El pasado viernes 17 de junio, Chenoa celebró su boda soñada con Miguel Sánchez Encinas en la finca Comassema de Mallorca, ubicada en el corazón de la Sierra de la Tramontana, Patrimonio de la Humanidad desde 2011. La cantante y el médico escribieron así un nuevo capítulo en su historia de amor que comenzó a principios de 2019 durante una cena en casa de la escritora y abogada Cruz Sánchez de Lara, mujer del periodista Pedro J. Ramírez, quien se convirtió en su ‘celestina’. Entre los invitados al esperado enlace destacó la asistencia de Geno, Gisela, Natalia y Alejandro Parreño, compañeros de la artista en la primera edición de Operación Triunfo .
Tras cancelar la celebración de su matrimonio a causa de la pandemia en 2020, Chenoa disfrutó por todo lo alto de un ‘sí, quiero’ muy especial que ha suscitado un gran interés durante las últimas semanas. Antes de marcharse de luna de miel, hemos hablado con ella, quien, todavía emocionada, nos atiende feliz tras protagonizar el que es, sin duda, el mayor ‘triunfo’ de su vida.
—Chenoa, por fin, tu boda se ha hecho realidad. ¿Cómo te encuentras?
—Muy emocionada y feliz de haberla celebrado. Nos hemos armado de paciencia y… ¡al fin ha llegado el día! Después de años difíciles, estamos contentos de poder habernos dado el ‘sí, quiero’.
—Nunca has perdido la ilusión.
—Al contrario. Nos ha dado tiempo a otras cosas. Y lo más importante, a estar al mil por mil seguros de este gran paso. Miguel y yo hemos afianzado, aún más si cabe, nuestro sentimiento de amor y de equipo. Todo pasa por algo y a nosotros el tiempo nos ha dado más oportunidades de ponernos a prueba y superar todo. Eso es fabuloso.
—¿Cómo has vivido este día?
—Tan mágicamente como habíamos soñado. Mirar a nuestro alrededor y sentir el cariño de los nuestros ha sido el mejor regalo para este día.
Como complementos, Chenoa eligió unos pendientes en forma de lágrima y un anillo de su abuela materna, Esther, fallecida en febrero: “Es muy importante para mí”
—¿Con qué momento te quedas?
—Desde luego, el más impactante fue ver a Miguel. No me había contado nada, ni siquiera cómo iría vestido. Estaba espectacular. Sus ojos, su mirada… todo ha sido inolvidable.
—¿Cuál ha sido el instante más emotivo?
—Ha habido muchos momentos preciosos, pero el más emotivo fue el del intercambio de las alianzas. Era un ritual importante y clave para los dos. Sentir nuestras manos juntas, el amor…
—¿Has llorado?
—¿Qué novia no llora? Sí, lo he hecho, de puros nervios y por la emoción desbordada. Soy humana y muy intensa (Risas).
“No soy la misma de antes. Miguel me encontró hecha, completa y feliz. Y yo también a él. Nos damos amor del bueno, sano y responsable. Es amor de verdad para ambos”
—¿Pudiste dormir la noche previa?
—Muy poco, pero ya la semana anterior dormía lo justo. Le daba mil vueltas a la ceremonia, el baile, la familia… Mi cabeza perfeccionista no paraba. Gracias a mi gran amiga Elena, que no ha dejado detalle al aire, ha sido todo maravilloso.
—¿Qué es lo primero que pensaste cuando llegaste al altar y viste a Miguel?
—Es él, mi compañero de vida, mi gran amor.
—¿Y qué sientes ahora cuando te diriges a Miguel como tu marido?
—Ese sentimiento ya lo tenía desde mucho antes de la boda. De hecho, ya lo presentaba como ‘mi marido’ y él a mí como ‘mi mujer’. Ahora ya es oficial.
Para el momento del baile, la cantante eligió un segundo vestido más ‘ligero y sexi’, compuesto por un atrevido cuerpo de tirantes con escote de pico y una falda de gran abertura
—Cuando comenzó vuestra historia, ¿te imaginabas casada?
—No, qué va (risas). Yo estaba feliz, así que no pensaba en la boda.
—¿Pero has soñado con verte vestida de blanco en algún momento?
—No, pero la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…
—O sea, que nunca te lo planteaste.
—No, no lo planeaba, y si alguna vez se hubiera podido dar, creo que no sucedió porque no eran ni la persona ni el momento adecuados en mi vida.
—¿Qué sentiste la primera vez que conociste a Miguel?
—Solo sonreía. ¡No paraba de sonreír! Y eso fue mágico.
—¿Qué es lo que más te gusta de él?
—Me fascina todo, su forma de ser, su temple. Su manera de cuidarme y amarme es única. Además, admiro cómo desarrolla su profesión.
—¿Qué es lo que le hace diferente a tus anteriores parejas?
—El tiempo pasa y cada edad es diferente. No soy la misma que antes, aunque mantenga la esencia. Miguel me encontró hecha, completa y feliz. Y yo también a él. Nos damos amor del bueno, sano y responsable. Es amor de verdad para ambos.
—¿Cómo lleva tu marido la fama? ¿Nunca se ha asustado?
—Miguel es un hombre que gestiona muy bien la cuestión de a qué darle importancia. De todos modos, yo agradezco personalmente que los medios lo hayan respetado. Su trabajo requiere estar concentrado. Se agradece esa tranquilidad que le han dado desde el respeto. Eso hace que lo lleve francamente bien.
Ya relajada, la novia dio rienda suelta a su vena artística, participando en un divertido karaoke y dedicándole canciones a su ya marido, que incluso se animó a acompañarla
—¿Tus fans lo quieren mucho?
—Mis fans son fabulosos y están encantados. Y adoran a Miguel por su discreción y su saber estar, que no es nada fácil.
—Cuéntanos, ¿cuándo te vestiste por primera vez de novia?
—La primera vez fue hace dos años, antes de que lo tuviéramos que parar por la pandemia. La segunda fue hace meses y me acompañó Natalia y mi adorada amiga y estilista Verónica Miyún. Las caras de emoción no se pueden describir. Fue un momento mágico. En otra de las pruebas vino uno de mis mejores amigos, Luis. Me quedé feliz porque los que te quieren te miran con amor.
—¿Cómo reaccionó tu madre?
—Ay, mi madre. Las mamis son lo más. Estaba emocionada.
—Chenoa, ¿te has cuidado mucho para la boda?
—En realidad, fue hace dos años cuando decidí cambiar mis hábitos alimenticios, así que fue progresivo. He perdido peso con una nutricionista y una rutina de deporte constante. He adoptado una forma de vida más sana y estoy muy contenta por mi salud más que por la estética.
—¿Y te has hecho algún retoque para este día?
—He estado en manos de Tacha, donde he ido cuidando mi piel con sus tratamientos. A veces, la buena alimentación y el deporte necesitan una ayudita extra. Todo muy progresivo y con paciencia.
—Chenoa, ¿ha existido pedida formal?
—La pedida formal ocurrió hace dos años, en una cena en casa de mis padres, y nadie se ha arrepentido (risas).
—¿Has celebrado tu despedida de soltera?
—He celebrado dos. Una antes de la pandemia, en Mallorca, con mis dos mejores amigas, que me llevaron a un hotel con spa. Y la segunda en Madrid, en El Escorial, que fue sorpresa, con amigos de ambos que se desplazaron sin que supiéramos nada. Fue una cena muy bonita con risas, charlas, regalos y más risas…
—¿Por qué has decidido hacer una boda íntima?
—Queríamos algo pequeño y lo conseguimos. Para la primera celebración, la que no pudo finalmente hacerse por la pandemia, iban a ser más de doscientos cincuenta invitados. Con todo aquello y los continuos cambios en las restricciones por la Covid, hemos optado por seguir siendo prudentes y hacer algo más pequeño. Todo al aire libre.
—Quienes sí que te han acompañado han sido Gisela, Natalia, Geno, Alejandro… ¿Qué significan para ti veinte años después de Operación Triunfo?
—Estoy feliz de tenerlos cerca. Después de veinte años, somos como amigos del cole, se han convertido en grandes amigos. Así que no puedo pedir más.
—¿Vas a celebrar una comida con los que no han asistido?
—Sí. De hecho, ya hemos hecho alguna cena con amigos que no van a venir. Y las iremos haciendo durante el verano.
—También dijiste que iba a estar Lolita. ¿Por qué no ha podido acudir?
—Lolita está a punto de ser abuela. Así que lo más importante es que esté con su hija y que todo vaya bien. La adoro y la quiero muchísimo. La he echado mucho de menos y ya tendremos tiempo de juntarnos.
—¿Ha habido alguna ausencia significativa?
—La de mi abuela. Aunque sé que ella y mi abuelo estaban allí conmigo.
—¿Qué ha supuesto para ti que te acompañe hasta el altar tu padre?
—El amor, respeto y admiración que siento por mi padre no se pueden describir en palabras. La emoción de que vaya de su brazo me desborda el corazón. Es un lujo de padre.
—Ahora que se ha celebrado la boda... ¿Os planteáis ampliar la familia?
—No, ya no.
—Chenoa, eres una persona muy querida en España, ya que te conocemos y formas parte de nuestras vidas desde hace más de veinte años. ¿Eres consciente de que hoy todos también nos casamos contigo y celebramos tu felicidad?
—Después de veinte años, es mi mejor regalo y lo agradezco de corazón. Es maravilloso cada gesto y felicitación de toda la gente que durante estos años me ha apoyado y dado tanto cariño, en lo personal y en lo profesional.