Celebrar su cumpleaños con una gran fiesta llena de sorpresas y momentos para el recuerdo parece haberse convertido en toda una tradición para Wanda von Breisky. Una de las mejores cosas de soplar las velas es poder hacerlo en compañía de las personas a las que quieren, y eso es lo que ha hecho la aristócrata, que llegó al mundo en Lisboa en 1976. Junto a sus familiares y numerosos amigos ha organizado un fin de semana intenso, inolvidable y lleno de emociones en el que ha festejado además por partida doble: el inicio de una nueva vuelta al sol y la fundación de su nueva empresa, CadenzaLux, una inmobiliaria con propiedades de lujo. En esta nueva aventura profesional aúna su profundo amor por Portugal con su amplia experiencia en el alquiler y la gestión de villas.
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La baronesa Wanda von Breisky, cuya vida también está estrechamente vinculada al arte y fue comisaria de una exposición de Juan Antonio Guirado celebrada en Madrid hace siete años, ha sido la gran protagonista de los tres días de fiesta que ha organizado. Pero también ha querido que todos sus invitados tengan un papel destacado y recuerden para siempre con una enorme sonrisa esta celebración. Es por eso que ha cuidado con mimo cada detalle y ha ideado una manera infalible para divertirse: una fiesta temática. La homenajeada ha propuesto que todo gire en torno a la canción Xanadú, compuesta por Jeff Lynne. Olivia Newton-John y el grupo británico Electric Light Orchestra convirtieron su letra en todo un himno a comienzos de la década de los 80 y, con toda seguridad, evoca a la homenajeada bonitos recuerdos de su infancia.
Los actos comenzaron la tarde del viernes 10 de junio con un cóctel de bienvenida que tenía como telón de fondo el parque natural de la Arrábida (en la península de Setúbal) y al caer la noche hubo música en vivo. Al día siguiente, el sábado 11, el buen ambiente siguió con un agradable paseo en barco. En alta mar, con las impresionantes vistas y sintiendo la brisa, pudieron tomar un almuerzo y también bajarse de la embarcación para nadar en el océano Atlántico. Por la tarde llegó el epicentro de las celebraciones: la fiesta Xanadú, en la finca Arrábida, rodeada de majestuosos jardines y con una decoración cuidada al detalle. Un despliegue de luz y color en el que todos transformaron sus looks con prendas glitter, de flecos, con grandes hombreras y tonos flúor. Un viaje al pasado que dejó momentos inolvidables, mucho ritmo e impresionantes performance así como acrobacias.
Las imágenes demuestran la felicidad plena que sintió la Baronesa riendo y bailando con las personas que forman parte de su círculo. Incluso se animó a ejercer de DJ en compañía de su hija Cleo, nacida de su relación con el productor Antony Frew, con el que también tuvo a Vincent. No faltó tampoco su hermana pequeña, Tatiana von Breisky, con la que tiene una relación muy cercana. Tan unidas están que cuando falleció su padre, Wanda dejó Miami para regresar a Portugal y poder estar cerca tanto de ella como de su madre. Tatiana está vinculada con nuestro país por su relación con Javier Suárez Illana, el hijo menor del recordado Adolfo Suárez, quien fue primer presidente del Gobierno de la democracia en España.
Entre los invitados que disfrutaron de la fiesta y del escenario de ensueño se encontraban Alex Friedrich,Anne Lakstigala, Natasha Baring, Amélie Zichy, Sara Coutts, Annabel Earle Feld, Francisco Santos, João Oliveira, Carla Borborema, Filipa Marques,Carlota Franco, Wolfgang Zichy de Vasonkeo, Celina Teague, Lee Barfield o Vaness Ford. La Baronesa tiene numerosas amistades con las que comparte aficiones e inquietudes. Wanda von Breisky estudió artes decorativas y negocios antes de mudarse a los Estados Unidos y luego al Reino Unido para trabajar en la industria de viajes de lujo. Además, es una gran viajera y una ávida cocinera.
Para Wanda, hay un punto de inflexión en su vida: el fallecimiento de su padre en 2007. La pérdida de Stefan von Breisky, que destacó por ser el corredor de bolsa más joven de Wall Street, convirtió a la comisaria de arte en una persona muy reservada y aprender a convivir con esta ausencia fue muy complicado para ella tal y como reconocía en Caras coincidiendo con otro de sus cumpleaños. Actualmente siente que su progenitor, de origen austriaco, la acompaña diariamente. Perder a uno de sus pilares, explicaba, puso "a prueba mis límites, personalidad, paciencia, amor, compasión. Hoy soy más humilde, no doy nada por sentado”.