Ana Iglesias Gil de Bernabé, que fue desde septiembre de 1986 la amiga y vecina a la que Rocío Jurado designó como albacea, administradora y contadora partidora de su herencia, ha aparecido por sorpresa en El nombre de Rocío para entregar una carta a Rocío Carrasco, un texto escrito para explicar los motivos por los que nunca ha ido a televisión para contar absolutamente nada de la cantante y sobre todo para mostrar su apoyo a la protagonista en esta segunda parte del documental. En la misiva, que contiene algunos párrafos que la hija de la intérprete no ha autorizado a leer, Ana cuenta que la cantante de Muera el amor la dejó la tarea de la repartición de la herencia por un motivo muy claro. "Estoy segura que tu madre me confió esa tarea a mí para protegerte a ti. Me nombró albacea sabiendo la opinión que tenía de tus tíos, opinión que me fui formando por lo que veía y por el asesoramiento anterior", ha expresado la abogada.
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Además, Ana Iglesias ha contado en la carta que como conocía el patrimonio familiar, cuando leyó las disposiciones testamentarias a los presentes en la casa de La Moraleja y vio la cantidad de legados, les dijo que su obligación era cubrir primero las legítimas de los tres hijos herederos y que si no era suficiente tendría que recortar los legados. "Tus tíos se creían que estaban repartiendo los bienes de una madre, no los de una hermana. No es frecuente dejar tantos legados a hermanos, sobrinos y terceros cuando el testador tiene hijos que son los legítimos herederos", ha dicho la albacea de Rocío Jurado. "Mi madre sabía que si ella llega a fallecer y a la jauría no le deba bien servida me iban a comer. Y era lo que ella no quería, pero no lo ha podido evitar y quieren más", ha añadido Rocío Carraco.
La amiga y vecina de Rocío Jurado también ha contado que jamás cobró ningún honorario ni por tramitar la separación, ni por el divorcio, ni por ningún tipo de asesoriamiento porque eran amigas y a las personas queridas "nunca les he cobrado". Eso sí, Ana ha asegurado que conserva todos los regalos que la cantante le hizo en vida, aunque lo más importante para ella siempre fue la confianza que tenían y las confidencias que se hacían. De hecho, por ese cariño ha accedido a relatar todos estos recuerdos en una carta, pero no a aparecer en los medios. "La productora se ha puesto en contacto conmigo para que hable de mi relación con tu madre, pero he declinado la invitación porque mi política ha sido siempre la de no intervenir en los medios, a pesar de las numerosas ofertas que me han hecho", dice el texto, en el que también se asegura que espera que sus memorias sirvan para confirmar los hechos que ella sabe o para conocer algunas historias de las que todavía no se haya enterado.
Ana Iglesias ha contado en esa carta lo buena relación que tuvo siempre con Rocío Jurado, una amiga a la que consideraba "familia". Pero no solo eso, recordando al abuelo paterno de Rocío Carrasco y a Juan de la Rosa (la persona que "sin duda" ha sido la fiel a la intérprete), la albacea ha recordado a quienes trabajaron para ella sin descanso. Eso sí, dejando claro que en esa época Amador Mohedano solo se encargó "de la parte artística, de la puesta en escena, de la contratación de músicos y de las empresas de luz y sonido especialmente". Pero tras la separación de la artista con Pedro Carrasco, la dirección de la empresa cambió y su hermano empezó a asumir la competencias de los profesionales a los que había desplazado, algo para lo que "no tenía ninguna preparación".
"Esto coincide con el gran despliegue profesional de tu madre, lo que conllevaría a un aumento de la facturación. Al cabo de un tiempo tu madre notó que las cosas no se llevaban bien y al enterarse de que muchos de los pagos se hacían con recargo por ser pagados fuera de plazo me pidió que estudiara el funcionamiento de la actividad. Una vez analizada la documentación, redacté unos informes", ha escrito Ana sobre cóm Amador llevaba la empresa de Rocío Jurado. Así, Rocío Carrasco ha reconocido que tiene en su poder estos papeles y que Ana fuera quien los redactara provocó que su tío "no la pudiera ni ver". "En ese momento Ana le dijo a mi madre que hiciera las cosas de otra forma y que él se dedicara exclusivamente a lo que sabía. Que no haga nada para lo que no esté preparado que va a ser una ruina", ha dicho la hija de la cantante.
El final de la finca Yerbabuena donde fueron tan felices Rocío Jurado y Ortega Cano