Rafa Nadal ha anunciado que pone fin a su inigualable carrera deportiva. A sus 38 años, todos los ojos están puestos en la estrella internacional que tantas alegrías nos ha dado y que hemos podido celebrar. Gracias a sus emotivas palabras de despedida, el tenista ha puesto también en primer plano a sus padres y, sobre todo, a una Mery Perelló que siempre ha escudado a su marido, tanto en las victorias como en las derrotas. Su historia de amor comenzó de la manera más clásica. Dos adolescentes nacidos y criados en el mismo lugar, la localidad mallorquina de Manacor, que se conocen y se gustan. A partir de ahí Rafa Nadal y Mery Perelló comienzan a salir y, pese a los vaivenes que da la vida, deciden apostar firmemente por ese relación que dura hasta hoy y de la que ha nacido su primer hijo, Rafa, de dos años. Nada ni nadie ha conseguido minar una relación que nunca ha dado síntomas de desgaste, ni se ha resquebrajado por ninguna de las dos partes.
El inusual posado de Rafa Nadal y Mery Perelló juntos con la copa del campeón
Si el incontable número de títulos que ha ganado el tenista balear supone un éxito abrumador en lo profesional, su sólida y estable relación con su esposa es un indiscutible triunfo en personal. Una victoria de ambos en cualquiera de los casos, pues los trofeos del deportista no se entienden sin la persona que más le quiere y apoya siempre desde hace casi dos décadas: su mujer.
Mery tenía 17 años y era compañera de clase de Maribel, la hermana de Rafa, en el colegio Pureza de María. Él, que había soplado las 19 velas, era por entonces la nueva sensación del tenis a nivel internacional. Ambas familias se conocían y mantenían una bonita amistad. Rafa había ganado varios campeonatos importantes y su día a día, dedicado a los entrenamientos, los viajes y los torneos, empezaba a ser el de un jugador de élite. Pero en 2005, además de ser el año en el que empezó a formalizar lo suyo con Mery, ganó en Montecarlo y logró su primer Roland Garros. Ella se convertía en su máximo seguidora y su indiscutible talismán hasta hoy, que le acompaña cuando puede y le aporta la estabilidad anímica y emocional que necesita el campeón. La primera vez que ganó en París allí estaba su novia en la grada y así, una y otra vez, siempre al lado del deportista español más laureado de todos los tiempos.
En el verano de 2005, Rafa y Mery fueron fotografiados juntos por primera vez y ya no se separaron nunca. Ambos son muy discretos con su vida privada y aparecen en contadas ocasiones juntos. Lo hacen en las fiestas de los torneos o en cenas benéficas como las que organiza la Fundación Rafael Nadal, donde ella trabaja como directora de proyectos. Además, dicha organización está presidida por Ana María Parera, la madre de Rafa y suegra de Mery con quien esta lleva estupendamente. En vacaciones, la pareja aprovecha para disfrutar de otra de sus grandes pasiones como es el mar, a bordo de su espectacular yate o practicando deportes náuticos. Ambos son unos enamorados de su tierra natal, sus playas, atardeceres, del mar Mediterráneo y de las costumbres de nuestro país. Por eso han elegido Mallorca, la tierra donde nació su amor y donde vive su familia y sus amigos de toda la vida, para residir de forma habitual.
Mery lleva 17 años de la mano del campeón y forman una de las parejas más atractivas y estables del panorama social. En la salud y la enfermedad, ella siempre está ahí al pie del cañón como la mejor medicina de Rafa. La pareja se comprometió en la primavera de 2018 durante el torneo de Roma. Él se alzó con el triunfo (por octava ocasión) y recuperó su posición de número uno en el ranking mundial. Y fue allí, en la ciudad que escrita al revés se lee amor, donde le pidió matrimonio a Mery y ella aceptó. Durante los ocho meses siguientes la noticia se mantuvo en el más absoluto secreto y fue la revista ¡HOLA! la que anunció su boda. El 19 de octubre de 2019, daban el paso más importante en su relación con el "sí, quiero". Lo hacían ante la presencia de unos 250 invitados, entre los que se encontraban familiares, amigos y compañeros, personas a las que quisieron hacer partícipes de este enlace.
Sa Fortaleza, un castillo del siglo XVII fortificado e inexpugnable situado en Pollensa al norte de Mallorca, fue el escenario de la ceremonia religiosa y la posterior celebración. Los reyes Juan Carlos y Sofía compartieron con los novios, a los que les une una gran amistad, la romántica celebración. El tenista vistió un elegante chaqué gris, mientras que la novia eligió un sofisticado diseño de alta costura con bordados a mano de inspiración ‘art déco’ de la diseñadora Rosa Clará. Después, los guiños a su tierra estuvieron también presentes en el cóctel y el almuerzo, donde los productos de la zona fueron protagonistas.
Tres años después de aquel 'sí, quiero', Rafa y Mery ampliaron la familia con la llegada de su primer hijo. El tenista tenía un nuevo hincha animándole en la grada y su sonrisa compensaba cualquier mal momento deportivo que pudiese atravesar. "He perdido, me he podido lesionar, pero volver a casa y verle te cambia el humor", contaba Nadal recientemente en El Hormiguero. Ahora, en esta nueva etapa es de espera que el tenista se vuelque, no solo en sus múltiples proyectos y negocios, sino también en su familia.
Escuchamos a Mery Perelló, feliz y orgullosa, en la inauguración del nuevo centro de la Fundación Rafa Nadal