Hace casi dos décadas que una de las voces más carismáticas de la música desaparecía. La muerte de Kurt Cobain en 1994 dejó el mundo del rock huérfano de una de las figuras más aclamadas de la música que se unió a la trágica lista de las estrellas que se apagaron a los 27 años. Su hija Frances Bean Cobain, fruto de la relación del músico con Coutney Love, tenía entonces apenas dos años. Ahora la joven tiene 29 años y sigue teniendo muy presente a su progenitor, al que ha recordado con motivo de la celebración del día del padre en Estados Unidos, enviando además un mensaje de apoyo a todos aquellos para quienes este día es complicado, como le ocurre a ella. “Hoy puede ser un día difícil para mucha gente, así que pensé en compartir mi tradición anual para este día” apunta.
“Trato de usar cualquier energía que siento (a veces triste, a veces profundamente herida o perdida, pero en años más recientes, curiosa y compasiva) para traer al mundo algo que no ha existido previamente, a través de algún tipo de obra creativa. Me gusta creer que si algo hermoso puede coexistir con algo triste o complicado, eso deja espacio para que esas emociones circulen con una intención y significado” explicó en sus perfiles, añadiendo tres emojis de corazón y mariposas. La vida de Frances no ha sido fácil, no solo por la pérdida de su padre a una edad tan temprana. Su madre perdió su custodia por sus problemas con las adiciones, lo que provocó que se fuera a vivir con su abuela paterna, Wendy O’ Connor, en 2009. Desde entonces la relación con su madre fue un tanto distante, hasta 2015 cuando volvieron a aparecer juntas en una evento público.
Frances se casó en 2014 con Isaiah Silva, de quien se separó apenas 20 meses después. En dicho acuerdo de divorcio (finalizó el trámite en 2018), la hija de Kurt Cobain perdió la mítica guitarra que el fallecido cantante de Nirvana usó para el Unplugged de MTV de 1993. Su juventud estuvo marcada, igual que la de sus padres, por diversos problemas con las drogas, aunque supo salir adelante y reinventarse como it girl y artista. Comprometida con causas tan importantes como la salud mental, muestra su faceta artística con el pseudónimo de Fiddle Tim, ha trabajado como modelo y además ha hecho sus pinitos en la música, pero alejada del estilo grunge por el que se hizo conocido su padre. Sin embargo no puede evitar emocionarse cuando escucha algunos de los temas que popularizó el intérprete, como Dumb. “Lloro cada vez que escucho ese tema. Es una versión simplificada de la percepción que Kurt tiene de sí mismo: de sí mismo drogado, sin drogas, sintiéndose inadecuado para ser titulado como la voz de una generación”.
Actualmente Frances está enamorada de Riley, hijo del conocido skater profesional, Tony Hawk, con quien sale desde el pasado año. “Te quiero más de lo que las palabras pueden expresar. Gracias por ser como eres y por señalar todos los lugares en los que se puede hacer skate. Espero que siempre lo hagas” ha escrito sobre él en sus perfiles. En ellos comparte muchos recuerdos de su infancia con sus padres, a quienes tiene muy presentes, y amigos. Entre su grupo más cercano se encuentra Paris Jackson, hija de otra recordada estrella, Michael Jackson.
Kurt Cobain estuvo al frente de la banda Nirvana, uno de los máximos exponentes de la escena underground. Su primer trabajo, Nevermind en 1991, fue solo el principio de una carrera que les convirtió en tres años en una de las bandas más grandes del mundo, con más de 75 millones de discos vendidos en todo el mundo. En 2014 el grupo fue incluido en el Salón de la Fama del Rock And Roll. Los problemas de Kurt Cobain con las drogas marcaron toda su carrera y, a pesar de que trató de rehabilitarse en varias ocasiones, finalmente murió en abril de 1994 a los 27 años, la misma edad a la que se despidieron otras celebrities inigualables como Amy Winehouse y Jimi Hendrix.