Carlos Fitz-James y Belén Corsini están de enhorabuena. El pasado 22 de mayo, la pareja cumplió un año desde que se diera el ‘sí, quiero’, en una ceremonia que tuvo lugar en el palacio de Liria, de Madrid, y fue considerada el primer gran evento social de Europa tras catorce meses de pandemia. Los condes de Osorno no han pasado por alto esta fecha tan especial y lo han celebrado... acudiendo a otra boda.
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En este caso, a la de Alejandro Estrada y Cristina Beca, íntima amiga de Belén, nieta del fallecido marqués de Ureña y miembro de una de las familias más poderosas de Andalucía, gracias a la inmobiliaria Bekinsa. El enlace de esta pareja tuvo lugar el sábado 4 de junio, en la iglesia de Santiago, en Utrera (Sevilla). El almuerzo fue en la cercana Hacienda de Córdoba.
Corsini se convirtió en una de las invitadas más originales. Fiel a su elegancia, la condesa de Osorno deslumbró con un estilismo boho chic, firmado por su amiga Andrea Mateache, de Matelier. Belén combinó su vestido tie-dye, una de las tendencias de la temporada, con unos pendientes de flores blancas. No es de extrañar que su presencia acaparara todos los flashes.