Desde que se casaron, en la primavera de 2018, Richard Gere y Alejandra Silva llevan una vida tranquila, alejada del foco mediático, en el formidable rancho que tiene el actor a las afueras de Nueva York.
Sus apariciones en público son muy escasas —la última, que supuso su reaparición después de tres años, se produjo hace apenas un mes, cuando asistieron a una gala solidaria, en Manhattan—, pero, siempre que pueden, regresan a España para pasar unos días de descanso.
El protagonista de Pretty Woman, su mujer y sus dos hijos , Alexander, de cuatro años, y el pequeño, de dos y del que aún no han desvelado el nombre, han sido fotografiados mientras pasaban un día de playa, en Ibiza. Con la excepción de una imagen que Alejandra compartió las pasadas Navidades, en la que se la veía con sus dos hijos de espaldas y en brazos, estas son las primeras instantáneas que se realizan de toda la familia.
También, hasta ahora, era un documento inédito ver a la estrella de Hollywood, de setenta y dos años, en su papel de padre. Y, desde luego, puede presumir de ser todo un padrazo que está muy pendiente de sus pequeños: juega con ellos en la orilla del mar y los arropa amorosamente con la toalla tras un chapuzón.
Para su estancia en las Baleares, el actor y su familia han alquilado un superyate, un barco perteneciente a la clase Sunseeker Predator 84, de 26 metros de eslora, con tres tripulantes y todas las comodidades, para poder recorrer todo el archipiélago.
Alejandra Silva y Richard Gere acaban de celebrar su cuarto aniversario de boda . Ella tiene otro hijo, Albert, de ocho años, nacido de su unión con Govind Friedland, y el actor es padre de Homer James, de veintidós, con la también actriz Carey Lowell.