Las nuevas generaciones de royals ya no son como las de antes. Desde hace tiempo, estamos siendo testigos de un cambio que se ve reflejado en la manera en la que se muestran al mundo. Mucha 'culpa' la tienen las redes sociales, ya que los miembros más jóvenes de la realeza las utilizan para mostrar su día a día, contar anécdotas... y, como consecuencia, se vuelven mucho más cercanos y terrenales. Los príncipes y princesas de ahora quieren que el mundo se de cuenta de que, a pesar de que su vida incluye mucho protocolo, majestuosas cenas de gala, bodas reales y visitas oficiales, también les pasan cosas como a cualquier otra persona. Tienen las mismas preocupaciones, los mismos percances y, por supuesto, a veces tienen que enfrentarse a contratiempos inesperados.
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- Una nueva generación de 'royals' pide paso
Eso es lo que le ha sucedido este fin de semana a Cleopatra Zu Oettingen-Spielberg. La Princesa acudió a la boda del príncipe Gustav de Sayn-Wittgenstein-Berleburg, hijo mayor de la princesa Benedicta de Dinamarca, con la escritora estadounidense Carina Axelsson en el castillo de Berleburg (Alemania) y lució dos vestidos de Giorgio Armani. Primero, para la cena que tuvo lugar después de la ceremonia civil, Cleopatra lució un vestido con una falda de gasa que era más transparente de lo que pensaba.
La mujer del príncipe Franz Albrecht, perteneciente a una de las familias nobles más antiguas de Baviera, prefirió tomárselo con humor y nos ha contado cómo solucionó este 'lapsus' de moda. Además, la cosa no quedó ahí y el vestido que llevó al día siguiente en la la ceremonia religiosa también era semitransparente. Pese a todo, Cleopatra estaba realmente espectacular con su diseño bordado de Armani y una de las tiaras de la casa Oettingen-Spielberg, y ha aprovechado este momento tan divertido para lanzar un mensaje.
- Has protagonizado una simpática anécdota con tu vestido. Cuéntanos, ¿qué pasó?
La verdad es que cuando me di cuenta, casi me muero... y luego no me quedo otra que tomármelo con humor. Llevaba un body suit que era parte del vestido, así que nunca pensé que pudiera ser así de transparente. Al final éramos un grupo de amigos cercanos y nadie se ofendió, gracias a Dios.
- ¿No te diste cuenta de lo transparente que era el vestido hasta ese momento?
No, no me di cuenta... hasta que ya era demasiado tarde.
- ¿Cómo lo solucionaste?
Intenté taparme lo más posible y me quedé prácticamente sentada la mayoría del tiempo, sobre todo por respeto a las personas mayores. Para los de mi generación, este tipo de cosas ya no es un gran escándalo.
- Está claro que a las princesas también os pasan este tipo de 'tierra trágame'
¡Por supuesto!
- Tu marido, un camarero... ¡todos te ayudaron con el vestido!
La verdad es que tuve suerte de tener mucha ayuda, pero la mayoría del tiempo fue más risas que una misión seria.
- Dices que no hay que tomarse las cosas tan en serio, ¿esa es la lección que has aprendido, que hay que saber reírse de uno mismo?
Esa lección la aprendí hace tiempo, no hay que sufrir por tonterías. Y, no es que me guste provocar, pero creo que hay que intentar aflojar un poco la rigidez que hay en algunos círculos. La gente se toma todo tan en serio y la vida es muy corta... hay que saber pasarlo bien. Un faux pas (paso en falso) no me va a arruinar la noche y lo que diga de mí la gente tampoco.