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Tras cinco años de relación y nueves meses después de haberse comprometido, Britney Spears y Sam Ashgari se han casado en su casa de Los Ángeles. En enlace de la cantante, de 40 años, y el entrenador de fitness, de 28, tuvo lugar en la más estricta intimidad, ante poco más de cien invitados, entre los que se encontraban amigos muy allegados, como Madonna, Selena Gómez, Drew Barrymore, Paris Hilton con su marido, Carter Reum, la madre de la empresaria Kathy Hilton, Maria Menuononos y Donatella Versace, autora del vestido de la novia y también del esmóquin del novio. Pero entre los asistentes no se encontraba nadie de la familia de la artista, con quienes actualmente no mantiene relación. Tampoco sus hijos Sean Preston y Jayden, de 16 y 15 años respectivamente, nacidos de su relación con Kevin Federline, estuvieron, aunque mandaron a su madre los mejores deseos en su gran día, a través del abogado de bailarín.
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La princesa del pop caminó hacia el altar, formado con cientos de flores rosas y blancas, al ritmo de Can’t Help Falling in Love, de Elvis Presley, iba maquillada por Sofía Tilbury y llevó un espectacular collar en forma de corazón con 27 quilates de diamantes engastados en oro blanco y un valor de 100 mil dólares. “Sabíamos que el vestido de Britney tenía una silueta clásica con un escote abierto, así que diseñamos piezas atemporales que complementarían el estilo, incluido un collar, un brazalete y pendientes llamativos”, dice la diseñadora de las mismas, Stephanie Gottlieb, autora también de las alianzas en platino y diamantes.
Cuatro veces se cambió Britney de vestido; al tradicional traje nupcial sumó un minivestido negro, de Versace, un conjunto bicolor y un minvestido rojo. La fiesta, repleta de las mejores artistas, estuvo llena de actuaciones. Selena Gómez, Madonna y Britney bailaron al ritmo de la canción Tóxic de esta última. Junto al cantante, actor y dj Ansel Elgort, Selena se arrancó a cantar, y Paris y Britney interpretaron de lo más divertidas Stars are Blind. A las diez y cuarto de la noche hora de Los Ángeles, los recién casados se marcharon en un Rolls Royce mientras sus invitados rodeaban el automóvil con bengalas. Y la fiesta continuó.
Este es el tercer matrimonio de Britney Spears. La primera vez se casó con su amigo de la infancia Jason Alexander (el mismo que se coló en la mansión intentando boicotear la boda de su exmujer). La ciudad de Las Vegas fue testigo de la ceremonia celebrada en el 2003. Un matrimonio que duró cincuenta y cinco horas. Un año más tarde la cantante se casó con el bailarín Kevin Federline, padre de sus dos hijos, un matrimonio que marcó el inicio de sus problemas, que finalmente desencadenaron en trece años de una polémica tutoría paterna, de la que se liberó justo hace seis meses. Tras haber cumplido su sueño de casarse con Sam Ashgari, ya solo queda un deseo por cumplir: volver a ser madre. Recientemente la pareja perdió el bebé que esperaba, pero pese a su dolor, Britney ha expresado su deseo de volver a intentarlo próximamente y así ampliar la familia de nuevo.