El pasado enero, Tamara Gorro anunciaba su separación del exfutbolista Ezequiel Garay, tras doce años de historia de amor —nueve de ellos de casados— y dos hijos en común. Sin embargo, la influencer ya avisaba en ¡HOLA! que seguía muy unida al exjugador del Valencia C. F. y del Real Madrid. “Muchos días sigue durmiendo en casa. Seguimos viendo series, cenamos juntos… No es una relación de pareja, pero hay mucho amor”, nos confesaba en abril y nos hablaba, también, de su lucha contra la depresión. Desde entonces, ambos se han dado cuenta de que uno no puede vivir sin el otro, así que han decidido retomar su relación .
—Ezequiel y tú acabáis de daros otra oportunidad.
—Estamos felices y contentos. Vamos a por todas, a retar a eso de ‘segundas partes no son buenas’ (ríe).
—¿Estáis más enamorados que nunca?
—Es que nunca dejamos de estarlo. Ahora estamos como cuando empezamos la relación y eso es precioso.
—Con toda la ilusión y toda la pasión.
—Claro. Encima, me pilla en un momento bueno de lo mío. Ya vendrá lo malo, porque esto es así… Pero estamos muy bien, estamos felices.
“Ahora estamos como cuando empezamos la relación y eso es precioso”
—¿Quién ha dado el paso de los?
—Eso va a quedar para nosotros.
—Pero ya habías dicho que Ezequiel estaba poniendo mucho de su parte, que le veías más pendiente de ti y que entendía tu enfermedad.
—Si esta enfermedad es muy complicada para uno mismo, imagínate para tu entorno… No sabe cómo actuar. Lo que di a entender es que Ezequiel se había dado cuenta de mi estado, pero no tiene que ver con la separación. Siempre ha estado pendiente de mí.
—¿Cuál ha sido la respuesta de vuestras familias y seres queridos en relación la reconciliación?
—Todo ha sido precioso, igual que como se ha vivido en redes. Es verdad que nuestra gente se ha enterado el mismo día en el que lo hicimos público, pero un poquito antes.
—¿Cómo reaccionó tu madre?
—Toda la familia se alegra muchísimo, mi suegro, mi madre, mis abuelos… Todos están contentísimos. No hay nadie que haya dicho: ‘Estás loca’. Todo el mundo está muy contento. De verdad que sí.
—Ahora podrás volver al trabajo con ganas.
—Estoy con mi libro, que está siendo un éxito. Ahora, mi prioridad es curarme. Es como terminar la obra de la casa: has arreglado una cosa y empiezas por otra. Esa es la prioridad. Tengo fe en que todo se va a solucionar y voy a volver a ser quien era, a ser muy feliz.
—Seguro que esta nueva oportunidad con Ezequiel te va a proporcionar estabilidad y a ayudar a conseguirlo.
—¡Dios quiera que sí! Y si no sale bien, no pasa nada, porque la vida sigue. Pero nosotros hemos apostado el uno por el otro y a por ello vamos.