el mundo y los más bonitos son los campeonatos mundiales. Además, The OSB, la promotora, tiene todo muy bien organizado. Sientes presión porque sabes que el teatro está lleno… no porque sea gente conocida.
“El boxeo es mágico. Gracias a las redes sociales ya las influencers cada vez más chicas se animan... No tienes por qué hacer contacto, y lo que sí es necesario es sacar esa guerrera que llevamos dentro
- ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
- Todavía no está cerrado, pero el próximo combate será en septiembre… Eso sí, no hay rival todavía definido, pero lo que vais a ver más importante es el mundial o el europeo. Vamos a intentar hacer uno de los dos. Llevar el boxeo de mi país a lo más alto sería mi ilusión. Eso es lo que ahora mismo me quita el sueño, luego evidentemente si sale algo, un buen proyecto… Lo que sea necesario, pero ahora mismo estamos enfocados en terminar lo deportivo. El último paso que lo exige todo. Me voy a enfrentar a chicas que se dedican por entero a ello, así que tengo que estar centrada e intentar sacar lo mejor.
Sobre The Monday battle
Para Jennifer “el boxeo es mágico”. “Gracias a las redes sociales ya las influencers cada vez más chicas se animan... No tienes por qué hacer contacto, y lo que sí es necesario es sacar esa guerrera que llevamos dentro porque vamos a pasar muchas cosas a lo largo de nuestra vida y tenemos que estar preparadas”. Lo mismo opina José María Stampa, uno de los fundadores de OSB Promotions, e impulsores, junto a Martín Giménez y Javier Pardo, de The Monday battle at the theatre, una velada que se ha propuesto llevar el boxeo -visto, en los últimos años, como un deporte tabú- a un escenario diferente, los teatros, y reivindicar su importancia. “Tiene muy buenos valores, como el compañerismo y el respeto por el rival”, nos asegura. Además, tiene claro que está resurgiendo y que cada vez irá ganando más adeptos.
La velada, que celebró el pasado mes de mayo su tercera edición, ya ha conquistado a caras tan conocidas como Carmen Lomana o Ana Duato.