"Ya estoy en casa y me encuentro perfectamente". Así lo ha anunciado el propio Pablo Laso en sus redes sociales tras el tremendo susto que se llevó el domingo, cuando ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de la Moraleja con un infarto de miocardio. Se le tuvo que practicar un cateterismo, pero por fortuna supo reconocer los síntomas y acudir por su propio pie al centro médico a tiempo. "He tenido la suerte que la vida me ha dado un aviso", dice.
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Gracias a la rapidez con la que fue atendido, todo ha quedado en un susto: "Como me dijo el doctor ayer, estoy mejor que hace cinco días" y, por eso, se ve "con fuerza y ganas de volver cuanto antes" a los entrenamientos. De hecho, en la foto que acompaña a sus palabras tras recibir el alta hospitalaria, se le ve con muy buen aspecto físico y muy bien de ánimo.
Tanto es así que podría regresar al trabajo antes de que finalice esta temporada, según informa el diario Marca. Sería, por tanto, mucho antes de lo esperado en un primer momento. Lo haría, eso sí, en un segundo plano, dejando que lleve las riendas su ayudante en el banquillo, Chus Mateo, que es quien ahora le sustituye.
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Las indicaciones médicas a Laso pasan por mejorar hábitos: prestar mucha más atención a una correcta dieta alimentaria y hacer ejercicio físico. A juzgar por su comentario en su perfil de Twitter, parece evidente que se ha propuesto hacer caso a los doctores, a los que agradece la atención recibida durante estos días en un tuit posterior. También da las gracias por todos los mensajes de personas, conocidas o no, que se han interesado por su salud.
Pablo Laso, de 54 años, acompañó y dirigió a su equipo el pasado sábado contra el Baskonia e incluso después dio la rueda de prensa habitual tras el partido sin que nadie notase nada. Fue ya en casa, de madrugada, cuando comenzó a sentirse indispuesto y decidió acudir al hospital.