Nacho Palau ha pasado varias semanas discutiendo con sus compañeros y mostrando que el hambre es su punto más débil, lo que le hace perder la razón y las formas. Pero hace unos días, el concursante recibió la visita de su sobrino, quien le pidió por favor que cambiase su actitud porque no le beneficiaba para nada en Supervivientes. Dicho y hecho, el que fuera pareja de Miguel Bosé durante 26 años ha tomado la decisión de modificar su forma de ser y endulzar sus contestaciones para que el grupo se sienta mejor. De hecho, el superviviente ha recibido un chute de energía gracias a las palabras de su familiar y ha expresado que quiere pasar página, dejando los malos momentos atrás y pidiendo perdón a todos sus compañeros: "No me gustan las peleas, lo siento en el alma todo", ha comentado a Kiko Matamoros. Pero no solo eso, también se ha mostrado más tolerante con la comida: "A mí no me importa nada ya", ha reconocido muy amable.
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"Me pusieron el otro día huevos, que los podría haber cogido, y no quise saber nada de ellos. Era para mí, me lo podía quedar, pero yo lo que buscaba era compartirlo con vosotros", ha contado Nacho a Anabel tras ofrecerle un trozo de su coco. Sin embargo, a pesar de sus intentos de cambiar su mal comportamiento, parece ser que su nueva dinámica no ha convencido del todo a todos los participantes: "Este arrepentimiento ahora de golpe y porrazo… Ahora soy bueno, todos los días hago dos o tres obras de caridad…", ha expresado indignado el padre de Laura y Diego Matamoros al novio de Tania Medina y a Ignacio de Borbón.
Además, Kiko Matamoros tenía claro que Nacho sería el próximo eliminado, pero lo cierto es que el exnovio de Miguel Bosé ha conseguido el favor de la audiencia e incluso ha logrado ganar el duelo al colaborador de Viva la vida, que se convirtió en el último expulsado de Supervivientes. Para sorpresa de todos, Palau fue el primer salvado de la audiencia de la semana a pesar de que su compañero, que había sido el más salvado de la edición, un hecho que el concursante agradeció asombrado: "Muchísimas gracias, no me lo esperaba, esto supone mucho", dijo en la ceremonia del programa muy emocionado.
Nacho también ha reconocido que se pasa de egoísta con la comida, pero ha asegurado que sus compañeros han sido demasiado insistentes "machacándole". "Cuando no es la pullita de uno es la del otro. Mantener el ánimo así es bastante difícil", ha dicho el ceramista, excusándose en que Supervivientes es un juego y que los robos de comida entran dentro de la estrategia. Después de sus palabras, Ana Luque, uno de sus grandes apoyos en el reality de Mediaset, le ha pedido que no se haga la víctima y que se integrase más en el grupo, puesto que es demasiado independiente. Algo con lo que no está del todo de acuerdo. "Muchos se quejan ahora pero no les ha faltado de nada. A Kiko le he dado hasta los cocos cortados y ahora me da unas chuches y soy un chungo, echándome en cara cosas que ya han pasado", comentó el aventurero unos días antes de cambiar su actitud.