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Será el 11 de junio cuando cumplirá los dieciocho años, pero no ha podido esperar a festejarlo. Rodeada de sus familiares y amigos, Luna, la hija de Mónica Hoyos y Carlos Lozano, celebraba el pasado 26 de mayo su puesta de largo, una tradición muy arraigada que marca su importante paso a la mayoría de edad, y lo hacía, en Madrid, acompañada por sus padres, quienes han demostrado que mantienen una muy buena relación, a pesar de los altibajos que han sufrido desde su ruptura, en 2008. Al día siguiente de la gran celebración, Mónica y Luna posaban de nuevo juntas para ¡HOLA!. Ya habíamos conocido a Luna, recién nacida, en nuestras páginas, y madre e hija habían posado en anteriores ocasiones. Ahora, con motivo de una tan especial, vuelven a nuestras páginas con unas fotos muy espontáneas que ponen de manifiesto el enorme cariño y la gran complicidad que existe entre ambas.
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—Mónica, ¿cómo has vivido la puesta de largo de tu hija?
—He vivido la noche con mucha emoción por los recuerdos que me han venido a la cabeza. Eran recuerdos de mi vida a su lado, desde que era un ‘mico’ hasta ahora, que se ha convertido en una ‘muñeca’ preciosa.
—Y cuando ves la joven en la que se ha convertido, ¿qué sientes?
—Siento que tanto su padre como yo hemos hecho un trabajo muy bueno. Hemos criado a una niña con muchos valores y mucha fuerza para vivir.
—Lo que ha quedado claro es que existe una gran complicidad entre vosotras.
—Tuve a Luna cuando era muy jovencita y eso hace que, a veces, seamos como hermanas. Ahora bien, eso no significa que, como madre, no le marque unas pautas.
Hace una pausa y afirma:
—La verdad es que no ha sido necesario imponerle muchos límites, porque nunca ha sido una niña complicada. Siempre ha sido muy responsable, a veces, más que sus propios padres.
—Físicamente, ¿a quién se parece?
—Yo creo que a su padre en la altura, la anchura y el porte, pero la cara y su sonrisa son mías.
“Lo que más admiro de mi madre es que es una persona superapasionada. Hace todo con amor, fuerza y felicidad y, además, la ves todo el día sonriendo”
—¿Quiere seguir vuestros pasos en el mundo de la moda y la televisión?
—No es una cosa que le llame poderosamente la atención. Luna toca el piano y la guitarra que es una locura y canta muy bien, pero no la veo siguiendo nuestros pasos.
Luna interrumpe y aclara: “No me atrae la televisión, pero la moda sí. Sobre todo, por mi padre, que ha sido un modelo superbueno y ha protagonizado numerosas portadas”.
—¿Qué es lo que quieres estudiar?
—Quiero hacer Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Siempre me ha gustado la carrera, entre otras cosas, porque me encanta debatir, que creo que no se me da mal. Ahora acabo de participar en el MEP (Modelo de Parlamento Europeo). Es un programa de debate para jóvenes y a mí me han dado la oportunidad de ir a una sesión internacional en Bulgaria. Me enorgullece poder participar y me gustaría dejar a España en lo más alto.
“Luna toca el piano y la guitarra que es una locura y canta muy bien, pero no la veo siguiendo nuestros pasos”, afirma Mónica
—¿Cómo es tu madre? ¿Qué es lo que más admiras de ella?
—Lo que más admiro de mi madre es que es una persona superapasionada. Hace todo con amor, fuerza y felicidad y, además, la ves todo el día sonriendo. Ese ímpetu y las ganas que pone para hacer cualquier cosa es lo que más me gusta de ella.
—¿Y de tu padre?
—Lo que me encanta es, sobre todo, su responsabilidad. Es un hombre superresponsable. Y también muy independiente. Creo que eso es lo que he heredado de él.
—Para terminar, Mónica, ¿cómo te imaginas como suegra y abuela?
—Como abuela, excesivamente cariñosa, y como suegra, muy pesada. En la fiesta, había como cinco galanes que nos estaban haciendo la pelota a su padre y a mí por nuestra hija, pero la decisión la tiene que tomar ella, y me da que va a elegir mejor que yo.