,type=downsize)
El momento más emocionante ha sido, sin duda, la entrada a la iglesia y ver a todos mis amigos y familiares y a Julián esperándome”, nos cuenta Vania Millán de su boda, el pasado 4 de junio. Una fecha inolvidable para la abogada y el médico estético Julián Bayón , que ponían así el broche de oro a más de tres años de relación.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
La pareja se dio el ‘sí, quiero’ en la iglesia de San José, de Madrid, ante casi trescientos invitados, entre familiares y amigos, y rodeados de rostros conocidos. No faltó a la cita su buena amiga Pilar Rubio, que fuera también su cuñada. Vania llegó al templo del brazo de su padre y padrino, Manuel, en un descapotable clásico, momento en el que quedó desvelado el secreto mejor guardado: el vestido de la novia. De inspiración New Look años cuarenta, era del atelier Love Is In The Air: un dos piezas que se transformó en un sorprendente traje de noche para la fiesta. “Busqué que fuera diferente al modelo sirena, que ya había usado”, nos cuenta Vania, que llevó su anillo de pedida y joyas de Chocrón.
El novio, cuyos dos trajes fueron diseños de la sastrería Luxury Purple Club, había llegado a la iglesia antes, como es tradición, junto a su madre y madrina, Mercedes. La organización y la decoración de la boda corrió a cargo de Showtime, que eligió, como la novia pidió, flores blancas para su ramo y el interior del templo. Las alianzas, de Bulgari, fueron regalo de unos amigos muy queridos de la pareja. Los recién casados se trasladaron al Real Casino de Madrid, donde disfrutaron del menú elaborado por el chef Paco Roncero. “No pensé que volvería a casarme. Solo recuerdo que me prometí que, si estaba con alguien, era porque me sumaba; si no era así, prefería estar sola”, nos dice Vania, que contrajo matrimonio por primera vez, hace ocho años, con René Ramos y se separó dos después. A Julián y a ella los presentó una amiga y trabajan juntos en la clínica de él. “Cuando dimos un paso más allá, a mí personalmente me dio miedo mezclar trabajo y pareja, pero decidimos arriesgar y hasta hoy… y es lo mejor que hemos hecho”. Y ahora, tras la boda, tiene el más grande sueño por cumplir: “Me toca continuar con mi reto, conseguir ser madre. Ahora me siento otra vez con fuerzas”.