25 de marzo de 2022. Aquel día Carlota Corredera cerró una de las etapas más importantes de su vida profesional. Se despedía de Sálvame tras 13 años formando parte del equipo y ponía rumbo a nuevos proyectos televisivos. Desde entonces no ha vuelto a ver el programa y ha tenido tiempo para reflexionar con cierta perspectiva sobre su implicación en Rocío, contar la verdad para seguir viva, el primer documental de Rocío Carrasco. "Las cosas más terroríficas de mi vida me han pasado a raíz de dar la cara en la docuserie", ha reconocido en Estirando el chicle, el podcast de Carolina Iglesias y Victoria Martín.
"La historia más oscura que he vivido profesionalmente como Carlota Corredera, tanto como presentadora como periodista, ha sido a raíz de dar la cara por las mujeres, de dar la cara por Rocío y de dar la cara por las víctimas de la violencia de género", ha añadido la periodista gallega. Pese a ello, no se arrepiente de nada. "El precio que he pagado es muy alto, pero lo volvería a hacer".
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Sin embargo, las críticas comenzaron mucho antes de la docuserie de Rocío Carrasco. Concretamente desde el 1 de septiembre de 2014, día en el que presentó por primera vez Sálvame porque no estaban ni Jorge Javier Vázquez ni Paz Padilla para hacerlo. "Ser presentadora es lo más heavy que me ha pasado en mi vida. Es una locura. No tienes que tener la cabeza fría y amueblada, tienes que ser, no sé de qué pasta, para soportar que todo lo que hagas esté mal", ha dicho. "Desde que empecé a presentar, todo mal. Si salgo presentando, mal; si me vuelvo detrás de las cámaras, mal; si presento Cámbiame, le has robado el sitio a Marta Torné; si adelgado, mal; si engordo, mal; si escribo un libro, mal... ahora mismo estoy aquí, con vosotras, llevo sin salir en la tele unos tres meses y todavía me sigo encontrando con titulares demoledores sobre mí", ha lamentado.
A sus 47 años, Carlota piensa que es muy importante saber filtrar las críticas, tanto las buenas como las malas. Comenzó a ir a terapia hace dos años, pero cree que debería haber ido mucho antes. La periodista da las gracias por tener un entorno "muy normal" capitaneado por su marido, el cámara Carlos de la Maza, y su hija Alba, que es "extraordinaria".
Carlos de la Maza, el discreto marido de Carlota Corredera con el que lleva casi diez años casada
En esta charla la comunicadora también ha confesado que fue adicta al trabajo. "Lo pasé muy mal. Tengo la suerte de que puedo vivir de lo que me gusta. Me siento afortunada y privilegiada. Y no encuentras límites", ha explicado. Carlota ha tenido "etapas atroces" en su vida. "Cuando tienes tanta vocación, tantas ganas, tanta pasión, el trabajo es una maquinaria que te atrapa. Mi vida era por y para trabajar", ha confesado.