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José Ándrés no puede ocultar su orgullo, tras meses de entrega a la causa ucraniana, viajando al país en guerra para poner su granito de arena ayudando a todos los damnificados en primera línea del frente, ha vuelto a su casa de Maryland porque no quería perderse la graduación de su hija pequeña Lucía y ha sido ella quien ha hecho de nuevo saltar sus lágrimas.
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La benjamina de la familia acaba de graduarse en bachillerato y el cocinero ha pronunciado un emotivo discurso durante la ceremonia, unas sabias palabras con las que ha animado a la nueva promoción de 95 mujeres adolescentes de la escuela católica Stone Ridge a “alimentar el mundo y cambiarlo usando su talento”, tal y como recoge el diario Catholic Standart.
Lo cuenta el propio hostelero también a sus seguidores, junto a una preciosa foto en la que posa orgulloso junto a su mujer Patricia Fernández de la Cruz y sus tres hijas: Carlota, de 23 años, que ya sigue sus pasos; Inés, de 21 y Lucía, que acaba de cumplir la mayoría de edad. “Ayer mi hija menor Lucía se graduó del bachillerato y no puedo estar más orgulloso de ella. Tuve el honor de dar el discurso de graduación”. El asturiano ha aprovechado también para dejar otro gran consejo escrito para la futura generación y al lado de la imagen apunta: “A Lucía y la clase de 2022, recuerden, cada vez que toman medidas para resolver un problema, están cambiando el mundo. ¡¡Felicidades!!”
Después de un mes fuera de Estados Unidos, viajando entre Ucrania y España, el chef ya ha vuelto a la costa del estado de Maryland, donde regenta su restaurante Spanish Diner, dando a conocer los sabores de su Asturias natal al pueblo americano. Sus cocinas Worl Central Kitchen, que trabajan siempre ayudando a los necesitados, han estado en la frontera de Rusia y Ucrania recogiendo testimonios de primera mano. El asturiano ha querido transmitir los valores que ha aprendido durante todos estos años de dedicación a las labores humanitarias a las compañeras de su hija.
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“Cada una de vosotras tiene algo dentro que puede ayudar a la persona que está a su lado, a su familia o a su comunidad. Puedes alimentar al mundo, no solo con comida como yo, sino con lo que sabes y siendo bueno. Mirad dentro de vuestro corazón para encontrar tu luz, encontrad en qué sois buenas y preparáos para alimentar las esperanzas de otras personas. Necesitamos que hagáis eso”, ha dicho el cocinero en su discurso, tal y como recoge el tabloide antes mencionado.
Su hija Lucía le ha presentado como “un hombre de pasión y determinación”, recordando con gracia cuando, siendo ella muy pequeña, le expulsaron de un partido de fútbol de una de sus hermanas por ponerse a gritar en español. También ha confesado que cuando era más pequeña “odiaba verle irse y no entendía por qué lo hacía”, reconociendo que ahora le considera “un superhéroe de la vida real”. Unas palabras llenas de ternura y admiración que han hecho saltar las lágrimas del famoso cocinero.
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